El incesante flujo de informaciones sobre los negocios poco transparentes del Rey emérito Juan Carlos durante su reinado ha vuelto a reabrir viejas heridas en la Casa Real española. Por ello, vuelven a salir a la luz las relaciones sentimentales que ha mantenido el Monarca español durante toda su vida. Y es que Juan Carlos, con su manera de comportarse, ha dejado un reguero de mujeres heridas a lo largo de su vida. Ya no sólo amantes, sino también a sus familiares más allegados. Este periódico ha podido contabilizar hasta siete. Y, de ellas, tan sólo una le acogería en sus hogar a día de hoy, tras la posible expulsión este fin de semana del emérito del Palacio de la Zarzuela.
El padre de Felipe VI, de hecho, no es un hombre de tener amigas, sino amantes. En su grupo de confidentes no hay ni una sola mujer, son todo varones. Pese a ello, mantiene buena relación con las mujeres de sus amigos, como le ocurre con la esposa de Pedro Campos, Cristina Franze, que le da asilo en su casa de Sanxenxo, pero nada más.
El periódico italiano Il Corriere della Sera escribió un polémico reportaje en 2018 sobre el emérito que aseguraba que Juan Carlos había estado en su vida con más de 1.500 mujeres. Todas ellas, según el citado diario, eran amantes. Quién sabe si realmente superaría el millar, lo que sí está claro es que hay siete féminas a las que el Monarca ha marcado de por vida.
La pérdida de su confindente
El pasado 8 de enero, Juan Carlos perdió a su hermana, la infanta Pilar de Borbón, la única mujer que podríamos considerar como su confidente y amiga. "Con la muerte de su hermana Doña Pilar perdió a la única que le escuchaba y que podía decirle verdades como puños. La duquesa de Badajoz era tremenda con su hermano, le decía lo que pensaba sin dudar. De hecho, ella ya le aviso sobre la alemana [en referencia a Corinna]", asegura una persona muy cercana al emérito.
Si nos ponemos a hacer recuento de las mujeres que han estado cerca del anterior Jefe del Estado durante su vida, nos sobran dedos en las manos para contarlas. Sin embargo, hay que sacar de esta ecuación a las muchas amantes pasajeras que poco marcaron su camino. Tampoco podríamos meter en esta lista a su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans, condesa de Barcelona, a la que el emérito quería seguro pero que poco influyó en su vida y en sus tomas de decisiones. El motivo: la dejo en Estoril, Portugal, cuando fue enviado a España con diez años para crecer bajo el ala de Franco.
Ahora, el reducido grupo de mujeres que le queda cerca viven con tristeza y decepción con cada nueva información sobre los negocios turbios de Juan Carlos. EL ESPAÑOL pone cara a las siete mujeres a las que Juanito -como le llaman los que le tienen cariño- ha podido defraudar.
Sofía, la sufridora
La Reina Sofía vuelve a ver el tsunami que se acerca a Zarzuela. Esta vez, no obstante, está más preocupada. Ahora no se habla de su honor, pues ése ya lo perdió aquella fría mañana en Madrid cuando al entrar en el Cristo de Medinaceli, el público gritaba: "¡Sofia sí, Corinna no!". Esta vez es peor. La ola es tan alta que puede arrasar a toda la Casa Real y llevarse consigo lo único que le importa a los Borbones: la permanencia de la familia en el trono.
Sus más allegados dicen que está desolada, aguantando estoicamente un nuevo golpe. Y ya son muchos. Hace unos días, la madre de Felipe VI hacía su primera aparición pública tras la pandemia para presidir la reunión de la Fundación que lleva su nombre. Con la mascarilla puesta, los ojos azules de Sofía brillaban como siempre, dejando claro que debajo, aunque no lo viéramos, se escondía una gran sonrisa. "Ella es una profesional. Nadie se va a dar cuenta de si está triste o no. Son muchos años ya de estas cosas. Esto es mucho peor, pero podrá con ello como puede con todo", confiesa una amiga de la reina emérita.
