La historia de Andoni Monforte es la de David contra Goliat, la de Don Quijote contra los molinos gigantes de La Mancha, la del pez pequeño que se come al grande, la del que busca la justicia por encima de las limitaciones. Él creó y empezó a comercializar en 2013 Vegan Milker, un utensilio de cocina que permite elaborar horchata y otras bebidas vegetales. Hasta que un día, le llamaron para contarle que Lidl en Francia estaban vendiendo un producto prácticamente idéntico al suyo. ¿Y qué hizo él? Denunciar por plagio a la compañía alemana, que esta semana ha perdido su primera batalla contra Andoni después de que un tribunal de la Audiencia Provincial de Mannheim haya resuelto a su favor.
La Vegan Milker, comercializada por Chufamix, la empresa de Andoni, se convirtió, a partir de su lanzamiento, en un producto de referencia para los veganos, con 60.000 unidades vendidas y presencia en 40 países: Alemania, Australia, Bolivia, Japón, Reino Unido o México. “Yo me pasé yendo a ferias mucho tiempo, comercializando el producto… ¡Y todo el mundo estaba encantado!”. Y eso, obviamente, repercutía –y de qué manera– en la salud empresarial de Chufamix. Los números hablan por sí solos. En 2016, Andoni llegó a facturar 241.000 euros en ventas y con previsiones de aumentar año a año.
Sin embargo, esas ganancias se frenaron en seco en 2017, a raíz de que Lidl, copiando –según han dictaminado los tribunales– hasta los libros de instrucciones, la comenzara a comercializar. “Me di cuenta de que me la copiaron cuando se puso en contacto conmigo un distribuidor francés, indignado, porque creía que se estaban comercializando mis Vegan Milker en los supermercados Lidl por bastante menos dinero. Y en España me llamó mi madre para decirme que había visto que Lidl vendía mi invento”, cuenta a EL ESPAÑOL.
Lidl había copiado su producto –según dictaminan los tribunales– y había empezado a fabricarlo en China y a venderlo por Europa y Estados Unidos a precios irrisorios (entre 4,99 y 9,99 euros) –mientras que la de Andoni ascendía a 35,90 euros. “Empezaron a utilizar plásticos de menor calidad, un 50% menos de acero inoxidable en el filtro y nula inversión en I+D porque era un producto que ya estaba inventado”.
“Ellos, además, no necesitaban ponerle un precio alto. Lo utilizaban como reclamo para que después los clientes compraran otras cosas”, cuenta Andoni. “Llegué a mandar a un amigo mío al supermercado y él me mandaba fotos de cómo estaban colocadas en los supermercados, en los mejores sitios”, añade.
Andoni Monforte, entonces, se puso manos a la obra. Primero, intentó llegar a un acuerdo amistosamente. Hizo un requerimiento a Lidl, a nombre de Dieter Schwarz, CEO de la multinacional alemana, pidiéndole que retirara la copia. Sin embargo, la cadena de supermercados alemana hizo caso omiso. “Ellos, en un tono prepotente, nos dicen que no van a retirarlo y entonces nosotros les ponemos una querella en España contra la propiedad industrial que se admite a trámite”, cuenta.
Andoni demanda a todo el consejo directivo de Lidl España, al fabricante, a Lidl Alemania y Holanda… Y en el informe pericial pierden su primera batalla. “Ellos alegan que no es un plagio por temas muy técnicos… El juez, entonces, se lo envía a la oficina de patentes y marcas, lo analizan y emiten un informe al juez en el que desmontan todos los argumentos de la compañía alemana”, cuenta el inventor de Vegan Milker.
Demandas de Lidl
Lidl contraataca y demanda a Andoni en Alemania por tres vías pidiendo la nulidad de su patente europea para poder comercializar su producto. En total, cuatro procesos judiciales abiertos en torno a su Vegan Milker. “Es mucho dinero. Nosotros, en 2017, cuando ellos nos la copian, empezamos a entrar en pérdidas y ahora todo lo que ganamos lo invertimos en los cuatro procesos judiciales”, lamenta Andoni. “Es dinero que yo tendría que estar destinando a marketing o a I+D o a lo que sea”, prosigue.
Y así será, salvo que todo se tuerza. De momento, ha ganado la primera batalla después de que la Audiencia Provincial de Mannheim fallara a su favor –aunque lleva gastados entre 80.000 y 90.000 euros en abogados. Ahora le quedan otros tres procesos judiciales. “El problema es que en España va muy lento. Puse la demanda en 2017 y todavía no se sabe ni qué tribunal lo va a llevar a cabo”, cuenta Andoni.
Lo que sí tiene claro es que va a ganar. Andoni no tiene dudas. Fundó su empresa en 2012 y en 2013 empezó a comercializar la Vegan Milker. Todo, absolutamente todo, le fue bien hasta ese 2017. Ahora, con todo el lío judicial pendiente, ha empezado a ganar el dinero que perdió con la intrusión de Lidl en su negocio. En este 2020 lleva vendidas 47.000 unidades en los 40 países en los que opera. Ha ganado, de hecho, 580.000 euros. Y lo que le queda. “Nosotros no hemos nacido para ser pequeños, deberíamos ser una mediana o gran empresa porque tenemos un producto que le gusta a todo el mundo y que, además, fabrican compañías españolas”, finiquita Andoni, esperanzado después de ganar su primera batalla judicial.