El médico forense del juicio del 8-M, Julio Lorenzo Rego.

El médico forense del juicio del 8-M, Julio Lorenzo Rego. E.E.

Reportajes

El ‘desquicie’ del doctor Rego, el forense del 8-M: su gran tropiezo tras la muerte de Morente

El médico presentó un informe lleno de inexactitudes. En 2013 ya peritó en el caso que se desencadenó tras la muerte del cantaor Enrique Morente. 

13 junio, 2020 03:01

Y, el martes, estalló la bomba. El médico forense Julio Lorenzo Rego presentaba, este día, su informe definitivo en el Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, en el que se investiga la manifestación del 8-M y el rol que el delegado del Gobierno en la comunidad, José Manuel Franco, tuvo en ella. El contenido era de los que duelen. Lorenzo Rego decía en el informe que el ministro Salvador Illa y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, conocían el alcance de la gravedad del coronavirus antes de que la manifestiación se celebrara. Y entonces todas las miradas se giraron hacia él. ¿Quién es esta tal Julio Lorenzo Rego?

Lejos de valorar la calidad de su trabajo, se dijo que Rego que pertenece a los Legionarios de Cristo, que es cierto; se dijo que dentro de la congregación religiosa es parte del movimiento ultracatólico Regnum Christi, que es cierto; y que su hermana es Elena Lorenzo Rego, la coach famosa por intentar curar la homosexualidad, lo cual también es cierto. Cosas del oficio, dirán. Lo que pocos descubrieron es que no es la primera vez que Julio Lorenzo participa como forense en un caso mediático y sensible.

Ya en 2013 Julio Lorenzo fue el médico forense encargado de elaborar el informe que exculpó al doctor Enrique Moreno tras el fallecimiento del cantaor Enrique Morente. El artista murió en 2010, una semana después de ser operado en la clínica madrileña La Luz por el equipo del doctor Moreno. Su familia se querelló entonces contra los médicos, a los que acusaban de haber cometido una negligencia. Pero, entonces, llegó el informe de Julio Lorenzo y en él ponía que todo había ido bien. Ese informe ya generó polémica. La familia intentó, aunque sin éxito, recusar a Julio Lorenzo por no tener conocimientos específicos en la materia y a día de hoy lo siguen considerando una injusticia. Ahora la polémica vuelve a recaer sobre su figura, aunque elevada exponencialmente.

Parte del informe de Julio Lorenzo Rego en el que hace referencia al tsunami.

Parte del informe de Julio Lorenzo Rego en el que hace referencia al "tsunami". EL ESPAÑOL

La presión no me preocupa en absoluto”, asegura Julio Lorenzo Rego en una conversación vía correo electrónico con EL ESPAÑOL. “Estoy acostumbrado a tenerla y a no ceder ante lo que no se debe. La objetividad es una de las cosas que un perito -y más aún judicial- debe mantener por encima de presiones, ideologías, gustos personales o convicciones”, añade. Sin embargo, rechaza hacer más declaraciones ya que no puede hablar sobre un proceso judicial en marcha.

La última novedad del caso del 8-M se ha conocido este mismo viernes con la decisión de la jueza Carmen Rodríguez-Medel de archivar provisionalmente la causa contra José Manuel Franco. Según la magistrada, tras la instrucción, no hay indicios suficientes del actuar delictivo del delegado del Gobierno. En ese sentido, al igual que ha sucedido con el informe aportado por la Guardia Civil, el informe elaborado por Julio Lorenzo Rego no ha servido para incriminar a nadie. Y el error de este último podría estar en su inexactitud.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el informe está circulando por grupos de mensajería de médicos forenses y está siendo objeto de burla. Frases como la de “Un tsunami se prevé, se sabe que va a venir porque ha existido un fenómeno previo”, que Lorenzo Rego ha incluido en el informe, se alejan de su objetivo inicial. “Hace un análisis subjetivo e incluso analiza contenidos de correos electrónicos, que no es su labor como médico forense”, explica a este diario una compañera, también forense, con años de experiencia. “Es un texto larguísimo y lleno de cosas que se escapan a su ámbito, como si estuviéramos hablando en un bar de nuestra opinión personal”, explica otra forense también con muchos juicios a sus espaldas.