Las personas que están cerca de Sofía aseguran que a la Reina, más que los afectos, le duele mucho tras casi 39 años de reinado, junto a Juan Carlos I, quede al final un legado lleno de amantes y negocios sucios. Un mal recuerdo. Algo que ha pasado con muchos monarcas a lo largo de la Historia.
Elena, el 'ojito' derecho
"¿Decepciona? Jamás. Doña Elena adora a su padre y nunca hará caso a las informaciones por muy veraces que sean. Es su padre y siempre estará a su lado", cuenta a este diario, de forma rotunda, una amiga de la duquesa de Lugo. Juan Carlos y su hija mayor siempre han tenido una relación muy estrecha. La infanta Elena ha sido siempre su ojito derecho. Pero, tras la forzosa jubilación del padre y posterior operación de corazón, la cosa ha ido todavía a más.
Cada vez es más frecuente que padre e hija pasen tiempo de ocio juntos. Comparten afición por la buena mesa, los toros, la caza, la vela y los chistes. Pero, lo más importante, ella es la más Borbón en carácter de los hijos de Juan Carlos. Esa cercanía le ha permitido a Elena actuar de mediadora en favor de su hermana en los momentos de más tensión familiar. "Y es probable que lo esté haciendo ahora. Adora a su hermano también. Elena teme la decisión que vaya a tomar el Rey respecto a su padre, porque están recibiendo muchas presiones por muchos lados. Pero si tiene que elegir, tirará hacia Juan Carlos. No lo dudes", añade la misma fuente.
Desde que Juan Carlos dejó el trono y sus problemas de movilidad se han ido enquistando, la compañía de su hija mayor es cada vez más frecuente. Cuando se terminó el confinamiento, la Duquesa de Lugo pasaba casi todas las tardes por Zarzuela a ver a su padre. Se sentaba un rato con él en el jardín si el tiempo lo permitía. "Charlaban un rato, se aseguraba que estaba bien y luego visitaba a su madre. Ha fallado pocas tardes", asegura a este medio una persona cercana a Juan Carlos.
La vida actual de la infanta Elena, ahora sólo como familia del Rey, transcurre más tranquila que nunca. Reside en una casa amplia en el barrio del Niño Jesús de Madrid, muy próxima al parque de El Retiro. Continúa trabajando como directora de Proyecto Sociales y Culturales en la Fundación Mapfre. Y, de vez en cuando, su hermana sigue contando con ella para actos puntuales que son remunerados a la pieza, porque su estatus actual no cuenta con asignación fija.
Si Felipe VI decide hacer caso a los que le piden que eche a su padre de su residencia de Zarzuela, la infanta Elena no tendría problema en acogerlo en su casa. Es la única de las siete mujeres que, pase lo que pase, siempre será leal al emérito.
Cristina, la desentendida
La ex duquesa de Palma también podría acoger a su padre en su residencia de Ginebra (Suiza). Pero, en este caso, no se puede afirmar con rotundidad. Cristina ha vivido en la distancia la última crisis que azota a su familia por culpa de las informaciones publicadas sobre los negocios de su padre.
Pero la separación no es sólo física, como todo el mundo sabe, sino también sentimental. "Cristina tiene la cabeza en otro sitio. Su marido, Iñaki Urdangarín, acaba de recuperar los permisos para poder salir a hacer el voluntariado fuera de la cárcel, pero ha pasado todo el confinamiento sin poder verle. Ha sido muy duro para todos. Pero estoy segura de que para la infanta su padre es inocente, al igual que su marido, y probablemente crea que es una jugarreta más para hacerle daño a La Corona, como para ella es el Caso Nóos", asegura una persona cercana a la familia. "Así que si mandan al exilio a su padre, la casa de su hija pequeña estará abierta para él seguro", sentencia la misma persona.
