La semana del feminismo estaba marcada en rojo en la agenda de la ministra de Igualdad, Irene Montero. No sólo por la manifestación del 8-M, no. Montero tenía un objetivo en mente: comenzar con la tramitación de su plan estrella, la ley del sólo sí es sí. Tras encontrarse con infinidad de trabas y peleas para poder parir su norma dentro del Consejo de Ministros, quería dotar estos siete días de otro color. Y por eso, llenó su agenda. Hasta los topes. Sin caer en la cuenta de que, como finalmente ha sucedido, podía infectarse de covid-19 y ser la primera en Moncloa en tener coronavirus.
En la actualidad, políticos de todo el arco parlamentario del Congreso de los Diputados ya han sido contagiados.
Durante los últimos días, Montero enlazó un compromiso con otro. Con especial atención en uno: el pasado viernes, la titular de Igualdad participó en un acto junto a la Reina Letizia. Ambas presidieron una reunión de trabajo de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (APRAMP). Allí, ministra y Reina saludaron, acompañaron y compartieron mesa y documentos con múltiples asistentes. Pero no se quedó ahí.
Televisiones -concedió una entrevista al programa de la otra Ana Pastor, El Objetivo, en el plató repleto de público-, radios, charlas en universidades -en Sevilla estuvo Montero en mitad de la semana-, inauguración de festivales. Un Consejo de Ministros de por medio. Un no parar.
Pero si por algo se caracteriza la ministra de Igualdad es por su cercanía: no duda en dar dos besos a todo aquel que acude a su encuentro. Y así ha sido en todas sus citas.
Manifestación del 8M
Quizás fue el gran evento multitudinario, la manifestación de este domingo, Día de la Mujer, el detonante de todo. Junto a Montero se encontraban la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, la directora de la Dirección General de Diversidad Sexual y LGTB, Boti García, o la directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno. También la secretaria de Estado de la Agenda 2030, Ione Belarra.
Ellas tan sólo eran unas pocas de las 120.000 personas que acudieron a clamar por los derechos de las mujeres en el centro de Madrid. En otro lado y en otra comitiva se encontraban los miembros del Gobierno pertenecientes al PSOE, encabezada por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, y la portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados,Adriana Lastra.
Así, también se encontraban Arancha González Laya, ministra de Exteriores; Isabel Celáa, de Educación; Magdalena Valerio, la extitular de Trabajo, o el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Lo cierto es que el Gobierno ni se planteó cancelar la convocatoria de manifestaciones en nuestro país -ni siquiera en Madrid, foco principal del coronavirus en España-. Los motivos los adujo la propia Montero: "Necesitamos una gran alianza feminista, eso es lo que nos enseñaron las que han venido antes". La ministra de Igualdad consideraba la cita necesaria para poder avanzar y seguir conquistando derechos.
Los síntomas
Tres días más tarde, Montero comenzó a sentir síntomas. Lo ha explicado ella misma en un mensaje en Twitter. "Voy a permanecer en casa con mi familia y desarrollando mi trabajo por medios telemáticos hasta que lo indiquen las autoridades sanitarias. Me encuentro bien", ha informado la ministra y 'número dos' de Podemos.
La ministra tenía previsto participar este jueves en Moncloa en la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros convocada a las 12.30 para aprobar el paquete de medidas para hacer frente a la expansión del coronavirus.
Además de Montero, también se ausentará de la reunión en Moncloa su pareja y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que está en cuarentena a raíz de conocerse que la ministra de Igualdad ha dado positivo, según ha informado Moncloa en un comunicado.
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