En verano comenzó a buscar piso para instalarse en la capital murciana porque había sido seleccionada en el programa ISEP (International Student Exchange Program) que permite a los estudiantes de grado disfrutar de una estancia durante un cuatrimestre o un curso entero en universidades de España, Estados Unidos, Australia o Canadá. Esta joven norteamericana, de 23 años, se instaló en septiembre en el céntrico Barrio de Santa Eulalia —a menos de quinientos metros de la Universidad de Murcia— con el objetivo de aprender castellano durante su beca ISEP que finalizaba el 31 de diciembre. Unos días antes, sus padres y sus dos hermanas volaron desde Ohio para pasar la Navidad junto a su hija mayor. Nada hacía presagiar el trágico final que ha tenido el viaje de reencuentro de esta familia estadounidense: las tres jóvenes fueron supuestamente violadas por otros tres chicos durante la pasada Nochevieja.
“La chica a la que le alquilé la habitación es educada, mona, una preciosidad: esos tíos son unos cabrones”, sentencia indignada la propietaria del inmueble del Barrio de Santa Eulalia de Murcia donde se produjo la supuesta agresión sexual contra una de sus inquilinas y sus dos hermanas. “Desde el mes de septiembre ella estaba compartiendo piso con otros tres chicos, dos norteamericanos y un austriaco, si llegan a estar ellos las hubiesen defendido”, se lamentaba muy apenada la casera en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. “Estoy en Asturias pasando las navidades y me he enterado de lo que ha sucedido en mi piso porque esta mañana me ha llamado la Policía Nacional para informarme”.
—¿Usted cómo ha reaccionado ante la gravedad de la llamada?
—Les he dicho que si tenía que regresar a Murcia para colaborar en algo de la investigación, pero me han dicho que siga en Asturias con mi familia. Le he preguntado a los policías si le dieron burundanga a las chicas, pero no me han querido confirmar ni desmentir nada. Solo me han dicho que están investigando todo lo que ha pasado.
Nada más concluir su conversación con la Policía Nacional, esta mujer ha comenzado a telefonear insistentemente a su inquilina para interesarse por su estado de salud y el de sus dos hermanas. “No he podido hablar con ella, solo me ha mandado un mensaje por WhatsApp: ‘Ha sido algo horrible, pero ya estoy en Viena con mis padres y me siento a salvo”.
La joven norteamericana había hecho una gran amistad con su compañero de piso de Austria y este universitario Erasmus la había invitado a pasar unos días con su familia en la capital austriaca. “Ya tenían comprados los pasajes y se han marchado”, tal y como ha confirmado la casera. De forma que este jueves 2 de enero las víctimas se han marchado de España mientras la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional trata de dar con los tres miembros de esta presunta nueva manada.
Los investigadores tienen por delante una labor complicada porque en la denuncia, según ha podido saber este diario, no se especifica en qué local de copas de Murcia conocieron a los sospechosos. La joven estudiante de español, de 23 años, fue la que se personó sola el día de Año Nuevo en la Comisaría de la Policía Nacional para exponer que ella y sus dos hermanas habían sido víctimas de una supuesta agresión sexual.
“Cuando la chica entró en las dependencias serían aproximadamente las doce del mediodía, comenzó a llorar y a hablar en un inglés que era tan cerrado que tuvimos que emplear el traductor para entender lo que nos estaba contando”, explica un policía nacional que atendió a la norteamericana. “A primera vista no presentaba signos de haber sufrido ninguna agresión física y su aliento olía a haber consumido alcohol”.
De inmediato, la Policía Nacional activó el protocolo que rige en las agresiones sexuales y se ocupó de trasladar a las tres jóvenes estadounidenses al Hospital Virgen de la Arrixaca para practicarles un riguroso examen médico. “En la denuncia explicaron que habían conocido a los chicos en un local de copas durante la Nochevieja”. Después con el objetivo de seguir de fiesta, las chicas se trasladaron voluntariamente con los tres jóvenes hasta el piso en el que la mayor de las hermanas tiene alquilada una habitación. Una vez que estaban en el 3ºB del bloque número 10 de la Plaza de la Candelaria la juerga dio paso a una supuesta agresión sexual.
“Cada uno de los chicos estuvo con una chica, según los primeros testimonios”. Las mismas fuentes apuntan que las hermanas mayores, de 23 y 20 años, respectivamente, fueron penetradas vaginalmente, pero la menor, de 18 años, no fue penetrada porque ofreció resistencia. “Le he preguntado si conocían a los jóvenes o si se habían hecho fotos con ellos previamente, pero mi inquilina no me ha mandado ningún mensaje para responderme”, detallaba con mucha preocupación la casera. “No me quiero imaginar las escenas que se han producido en mi casa”.
Los vecinos escucharon ruidos
La joven que estaba disfrutando del programa ISEP en Murcia formaba parte de la asociación de estudiantes ESN (Erasmus Student Network) y se había implicado activamente en las actividades culturales, de voluntariado y de ocio, que organiza este colectivo. Desde el entorno de ESN aseguran que los tres sospechosos de la supuesta agresión sexual son unos jóvenes de origen iraní. De momento, la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional no ha practicado ninguna detención.
En el bloque de pisos número 10 de la Plaza de la Candelaria, situado en el Barrio de Santa Eulalia, dos de sus inquilinos relataban a este diario que escucharon ruido procedente del 3º B donde se alojaba la norteamericana con sus hermanas. “Parecía como si estuviesen moviendo muebles”, aseguraba el vecino del 2ºB. “Estaban de fiesta y a las nueve de la mañana estuvieron dando gritos”, añadía otro. A pie de escalera, algunos de los residentes aseguraban que estaban en shock por lo sucedido: “Me parece terrible que hayan hecho eso con esas chicas”.
La propietaria del 3º B admitía a este periódico que tras dos décadas alquilando el inmueble a estudiantes Erasmus nunca había pasado un incidente así: “Jamás había ocurrido algo tan gordo”. La mujer insistía una y otra vez que “ella no se merecía esto: vino a estudiar español, era una niña estupenda y muy educada”. Sin embargo, la joven, de 23 años, no había avanzado mucho con el castellano: “Solo lo chapurreaba porque casi siempre hablaba en inglés”.
La relación entre la casera y su inquilina era tan buena que alguna vez habían comido juntas y cuando se enteró de que sus padres venían a Murcia desde Ohio le ofreció que sus hermanas se alojasen con ella. “Los padres estaban hospedados en un hotel para que no se gastasen más dinero, yo le di permiso para que las hermanas se instalasen en el piso. Los padres, seguramente, estarían durmiendo plácidamente en el hotel mientras que le ocurría eso a las tres criaturas: madre mía que pena. Esta moda de las manadas es tremenda: se van a llevar un recuerdo imborrable de España”.
La UFAM de la Policía Nacional estaba trabajando a contrarreloj desde que el 1 de enero se produjo la denuncia de la supuesta agresión sexual y la Delegación del Gobierno acaba de confirmar a este diario que "se ha detenido a tres jóvenes, de nacionalidad afgana, como los presuntos autores de la violación que se estaba investigando". Las mismas fuentes han avanzado que los detenido pasarán la noche en los calabozos de la Comisaría de Murcia y previsiblemente este viernes se les tomará declaración antes de ser puestos a disposición judicial.