El caso de la violación de Nochevieja de tres afganos sobre tres hermanas norteamericanas caminaba hacia el precipicio del archivo porque la Fiscalía carecía de prueba de cargo sobre la que sustentar su acusación pública. Tal situación se debía a que las americanas no habían ratificado su denuncia tras abandonar España y el 20 de enero el Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia acordó diversas pesquisas.
Entre ellas, instó a la Policía Nacional a que “efectúen las diligencias necesarias y oportunas para determinar el domicilio y paradero actual de las tres víctimas a fin de recibirles declaración judicial”. Ocho días después de que se emitiera la citada providencia judicial, el abogado Mariano Bó avanzó que ejercerá la acusación particular en representación de las hermanas.
El anuncio del letrado especializado en derecho penal se produjo el miércoles y solo un día después, este jueves, la agencia EFE ha informado de que la Fiscalía de Murcia había solicitado al juzgado que acordase el archivo de las diligencias abiertas. Sin embargo, EL ESPAÑOL ha podido contactar con fuentes del Ministerio Público que han desmentido dicha información: “Las diligencias de investigación siguen abiertas y no se ha pedido el archivo”.
Al parecer, se ha producido un error informático y la fiscal encargada del caso de las norteamericanas había solicitado el archivo de otro asunto que también se sigue en el Juzgado de Instrucción número 2 y alguien ha traspapelado esa solicitud incorporándola a la agresión sexual de Nochevieja. Tal error ha provocado que se anunciase el fin de la investigación sobre los afganos y horas después se aclarase que el caso seguía abierto.
El abogado Mariano Bó ha irrumpido en la causa aportando argumentos para tratar de contrarrestar el auto del juez que, a petición del Fiscal, dejó en libertad a los afganos al considerar que el relato inicial de las norteamericanas sobre las violaciones “se presenta parcialmente incoherente y necesitado de mayor aclaración”. A juicio de Mariano Bó en la investigación “ha habido prisa en demasiadas cosas” y advierte de que existe malestar en sus clientas: “No sabían que en España funcionaba así la cosa, que de víctima se pasaba a delincuente”.
Una de las cuestiones controvertidas en la investigación ha sido la aparente falta de colaboración de las hermanas con la Policía Nacional porque cogieron un vuelo a Viena, sin avisar previamente, justo un día después de denunciar a los afganos por la agresión sexual. A partir de ese momento solo estuvieron en contacto con los investigadores por teléfono y vía e-mail. El abogado ha explicado que sus clientas no ratificaron su denuncia porque desconocen cómo funciona el sistema judicial español.
“Las chicas ni huyeron, ni salieron corriendo, denunciaron y siguieron haciendo su vida como personas libres que son. En Estados Unidos no existe la figura del juez de Instrucción y por tanto creían haber cumplido todos los requisitos legales”, ha resumido Mariano Bó.
La supuesta violación se produjo en el transcurso de la Nochevieja que las tres norteamericanas celebraron en Murcia. La velada iba a ser el colofón al viaje que habían realizado de Ohio a España las jóvenes Claire, de 23 años, y Olivia, de 18 años, para reencontrarse con su hermana Julia, de 20 años, a la que no veían desde septiembre porque estaba disfrutando de una beca de intercambio universitario para aprender español en la capital murciana. Durante el Fin de Año acudieron al BadulaKe Erasmus Bar donde conocieron a los presuntos violadores: los afganos Sayed, de 21 años, Mohammad, de 25, y Johannes, de 20.
¿Problemas de interpretación del idioma?
Cuando las norteamericanas prestaron declaración en la Comisaría de Policía narraron que las agresiones sexuales se produjeron después de salir del citado local de copas con los afganos para acompañarles voluntariamente a dos pisos. Julia se fue con Sayed al inmueble que ella había alquilado en el Barrio de Santa Eulalia -con motivo de su estancia en Murcia para aprender castellano-. Por su parte, sus hermanas, Claire y Olivia, se marcharon con Mohammad y Johannes a un domicilio de la calle Cortés. En las diligencias policiales se recoge que tras sufrir las presuntas violaciones, tanto víctimas como agresores acabaron la madrugada juntos en el inmueble de Santa Eulalia.
El abogado de las hermanas norteamericanas subraya que está repasando minuciosamente el relato de los hechos que realizaron las víctimas -asistidas por un traductor- porque no descarta errores de interpretación. “Deben aclararse todos los extremos relativos a lo sucedido, lo que procuraremos hacer a la mayor brevedad posible, ya que como hemos expresado por determinadas interpretaciones, quizá o no, debidas al idioma, y a que el procedimiento penal no es el mismo en un país que en otro, se han vertido afirmaciones que no consideramos adecuadas”.