El legionario de Cristo

A Julio Lorenzo Rego esta polémica le pilla ya relativamente mayor. Nació el 28 de enero de 1957 en el seno de una familia de profundas convicciones católicas. De ella también han mamado su hermana Elena y su hermano Fernando Lorenzo Rego, profesor de Ética del Comportamiento Humano en la Universidad Francisco de Vitoria, ubicada en Madrid y de inspiración católica. Tras estudiar Medicina, se presentó a las oposiciones para ser médico forense y consiguió aprobarlas en 1983, cuando tenía 26 años. Desde entonces, ha estado practicando su profesión como forense casi 40 años, no exento de polémica. El último episodio ha consistido en jalear sus creencias personales para desprestigiar su trabajo.

Conferencia de Julio Lorenzo con los Legionarios de Cristo.

Conferencia de Julio Lorenzo con los Legionarios de Cristo. E.E.

Uno de sus primeros destinos fue en los juzgados de primera instancia de Castellón. Ahí aterrizó ya casado, tuvo un hijo y, en 1991, ya partió hacia Madrid, a los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Móstoles. Después de Castellón llegó a los juzgados de Plaza Castilla de Madrid, primero en el de Instrucción número 18, hasta que en 2013 aterrizó en el número 51, donde ahora la jueza Carmen Rodríguez-Medel ha llevado a cabo la instrucción contra José Manuel Franco, que ha sido temporalmente archivada.

Siguiendo la línea que heredó de sus padres, Julio Lorenzo Rego también ha formado una familia de convicciones católicas. Junto a su mujer, actualmente tiene seis hijos. Desde joven es miembro de los Legionarios de Cristo y de su movimiento Regnum Christi, fundado en 1959 por el sacerdote mexicano Marcial Maciel. Cristiano ejemplar, de Maciel se acabó descubriendo que llevaba décadas cometiendo abusos sexuales contra seminaristas, que tenía hijos secretos y era drogadicto y que había plagiado gran parte de El salterio de mis días: 98 meditaciones, libro de cabecera de los Legionarios de Cristo.

Relativamente ajeno a todo ello, ya que en el pasado ensalzaba la figura de Maciel, Julio Lorenzo Rego ha ido todos estos años compaginando su labor de médico forense con una clínica en la que realiza psicoterapia. No es psicólogo, no es psiquiatra, es un médico que realiza psicoterapia en una clínica privada que tiene en el paseo de la Castellana de Madrid, a la altura de Nuevos Ministerios.

La página web en la que publicita sus servicios es, cuanto menos, curiosa, al igual que su informe sobre el 8-M. Su lema es “Atrévete a descubrir la felicidad que está en tu interior” y su contenido recuerda a cualquier libro de autoayuda escogido al azar. “Ser médico me ha permitido acercarme, por vocación, al sufrimiento humano y desde ahí avanzar al conocimiento de su realidad física, psicológica y espiritual”, reza en su web. “El honor de ser médico, médico forense y médico psicoterapetua me permite contemplar al ser humano desde diversas vertientes de tal modo que unas ayudan a otras en la contemplación del ser humano que sufre desde su totalidad”, añade.

Parte del informe en el que hace referencia a su familia.

Parte del informe en el que hace referencia a su familia. EL ESPAÑOL

Este estilo es muy similar al del celebérrimo psiquiatra Enrique Rojas, el psiquiatra de los famosos. Y es que Julio Lorenzo Rego es muy cercano a él, algunas fuentes aseguran a este diario que han llegado a trabajar juntos durante muchos años y que de él ha mamado esa forma tan particular de hacer psicoterapia. De hecho, ambos participaron en el simposio de psicólogos que se celebró en 2006 en Barcelona. En ese evento hubo una charla que se tituló Diferencias sexuales y prevención de la homosexualidad, muy en línea del tema estrella de la hermana de Julio, Elena Lorenzo Rego, que intentó curar homosexuales y que fue multada el año pasado por la Comunidad de Madrid.

