Como no hay mal que por bien no acabe, también en asuntos reales este final de 2019 ha sido venturoso para la Familiar Real en un asunto tan importante como delicado: la presentación en sociedad como heredera al trono de Leonor de Borbón. Y detrás del éxito hay una clara ganadora: Leticia. Para la reina, 2019 ha sido perfecto, un año después de que su corona se ladeara con el incidente de la suegra.
En la actualidad, nubarrones grises se acercan al recinto de El Pardo en forma de pacto de gobierno de Pedro Sánchez con Esquerra Republicana y Podemos: uno lleva el republicanismo en el nombre y el segundo, en su programa. Si Pedro Sánchez logra llegar a un acuerdo con estos dos partidos políticos las cosas no pintan bien para el reinado de Felipe VI. El Rey seguirá en su cumplimiento del deber bajo las normas de la Constitución pase lo que pase, pero nadie cree que la resistencia vaya a ser fácil.
Mientras la oscuridad se cierne sobre la Jefatura del Estado un rayo de luz se divisa en el horizonte del monte de El Pardo. Se trata de la Reina Letizia, que va a cerrar este 2019 como uno de sus mejores años, por lo menos desde que fue proclamado Rey su marido el 19 de junio de 2014.
En casi todos los aspectos le ha ido bien a la Monarca. Letizia comenzó en enero pidiendo más protagonismo en la institución, reclamando tener una agenda más potente con actos más importantes y de más relevancia. Y por si alguien duda de que se le haya escuchado y se le ha hecho caso, la Reina ha sido la única persona de la Casa que ha acudido a la Cumbre contra el Cambio Climático que la ONU ha celebrado en Madrid. Felipe VI no ha pisado la moqueta de IFEMA en las dos semanas que ha durado el mitin, mientras que su esposa ha acudido en dos ocasiones.
Su obsesión: ser útil
También en los Viajes de Estado la esposa de Felipe VI ha buscado su espacio. En todos sus desplazamientos ha dispuesto de algún acto en solitario dentro de la agenda. En Corea acudió a la Sede de la Agencia de Promoción de Inversión Comercial de Corea con la Primera Dama del país, Kim Jung-sook. Lo mismo ocurrió en Cuba, dónde tuvo varios actos en paralelo con los celebrados por su marido. En la isla caribeña visitó, también acompañada por la Primera Dama del país Lis Cuesta, la Escuela Taller ‘Gaspar Melchor de Jovellanos’ donde se desarrollan proyectos con fondos de la Cooperación Española.
La posición de la Reina en estos cinco años de reinado ha ido a más, dado pasos cortos pero muy contundentes. Su papel en solitario ha ido cogiendo peso hasta el punto de convertirse en un referente en la lucha por los derechos de las mujeres y los niños, por su compromiso con la educación y la salud. La mejor prueba de ello es el premio que recibió hace unos días como Personalidad del año por su labor contra la violencia de género. Galardón que le ha hecho especial ilusión porque le hace sentir una de sus obsesiones: útil. Porque eso es a lo que más miedo tiene Letizia, que la gente piense que no hace nada. Indudablemente, Leticia al quinto año reinó. La profesional ha superado hasta los propias trampas que a veces le pone su mismo carácter.
Otro factor importante para que el 2019 haya sido un año tan redondo para ella es que no se ha encontrado piedras en el camino para poder avanzar en su faceta profesional como Reina. No ha encontrado ningún guijarro con forma de Compi yogui ni su fuerte carácter le ha jugado una mala pasada, como le ocurrió el año pasado en Palma de Mallorca cuando tuvo aquel mal gesto con su suegra la Reina Sofía. Tampoco recuerda nadie como cortó por completo la relación con su cuñada, la infanta Cristina, tras el estallido del caso Nóos. Las cosas han estado tranquilas y eso le ha permitido centrarse en sus temas.
La 'Crisis de las Reinas'
Todos sabemos que la llamada Crisis de las Reinas fue un antes y un después para la imagen pública de la experiodista. Desde Zarzuela se trazó un plan muy concreto para recuperar la popularidad de la Consorte, una estrategia que iba mucho más allá que la escena de abrirle la puerta a su suegra en la famosa visita hospitalaria a don Juan Carlos. Pero también es cierto que ella se ha esforzado mucho también en volver a ganarse una parte de la popularidad perdida: se muestra cercana y cariñosa con todo el que se acerca a saludarla y no niega a nadie un gesto, una sonrisa o una foto.
Además, Letizia se ha autonombrado abanderada de ciertas causas que necesitan ayuda urgente para tener la repercusión pública que necesitan, como las enfermedades raras, aunque hace ya muchos años que están en la mirilla de la Reina. Pero en este 2019 se ha sumado a otras, como su decisión de ser el mejor apoyo del deporte femenino en este país. Este año se estrenó en la final de la Copa de la Reina de fútbol, cumpliendo la misma función que don Felipe en la Copa del Rey. La soberana apoya todas estas iniciativas y se implica personalmente con las deportistas, como prueba su afinidad con la nadadora de sincronizada Ona Carbonell o con las chicas de la selección española de rugby.
Estos últimos meses vividos en Zarzuela han sido, sin duda, el de las mujeres de la Casa. El Rey ha cedido el protagonismo a sus chicas y la Reina ha sido muy feliz con el debut de su hija mayor como heredera en los Premios Princesa de Asturias y en los de Girona.
Después de una infancia a escondidas para que tanto la Princesa como su hermana la Infanta Sofía tuvieran la vida de dos niñas normales (adjetivo repetido hasta la saciedad por el equipo de Zarzuela cuando se le preguntaba por este tema), el 2019 ha sido el año elegido por los Reyes para que Leonor vaya tomando el protagonismo y las responsabilidades que su título conllevan.
Tanto en los premios que tuvieron lugar en Oviedo en octubre, como lo de Barcelona en noviembre, la Princesa conquistó a todo el país con su sonrisa, su empeño, su dulzura y educación, además de demostrar que su dominio de los idiomas va por buen camino.
Desde las butacas la mirada orgullosa de su madre, apoyándola en todo momento. Eran muchas las personas que temían que la Reina Letizia sintiera algún recelo a la hora de ceder el protagonismo hacia sus hijas. Sin embargo, la prueba de que es más bien todo lo contrario es que cuando acude a los actos con Leonor y Sofía, viste looks discretos y elegantes que no llamen demasiado la atención y que ésta se centre en ellas.
La esposa de Felipe VI y el departamento de comunicación de Zarzuela han hecho un buen trabajo a la hora de lavar la imagen de la Reina. Los planes de chicas con sus hijas al teatro, ballet o de compras en los que siempre hay un fotógrafo para reflejarlo o las pasadas vacaciones en Palma de Mallorca donde Letizia y su suegra, doña Sofía, fueron inseparables. Sea cierto o no, parece que la paz ha llegado entre las dos reinas.
El caso es que el balance de la Reina en este 2019 no puede ser más positivo y sobre todo, ¿quién le iba a decir a ella hace un par de años que iba a ser el único rayo de luz que brilla ahora mismo en Zarzuela?