Los 1.000 embustes de 'la mentirosa del pegamento en la vagina' contra la misma Guardia Civil
Vanesa Gesto aseguró que la Benemérita la presionó para dar una versión sobre su presunto secuestro que ha resultado ser falsa.
5 febrero, 2020 19:38Noticias relacionadas
Para Vanesa, la culpa la tuvo la Guardia Civil, que (según dice) la presionó para que declarase una versión falsa. También su exabogada, que se inventó (según cuenta) parte de la historia que ha resultado ser mentira. Hay más culpables: Fernando, su presunto cómplice, que le estuvo calentando la cabeza acerca de lo mal que funciona la justicia en España. Incluso la medicación que ella tomaba. Todos tuvieron la culpa de que Vanesa interpusiese una denuncia falsa contra su ex.
El secuestro que denunció en 2016 Vanesa Gesto por parte de su exnovio Iván jamás sucedió, pero lo que ha declarado la mujer en sede judicial es que todo fue cosa de un montón de gente y estamentos, que le obligaron a dar una versión absolutamente surrealista de lo que sucedió el 21 de octubre de 2016. Esta habitante de Fabero (León) se sienta en el banquillo estos días acusada de simulación de delito. Se enfrenta a casi 12 años de prisión, pero sigue divagando en sus declaraciones.
El caso que estremeció a España nunca ocurrió. Vanesa Gesto denunció que su exnovio, Iván Rico, había mandado a dos esbirros a secuestrarla, que le taparon los ojos y la llevaron a un sótano, donde la esperaba Iván. Dijo ella que el chico la ató, le quitó las bragas y le lanzó un líquido caliente que habría resultado ser pegamento. Los hechos acontecieron en 2016. El juicio concluye este miércoles. En la última sesión de la vista, Vanesa acabó ausentándose de la sala alegando un supuesto ataque de ansiedad. Se libró así de ver la declaración completa de Iván, su exnovio que pasó 317 en prisión por este asunto.
Todo contradicciones
No fue el único instante en el que la acusada volvió a sorprender a la sala. A preguntas del fiscal, Vanesa no reconoció haberse inventado la historia. Dijo que todo fue real, que Iván la había agredido muchas veces y que lo que ella declaró fueron situaciones que se habían repetido en algún momento de la relación. Respecto a la acusación de secuestro contra Iván, Vanesa aclaró que esa noche lo que quería ella era suicidarse y que convenció a un amigo para que la llevase al bosque para acabar con su vida.
Salpicó también esa versión a Emilia Esteban, que fue la abogada que la defendió tanto en aquella ocasión como en otras muchas veces en las que Vanesa denunció a su ex por presuntas agresiones. Contó Vanesa en sede judicial que la historia del pegamento en la vagina fue una treta urdida por su entonces letrada para ir a las televisiones. Este extremo ha sido negado de forma categórica por la aludida, Emi Esteban, que abandonó el caso cuando la Guardia Civil detuvo a Vanesa.
El último responsable de que Vanesa se inventase (y llevase hasta las últimas consecuencias) la historia del secuestro y el pegamento fue, según declaró en el juicio, su amigo Fernando. Un chico de Ponferrada, menos que ella, que también se sienta en el banquillo acusado de ser el cómplice necesario para perpetrar el engaño que dio con los huesos de Iván Rico en la cárcel. Vanesa explicó que el chico le había estado calentando la cabeza aquella tarde sobre lo mal que funcionaba la justicia en España, y que eso influyó en el desarrollo de los hechos. Vanesa también aludió a los medicamentos contra la depresión que toma desde 2008. Asegura que su estado mental en aquel momento no era el adecuado, y que por eso explicó aquella versión, al no estar en plenas facultades psíquicas.
Historial de denuncias falsas
Vanesa tiene un largo historial de denuncias por malo tratos, acoso laboral, acoso sexual y agresiones con varios de los hombres con los que ha mantenido relaciones sentimentales. O simplemente laborales, como el acoso de Miguel, un excompañero del Ayuntamiento de Fabero que explicó a EL ESPAÑOL que ella le interpuso una denuncia que ha hecho que a él se le haya impuesto una orden de alejamiento que le ha mantenido fuera de su casa durante casi 3 años. En este último juicio, Vanesa volvió a incurrir en numerosas contradicciones, hasta el punto que durante la vista se tuvo que recurrir al visionado de sus anteriores declaraciones, para aclarar lo que ella en efecto había dicho.
En la última sesión del juicio declaró Iván, exnovio de Vanesa y auténtica víctima de todo este caso al haber pasado casi un año encerrado por unos hechos que jamás sucedieron. Iván declaró que empezó una relación con Vanesa, que al poco tiempo se fue a vivir a su casa, y que desde entonces ella empezó a tener comportamientos extremos. Peleas, agresiones y hasta intentos de suicidio. Que fue entonces cuando él decidió romper la relación. Vanesa le dijo entonces “a mí nunca me dejan. Yo soy siempre la que dejo; si me dejas tú te arruino la vida”.
Iván dijo tener claro que Vanesa actuó de esta forma movida por el odio, y que no era la primera vez que le acusaba falsamente de agresiones por las que ya tuvo que entrar en prisión. Del mismo modo, cuando el chico lograba que se le concediese algún permiso penitenciario y conseguía salir a la calle, Vanesa volvía a interponer nuevas denuncias contra él, por quebrantamiento de la orden de alejamiento. Dichas denuncias acababan con Ivánotra vez entre rejas.
El juicio entra ya en la recta final. Piden para Vanesa 12 años de prisión y 10 para u presunto cómplice necesario. Y aunque ha quedado claro que el secuestro del 21 de octubre jamás sucedió, Iván, la persona acusada de aquellos hechos ficticios, asegura que su vida ha sido muy difícil desde entonces y que lo ha pasado muy mal: “La gente se me queda mirando, mis hijos no quieren verme por miedo, sufro amenazas por redes sociales y he cambiado de casa por las críticas de los vecinos”, reconoció.