Tras la muerte de Morente

Granada, no tengas miedo
de que el mundo sea tan grande,
de que el mar sea tan inmenso.
Tú eres la novia del aire.
La de la sombra de plata,
la del almendro, la que parece de nieve
y por dentro eres fuego.

La que canta es Estrella Morente, en diciembre de 2010. Lo hace en honor a su padre, Enrique, el gran innovador, cuerpo presente, mientras mira al cielo y, como a punto de romperse, hace que se rompan el resto de 5.000 asistentes que pasaron por la capilla ardiente que se instaló en el teatro Isabel la Católica de Granada. Pero lejos, muy lejos, del descanse en paz, comenzaba la guerra. Y Julio Lorenzo Rego decantaría la batalla determinante.

Unos días antes de ese 13 de diciembre en el que la voz y la vida de Enrique Morente se apagaron, el cantaor fue operado en la clínica La Luz de Madrid por una úlcera. Estaba en manos del célebre doctor Enrique Moreno, premio Príncipe de Asturias y apodado la mano de Dios. La primera operación fue el 4 de diciembre y dos días después tuvo que ser trasladado a la UCI y ser, de nuevo, operado el día 6. Ahí todo se truncó. El cantaor acabó entrando en muerte cerebral y falleciendo, finalmente, días después.

Tras un silencio inicial que la familia de Morente no rompió por respeto al cantaor, acabaron estallando. Según denunciaron, la segunda operación a la que fue sometido Morente no les fue comunicada hasta que ya había pasado. Además, aseguraron que murió por una grave negligencia médica, a causa de un problema cardíaco que tuvo su origen cuando estaba siendo operado. Relativamente joven, Morente falleció a los 67 años cuando había sido intervenido por un mero problema de esófago.

Y ahí entró Julio Lorenzo Rego. En un informe que elaboró y presentó en 2013, Rego concluía que la atención había sido la “adecuada”. “La actuación dispensada en la UCI fue satisfactoria durante todo el tiempo que el paciente estuvo a su cargo”, dijo, y añadió que “no fue posible detectar por signos externos, directos ni indirectos, el brusco empeoramiento (del paciente) antes de que se produjese, porque no había tal empeoramiento, sino que la evolución era completamente satisfactoria hasta la súbita e imprevisible hemorragia intraabdominal”.

Aquello fue una injusticia”, explica a EL ESPAÑOL una fuente de la acusación, de parte de la familia Morente, que ha pedido permanecer en el anonimato. “Nosotros le intentamos recusar porque él era psicoterapeuta. No era cirujano, que es lo que hacía falta para determinar eso”, añade. “Al final, nos había tocado de oficio un médico forense que no era especialista en la materia y, en fin, no hubo juicio ni nada, se archivó”, comenta, en referencia a Julio Lorenzo Rego.

El doctor Enrique Moreno.

El doctor Enrique Moreno.

Más allá de esa polémica, Julio Lorenzo traspasó ahí también una línea que quizás no le correspondía. No se limitó a presentar un informe pericial médico, sino que se extendió más allá e interpretó que el origen de la denuncia sería “un malentendido” debido a la descoordinación en las informaciones facilitadas a los familiares. Estos dos aspectos, el de que no es un experto en la materia y que quizás se pudo extralimitar, han vuelto a renacer en la imagen de Julio Lorenzo Rego tras su informe del 8-M.

“Siento elaborar este informe”

La jueza Rodríguez-Medel, que instruye actualmente el caso del 8-M en los juzgados de Plaza Castilla, fue bastante nítida en cuanto al encargo que debía realizar Julio Lorenzo Rego. Su labor como “médico forense adscrito a este órgano judicial” era establecer si las manifestaciones que tuvieron lugar en Madrid “fueron susceptibles de causar un riesgo evidente para la vida e integridad física de las personas”. En caso de que así fuera, debía esclarecer si ello era “científicamente notorio” entonces y, a ser posible, ofrecer una probabilidad estadística que sirva para poner datos a todo ello.

