En diciembre de 2005 la diputada de Más País en el Congreso Inés Sabanés todavía era concejala de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid. Ha pasado el tiempo pero recuerda el día 16 de ese mes, cuando tuvo el privilegio de oficiar una boda que fue histórica. Fue el enlace entre dos activistas del movimiento LGTBI, dos lesbianas. El matrimonio entre personas del mismo sexo se acababa de legalizar y ellas fueron las primeras mujeres visibles en dar la cara con la ley de la mano. Las protagonistas eran las históricas, entonces y ahora, Beatriz Gimeno (Madrid, 1962) y Boti García (Madrid, 1945).
En estos 15 años que han pasado no ha durado el amor. El enlace que entonces rompió barreras se acabó desgastando y terminó en un divorcio que tuvo lugar hace siete años. Pero sus destinos se han vuelto a cruzar. Ahora, en vez de la mano de Inés Sabanés ha sido gracias a Irene Montero, actual ministra de Igualdad desde que recogió la cartera este lunes. Montero ha nombrado a Gimeno directora del Instituto de la Mujer y a García directora general de Diversidad Sexual y LGTBI del Ministerio de Igualdad.
Además de vida privada, ambas han compartido lucha desde que se iniciaron en el activismo político. Las dos han pasado por el Colectivo de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales de España (COGAM), donde se conocieron en los años 90, y por la FELGTB, de la que ambas han sido presidentas. A pesar de que su divorcio, según cuentan sus allegados, enturbió mucho la relación entre ambas, con el tiempo han vuelto a retomar una buena sintonía personal.
“El tema del divorcio influirá en la medida que tenga que influir”, aclara una persona vinculada al movimiento LGTBI y que ha conocido estrechamente a ambas. “Pero la relación que mantienen ahora es excelente, de muy amigas, de gente que se conoce mucho y se admira, se realimentan de una manera muy positiva”, cuenta. “Sigue siendo una buena pareja política a tener en cuenta. La decisión de Irene Montero de incluirlas a las dos es un acierto a favor de este nuevo Gobierno”, añade. Todos los que las conocen y que han sido consultados coinciden en este extremo.
Cómo conocieron a Montero
Pero, aunque comparten muchos aspectos, su vida hay que empezar a contarla por separado. Beatriz Gimeno entró en la lucha por la igualdad a través del feminismo, cuando tenía 26 años y residía en Sevilla. Dos años después regresó a su Madrid natal y amplió su activismo por los derechos de los homosexuales, jugando un papel clave en la legalización del matrimonio igualitario, que se aprobó en julio de 2005, bajo la Presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero.
Sin embargo, no dio el salto a la política formal hasta que en 2015 fue la número cuatro de Podemos para la Asamblea de Madrid, donde logró un escaño y se fue acercando a la corriente de Anticapitalistas. Ejemplo de ello es que en 2017 lideró junto a Miguel Urbán la lista de Anticapitalistas a las primarias de Podemos. Como lleva en la formación morada desde el inicio, ha vivido numerosas ocasiones en las que ha coincidido con Irene Montero y por ello su nombre ha sonado ahora que la formación morada ha entrado en el Gobierno de Coalición.
Boti García, por su parte, ha pasado también por COGAM y FELGTB y en 2004, un año antes de la aprobación del matrimonio igualitario, fue candidata al Congreso de los Diputados por Izquierda Unida junto a Gaspar Llamazares. Siguió en la formación hasta que en 2011 cambió por Equo, uniéndose a la Inés Sabanés que en 2005 la había casado con Gimeno. García e Irene Montero se conocieron gracias a que la primera fue presidenta y la encargada de relaciones institucionales de FELGTB. “Me consta que Boti es muy admirada por Irene Montero y que le tiene mucho afecto”, comenta un conocido.
“Bea es más teórica y más a la izquierda más alternativa y Boti era más nuestra”, explica a EL ESPAÑOL por conversación telefónica Gaspar Llamazares, quien ha tenido más relación con García. “Trabajamos junto a Boti en la época de Zapatero, para la Ley de Igualdad y en el matrimonio gay y ella era la referencia para todos los temas del movimiento LGTBI”, añade.
“Aquella época [en 2005, cuando se casaron] hay que compararla con la Memoria Histórica”, explica Llamazares. “La democracia había avanzado mucho pero había dejado cosas en el camino. Había derechos subjetivos que no había dado todavía y ellas sirvieron para que el movimiento, de alguna manera, saliera del armario”, añade. “Su boda fue de las primeras entre lesbianas y eran de las figuras más representativas del movimiento gay. Además de un enlace personal era algo político. El que se hayan divorciado creo que simboliza la normalidad de las relaciones. El divorcio ocurre con la misma normalidad que entre las parejas heterosexuales”, apuntala el secretario general de Actúa, quien asistió a la boda.
Una boda histórica
“Estaba nerviosa antes, estaba nerviosa ayer y hace un año, pero en cuanto se aprobó la ley se me quitaron los nervios”. La que habla es Boti García y lo hace a la salida del Salón Real de la Casa de la Panadería, en la madrileña Plaza Mayor. Es diciembre de 2005 y acababa de formalizar su matrimonio con Beatriz Gimeno. Por fin podía.
A la ceremonia acudieron numerosos invitados que se dejaron la ideología en casa e hicieron piña por el bien común que acababan de lograr. Además de Inés Sabanés y Gaspar Llamazares, acudieron la escritora Almudena Grandes, el poeta Luis García Montero y el político del Partido Popular Luis Asua. También estaba, por supuesto, el histórico dirigente socialista Pedro Zerolo.
“Zerolo y ellas dos fueron muy amigos y compañeros de lucha”, explica Jesús Generelo, ex presidente de la FELGTB y que también asistió entonces al enlace. “La influencia fue en ambos sentidos. Pedro fue muy grande para ellas por las creencias y porque abrió la vía a la introducción del activismo en el terreno político institucional. Y él estaba influido por la fuerza de ellas dos. Fue recíproco”, añade.
-¿Y cómo es Beatriz Gimeno?
-Es una persona intelectualmente brillante. Es una maravilla leerla porque te abre la cabeza y te pone en situaciones que ni te imaginabas. Tiene muy claras sus ideas pero no es dogmática. En las formas a veces es un poco seca y austera y la gente puede pensar que lo es, pero para nada. Es capaz de hablar con todos los matices.
-¿Y Boti García?
-Ha estado en todos los actos que se han organizado para luchar por la igualdad del colectivo. Tiene unas creencias firmes y las va a defender todos los minutos de su vida. Pero es la capaz de hacerlo con simpatía. Es de las que piensa que hay que convencer, no vencer.
-¿Y qué tienen en común?
-Su absoluta entrega a quello en lo que creen. Han entregado sus vidas a las causas de los Derechos Humanos y del colectivo LGTBI.
A pesar de que decidieron divorciarse y seguir su vida por sendas paralelas, ha sido la ahora ministra Irene Montero la que las ha vuelto a juntar ahora. Como directora del Instituto de la Mujer, Gimeno tendrá que, según el Ministerio, devolverle a la institución el protagonismo que perdió a manos del Partido Popular. Boti, por su parte, pasa a mandar en la dirección de Diversidad Sexual y LGTBI, de nueva creación, y cuyo objetivo será combatir la discriminación por orientación sexual. Lo que el amor separó, Montero lo ha vuelto a unir.