“Todo está como cada año que hemos venido”, asegura desde los campamentos de refugiados saharauis Joana, una cooperante española que se desplazó la pasada semana hasta allí con un programa de salud. Hace cuatro años que esta joven cordobesa comenzó a trabajar con la población de Tinduf. Además, desde hace tres años integra un proyecto de cooperación en salud bucodental.
Joana y otros dos compañeros salieron de España la madrugada del 30 de noviembre, solo dos días después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores hiciese pública la alerta desaconsejando los desplazamientos a los campamentos saharauis de Tinduf, debido a la creciente inestabilidad en el norte de Mali y el incremento de actividad de los grupos terroristas en la región que podían afectar a la seguridad de la zona.
En una conversación telefónica con EL ESPAÑOL, Joana reconoce que su familia estaba "preocupada, pero entendían que era algo necesario y una decisión personal”. En la misión la acompañan otras dos cooperantes, Bea y Pepa, que se están moviendo entre Rabuni, Smara y Ausserd. Desde allí asegura que “en el hospital se respira normalidad”, y que “la población apunta a un tema político".
Al mismo tiempo que estas tres cooperantes avisaban en Protocolo (Ministerio de Asuntos Exteriores) sobre sus desplazamientos; cazas militares y helicópteros sobrevolaban los campamentos durante los últimos tres días, según explica un testigo. La alerta de seguridad coincidió además con la visita de centenares de familias españolas a los campamentos en la primera semana de diciembre. “Ha volado el tiempo. Lo hemos pasado extraordinariamente bien”, resume Eva María desde Smara, donde ha compartido unos días con la familia de Mokhtar, el niño que acoge todos los veranos en San Pedro de Mérida con del programa Vacaciones en Paz.
Eva María aterrizó en los campamentos la mañana del domingo 1 de diciembre junto a un grupo de 70 personas, que se movieron por otras localidades. “Hemos salido con permiso de Protocolo y como siempre, hemos visitando escuelas, asociaciones de mujeres, un centro para discapacitados y hemos participado en fiestas de convivencia. Todo ha estado fenomenal”, explica. Además, incide en que han sido muy bien recibidos, “sobre todo a sabiendas de que veníamos bajo esa amenaza, han sido más acogedores y más calurosos en su trato”.
“Nosotros estamos tranquilos”
Demuestra alegría, a pesar de que durante la estancia recibieron un aviso del consulado de España en Orán de una nueva amenaza con exigencia de que los turistas españoles salieran de los campamentos porque corrían peligro de secuestro. Sin embargo, la víspera de su vuelta a España insistía: “Nosotros no hemos sido temerarios, hemos estado preocupados, pero en ningún momento hemos dudado en permanecer aquí junto a nuestras familias, disfrutando de nuestra estancia y continuando en la lucha saharaui, aquí, con ellos”.
Las ONGs españolas, que cuentan con más de un centenar de cooperantes en los campamentos, aseguran que desde allí “se vive con normalidad”.
Pocas horas después de que diferentes miembros del Gobierno español advirtieran del peligro que corrían los españoles en esa parte de Argelia, uno de los cooperantes, Miguel Ángel Martínez, afirmaba a EL ESPAÑOL: “Nosotros estamos tranquilos”. Para ello, también tomaba como baremo a las personas norteamericanas, que siguen trabajando, tanto de Naciones Unidas como de otras organizaciones internacionales. "Para nosotros es importante porque los americanos en cuanto ven peligro o tienen una alerta de seguridad se van. Y de momento siguen trabajando aquí”, señala Martínez.
Las agencias de la ONU: ACNUR, UNICEF, el PMA comunicaron que seguirían las rutinas habituales. “Su personal trabaja de forma normal y no se va a interrumpir el programa que tenemos hasta fin de año”, explica el saharaui Majidi Mazin, que colabora con ACNUR. "Por las personas que me cruzo y con las que tengo contacto a diario, no he percibido que el número de ONGs haya disminuido", insiste Mazin.
Sin embargo, el personal de Cruz Roja se ha trasladado a su oficina en Argel. “Teníamos cosas planificadas para hacer y nos hemos reunido para ver la forma de continuar el trabajo aunque ellos estén allí y nosotros sobre el terreno".
“No hay nada que temer”
Las personas que se encargan de la seguridad: los servicios de inteligencia argelinos, el Polisario y el departamento de Seguridad de Naciones Unidas han comunicado a los expatriados que “no hay nada que temer”. En todo momento, el Gobierno saharaui y el Frente Polisario han mantenido que no hay advertencias sobre posibles amenazas de seguridad que impidan visitar los campamentos de refugiados saharauis.
En las reuniones con la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental) no les pueden decir a los cooperantes que no actúen de acuerdo a la recomendación del Gobierno español, especialmente a los expatriados españoles, pero “aquí podemos decir que no tenemos ninguna información que acredité la existencia de una amenaza”, explicaba Ángel Martínez antes de viajar a España.
Esta semana, Miguel Ángel, coordinador de la ONG Solidaridad Internacional Andalucía en los campamentos de refugiados de Tinduf, ha tenido que volver a España porque tenía que renovar el visado. "He venido para renovarlo y estar en Navidad con la familia, pero después de las fiestas volveré a Rabuni”, comenta el cooperante en Tinduf, donde se encarga de abastecer el agua a la población desde hace catorce meses.
Desde los campamentos ya no comparten información con él “por seguridad”. Además “han dado instrucciones de no hablar con la prensa”. En España, desde la fundación Mundubat, mantienen que “nada ha cambiado” respecto a la semana pasada, y siguen trabajando en la zona. “No, no tenemos ninguna novedad. Todo está muy tranquilo y dentro de la normalidad”, manifestó a EL ESPAÑOL el departamento de prensa de la organización en el País Vasco.
En el comunicado que difundieron el 28 de noviembre, sitúan la alarma en un momento político con “la puesta en cuestión del proceso de paz por parte del Frente Polisario tras la renovación del mandato de la MINURSO en octubre". Y, además, "la discusión que tendrá lugar en el XV Congreso en diciembre sobre el cambio de estrategia y de método de lucha, que generarán un nuevo escenario que podrá modificar significativamente el 'status quo’ del conflicto”. Médicos del Mundo, además, añade en su declaración que las “elecciones argelinas están previstas para el 12 de diciembre en un contexto particularmente turbio”.
Esta organización internacional, que trabaja en la zona desde hace dos décadas, optó “por una posición prudente, equilibrando su mandato y compromiso con el pueblo saharaui”, según un comunicado. En el terreno, sigue el equipo de profesionales necesario para dar continuidad a las operaciones, de modo que en las actividades no habrá interrupciones.
Por su parte, el ministerio de Salud Pública de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) aplazó un encuentro anual sanitario, previsto para el 1 y 2 de diciembre, hasta enero de 2020 para “asegurar la máxima participación” considerando que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) habían anunciado que no podría acudir.
En julio de 2012, el ministerio de Exteriores español ya emitió un aviso similar tras el secuestro de dos expatriados los meses anteriores. Entonces, hubo una respuesta parecida, Cruz Roja también se retiró a Argel con un equipo de personal local en el terreno. Sin embargo, Naciones Unidas no se sumó. “Muchos cooperantes se quedaron. El resto de organizaciones que se fueron volvieron días o semanas después”, concluye Mazin.