Bien. En su informe, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, Julio Lorenzo Rego -que es psicoterapeuta, ni virólogo ni epidemiólogo- dice que sí, que el hacinamiento de una manifestación dispara la probabilidad de contagio (aunque no establece cuánto). Pero lejos de limitarse a esa parte estrictamente científica, empieza a analizar correos electrónicos, justifica su trabajo, recoge como pruebas publicaciones en los medios de comunicación y se expresa en un tono subjetivo y, sobre todo lo más errado para los expertos consultados, conjetura sobre ello.

Parte del informe en el que agradece el gesto de Simón de disculparse.

Parte del informe en el que agradece el gesto de Simón de disculparse. EL ESPAÑOL

Uno de los párrafos más llamativos, por lo colorido, es el siguiente: “Un tsunami se prevé, se sabe que va a venir porque ha existido un fenómeno previo, terremoto con epicentro en el fondo del mar, que así lo indica. La situación de hecatombe en España se veía venir”. Pero hay más. “Siento estar elaborando este informe y lo siento de corazón pues, a pesar de todo, siguen al pie del cañón”, dice sobre Fernando Simón y su equipo. Y lo ensalza en otro lugar: “Dicho sea de paso, el gesto honroso de don Fernando Simón de pedir públicas disculpas por un desencuentro con la dicha Iglesia (Evangélica), quizá por un malentendido”.

Además, incurre en errores de bulto, como cuando fecha el primer fallecido por coronavirus el 13 de febrero, cosa que es cierta pero que no se supo hasta entrado marzo y que no contextualiza. Y también recurre en numerosas imprecisiones: “Después de todo lo estudiado, tengo la impresión…” y “al parecer, aunque no he leído su alocución, la directora general de la Guardia Civil ya dio informaciones y recomendaciones (...) según se pudo leer el 3 de mayo en el diario El Mundo”.

EL ESPAÑOL ha pedido a varios médicos forenses que analicen el informe de Julio Lorenzo Rego y las conclusiones van en la misma vía. “Es un desquicie”, relata una profesional con años de experiencia en juicios muy mediáticos. “Un informe pericial no es un análisis de correos electrónicos y de noticias de periódicos. Eso no es ciencia, la ciencia es el virus y su transmisión”, añade. “Este señor culmina su informe con la expresión mi impresión. No. Un informe forense no va de impresiones, va de certezas”, comenta.

“Llega a unas conclusiones relacionadas con la peligrosidad de un acto no por la medicina sino por sus impresiones, sin certeza científica. Lo que hace es análisis subjetivo. El contenido de unos correos electrónicos hay que analizarlos con mucho cuidado y, en todo caso, ese trabajo lo debería hacer un psicólogo forense, no un médico”, asegura. “Y dar por ciertas unas publicaciones de medios de comunicación en un informe forense de esa trascendencia… es como decir que tal persona ha sido asesinada porque lo ha dicho El Mundo”, apuntala.

Al parecer, aunque no he leído su alocución...

"Al parecer, aunque no he leído su alocución..." EL ESPAÑOL

De mi informe va a depender la libertad o la encarcelación de alguien”, explica otra médica forense con más de 30 años de experiencia. “Cualquier compañero, en este caso, tendría que haber dicho que no hay datos suficientes para saber cuánta gente pudo resultar contagiada ahí. Puede ser que el Gobierno supiera esto y no dijera nada, eso desde luego, pero esa no es la labor del forense. El forense tendría que haber dicho que no disponía de datos o cualificación, no redactar el Quijote”, añade.

-¿Y si el informe es tal desastre, por qué la defensa no lo recusa o encarga uno a un perito propio?

-Es tan delirante y tal es el despropósito que la defensa no lo ha echado para atrás porque no va a valer para nada. Seguramente la jueza ni lo tenga en cuenta.

La conversación con dicha experta tiene lugar el jueves, y suena a premonición. Y este viernes se acaba confirmando: Rodríguez-Medel acuerda el sobreseimiento provisional al entender que José Manuel Franco no tuvo conocimiento de la gravedad del asunto, a la espera de nuevas pruebas que puedan decir lo contrario. El polémico informe de Julio Lorenzo Rego ha caído en nada.