“No hay seguro de violación”
Una de las hermanas se encuentra actualmente en Estrasburgo y las otros dos en Ohio, pero Mariano Bó aclara que eso no impedirá que sus clientas ratifiquen la denuncia que presentaron el Día de Año Nuevo: “Ellas van a declarar como estime su señoría, por videoconferencia o presencialmente”.
El letrado avanza que desmentirán la línea de investigación que abrió la Policía Nacional para aclarar si las norteamericanas habían contratado un seguro de viaje por Europa que entre sus cláusulas contemplaba una indemnización económica, en caso de ser víctimas de un delito, como puede ser una agresión sexual. “No es cierto que tuvieran un seguro de violación o de abusos sexuales”, sostiene el letrado para defender la veracidad del contenido de los hechos denunciados por sus clientas. “Tendrían un seguro de viaje, que cubriría los gastos médicos derivados de cualquier eventualidad o un seguro escolar la chica que estuviera aquí”.
El abogado de los afganos solicita el archivo
La instrucción judicial del caso se prevé de alto voltaje porque la defensa y la acusación la ejercerán dos afamados abogados de la Región: Mariano Bó y Melecio Castaño. De hecho, este último como letrado defensor de los afganos Sayed, Mohammad y Johannes, ya ha presentado un escrito al Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia solicitando el archivo de las diligencias judiciales.
Melecio Castaño sustenta su solicitud en cuatro pilares. El primero expone la supuesta negativa de las tres norteamericanas a colaborar en la investigación de la Policía Nacional: “Las hermanas manifestaron a los investigadores salir del país rumbo a un destino (Francia) que luego resultó no ser cierto, tratando así de despistarlos, siendo finalmente localizadas en Viena gracias al testimonio de la persona que le arrendó a Julia la vivienda en Murcia”.
En segundo lugar apunta a las “importantes lagunas y contradicciones en las declaraciones de las hermanas”. Como ejemplo de ello expone la conducta que mostraron las víctimas con los violadores: “Manifestaron que, inicialmente, fueron empujadas y arrastradas a la fuerza por mis representados hasta una zona oscura del local (BadulaKe Erasmus Bar) en el que se conocieron la noche de autos, donde fueron objeto de abusos sexuales por parte de los mismos. Pese a ello, en vez de denunciar los hechos o tratar de escapar de sus agresores, decidieron irse con ellos a seguir de fiesta”.
En tercer lugar recurre a los informes forenses: “Las lesiones obrantes en los partes médicos del Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, todas ellas, son compatibles con relaciones sexuales consentidas”. Y finalmente concluye que se trata de una “denuncia falsa en toda regla” motivada por un presunto móvil espurio: la supuesta indemnización del seguro de viaje por Europa.
“A todo lo anterior hay que añadir un dato harto relevante, y es la contratación por las denunciantes de una póliza de seguro de viaje que incluía una cobertura especial para el caso de ser víctimas de una agresión sexual durante el transcurso del mismo, hecho no negado por éstas al ser preguntadas al respecto por los investigadores”, tal y como argumenta en su escrito el abogado Melecio Castaño.
Pide a Abascal que se disculpe
Los denunciados cuando fueron trasladados a dependencias judiciales tras permanecer 72 horas en los calabozos solicitaron al juzgado que sus detenciones no se pusieran en conocimiento de la Embajada de Afganistán para no sufrir represalias en su país. A Sayed y a Mohammad se les había concedido el asilo en España, mientras que Johannes se encontraba residiendo en Noruega y había viajado a Murcia para visitar a sus amigos durante la Navidad. De hecho, el vuelo de vuelta al país nórdico lo tenía el 7 de enero y no lo ha cogido por las medidas cautelares que le impuso el juzgado.
La situación de los jóvenes afganos en suelo español no pasó desapercibida para el líder de VOX, Santiago Abascal, que durante el debate de investidura del presidente, Pedro Sánchez, denunció “una plaga de agresiones en manda que viene sufriendo el país”. También recordó que Sayed, Mohammad y Johannes habían quedado en libertad tras ser denunciados por las tres hermanas norteamericanas como autores de una supuesta agresión sexual.
Tales manifestaciones en el Congreso de los Diputados han provocado que el abogado defensor de los investigados, Melecio Castaño, le haya enviado un requerimiento a Abascal donde literalmente le exige que “se desdiga públicamente y se retracte de cuanto manifestó respecto a ellos”.