"Ser fotógrafo no es simplemente tener una cámara; ser fotógrafo es sentir que lo que tienes delante, que debe ser comunicado en ese instante, con esa toma y con esa luz. No es disparar por disparar, sino ver y después disparar".
La pasión que sentía José Luis Abad, el fotógrafo toledano muerto el pasado 28 de julio durante un rito para desintoxicarlo de las drogas, en el que participaba el actor porno Nacho Vidal mediante la administración de un veneno obtenido del sapo bufo -al que denominan la molécula de Dios-, por su trabajo traspasaba el ámbito profesional. Siempre cámara en ristre, Abad era, según quienes lo conocían, un trabajador de "diez". "Resolutivo y excepcional", resumen.
Nacido en el pequeño municipio de Villanueva de Alcardete (Toledo), de apenas tres mil habitantes, pronto dio el salto a Valencia, donde se consolidó como uno de los fotógrafos de moda más prestigiosos. Fue también en la ciudad del Turia donde falleció, en principio, por un infarto de miocardio.
[El vídeo de 22 minutos que prueba que Nacho Vidal le hizo el boca a boca al fotógrafo muerto]
Pero la realidad se ha destapado meses después: Abad sufrió el infarto, sí, pero pese a sus convulsiones y la asfixia del fotógrafo, completamente amoratado y rígido en el suelo, ni Nacho Vidal, ni su familiar ni su empleado del hogar -los tres detenidos- le auxiliaron ni llamaron a emergencias.
Abad era bien conocido en la capital de la Comunidad Valenciana. Capturaba tanto trabajos editoriales, campañas de imagen, publicidad o hacía la cobertura gráfica de pasarelas nacionales e internacionales. Había firmado en cabeceras como Vogue, Tatler Hong Kong, 2Bexposed NY, Oxxo magazine, La Milk, Oci o H magazine.
Desde 1995, año en que había montado su propia escuela de fotografía, además de su estudio, ABADfotografía, compaginaba ambas facetas. También trabajaba como director de fotografía de Peppermint Magazine, y había fundado el festival fotográfico Enfoque Valencia.
Visión artística
Era habitual verlo en la escena mediática valenciana. No en vano, era director de fotografía en la Semana de la moda de Valencia y director de fotografía del festival de Teatro Russafa Escénica.
Su portfolio recogía todo tipo de fotografías: eventos, bodas, pasarela, producto. Pero su ambición iba más allá. Por eso, Abad completaba su perfil artístico con exposiciones en las que aborda distintos temas a través del lenguaje de la fotografía de moda.
Era su gran pasión: la moda. No dudaba en hacerlo ver una y otra vez. Especialmente, lo concerniente a sus diseñadores favoritos, Matthew Williamson y Raf Simons, aunque sus referencias iban más allá: el rapero Kanye West, el actor Jared Leto o Steve Mcqueen.