Saltaron todas las alertas: cuando Alberto, el manchego residente en Lanzarote que había vuelto a su pueblo, Manzanares (Ciudad Real), para enterrar a su madre, cogió el avión en Madrid, no sabía que tenía covid-19. Se había hecho la prueba, sí, pero no había esperado a los resultados. Por eso, cuando en pleno vuelo dio positivo, el dispositivo se desplegó.
Para empezar, puso a todo el pasaje -135 personas- en cuarentena. A todos los pasajeros del vuelo Madrid-Lanzarote se les realizó una prueba para detectar si habían sido contagiados por él. Y, afortunadamente, todos han dado negativo en la enfermedad.
Tal y como informa la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha y confirma la aerolínea que operó el vuelo, Iberia, se han realizado 57 pruebas, incluyendo los contactos estrechos y el pasajero afectado, y todos los resultados han sido negativo.
Los hechos ocurrieron el pasado 29 de mayo cuando el pasajero regresaba a Lanzarote tras asistir en Ciudad Real al entierro de su madre, enferma de cáncer terminal que dio positivo en covid-19, y mantener contacto con personas contagiadas por haber estado con la fallecida.
Embarque y desembarque separado
Ese día, Iberia Express fue alertada por las autoridades de que un pasajero del vuelo IB3856 Madrid-Lanzarote, en vuelo en ese momento y en el que viajaban 135 pasajeros y 7 tripulantes, había dado positivo en COVID-19, según la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha.
En ese mismo instante, se avisó a la tripulación de la situación y se activaron los protocolos para garantizar la máxima protección del pasaje. Una vez aterrizado el avión, las autoridades tomaron el control de la situación y se procedió al desembarque de los pasajeros en las filas colindantes en primer lugar, después el resto del pasaje y por último al pasajero afectado.
Las autoridades sanitarias se encargaron desde ese momento de la situación y se ordenó la puesta en cuarentena obligatoria de los pasajeros que estuvieron más próximos al afectado durante el vuelo.
Una semana después, se llevó a cabo la prueba del PCR para detectar un posible contagio de COVID-19 a pasajeros y tripulantes, cuyo resultado ha sido, en todos ellos, negativo.