Letizia, ¿la destructora?
Si la relación entre la Reina y su suegro nunca ha sido buena, no va a arreglarse ahora. No se hablaban tras el incidente de Palma de Mallorca, el que fue bautizado como Las crisis de las Reinas. "Es curioso que Juan Carlos no le haya perdonado aquella falta de respeto hacia su mujer por parte de Letizia y él lleva engañándola toda la vida. Cosas que pasan", bromea una amiga de la actual Reina.
Lo que no cabe duda es que el emérito y la reina Letizia comparten -además de su nexo con Felipe VI- la animadversión que se profesan. La esposa de Felipe VI no se siente decepcionada. Ella hace mucho que sabía que esto iba a suceder. "Desde el momento en el que pisó Zarzuela por primera vez se dio cuenta de que las cosas no eran como se ven desde fuera. Estos años de aprendizaje de princesa de Asturias le han venido genial no sólo para aprender el oficio, sino también para saber y tener claro lo que su marido y ella no iban a hacer jamás", añade la misma amiga.
Y aunque son muchos los que aseguran que Letizia se debe estar frotando las manos, lo cierto es que está muy preocupada. "Claro. Y mucho. ¿Cómo no va a estarlo? Igual no siente ningún cariño por su suegro pero sí por su marido y él lo está pasando fatal. Ella es consciente de que Felipe tiene que hacer algo, dar un golpe de efecto pero no quiere presionar. Bastante presión siente ya desde fuera. Además, luego está su hija en la línea de sucesión, no nos olvidemos de Leonor", asegura la misma persona.
Marta Gayá, la otra amante
El nombre de Marta Gayá había desaparecido de los problemas de Zarzuela hasta el pasado mes de marzo. La que fuera amante de Juan Carlos durante una larga temporada, volvió a salir a la luz cuando un periódico publicaba que además de Corinna Larsen, otra mujer había recibido una donación parecida a la que el emérito le había hecho a la alemana. El nombre de la supuesta beneficiaria: Marta Gayá. "Ella está en Suiza y todo lo que se publica le trae sin cuidado", explica a este periódico uno de sus confidentes. "Por lo que respecta a la prensa y a sus amigos, el asunto con Juan Carlos no existe", añade. "De nerviosa, nada", sentencia.
A diferencia de otras amistades femeninas del ex Jefe del Estado, Gayá ha destacado por su discreción. Jamás ha buscado la notoriedad. "Si alguien le ha insinuado que mantenía algún tipo de relación con Juan Carlos, ha cortado por lo sano. Son amigos, pero poco, tras Corinna han coincidido un par de veces por amigos comunes que tienen, pero nada más", añade la misma fuente.
Pese a todo, la mallorquina no ha podido evitar su salto a la palestra. Y no sólo con las revelaciones del pasado mes de marzo. Hace tres años, salieron a la luz unas grabaciones del CESID, el antiguo CNI, en las que Juan Carlos se refería a ella como my girl (su chica). "Nunca he sido tan feliz", presumía el Monarca. También en 2017 se publicaron unas instantáneas de Gayá y el Rey en Irlanda. Al parecer, su amistad se estrechó de nuevo cuando, en 2016, Corinna salió de la vida de Juan Carlos. Aunque "la relación nunca acabó. Pero lo que queda ahora, a estas edades, es amistad". Una 'amistad' a prueba de escándalos". ¿Lo estará su también su lealtad?
La Duquesa de Soria, la cuidadora
Margarita de Borbón es la única hermana que le queda a Juan Carlos. Si doña Pilar era su confidente, la duquesa de Soria es la persona de la que siempre ha cuidado el emérito. La relación con la esposa del doctor Zurita es de muchísimo cariño. Tanto es así que a tía de Felipe VI celebró 81 cumpleaños en Zarzuela.
El evento tuvo unos días antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma. A diferencia del año pasado, cuando la tía Margarita quería celebrar su 80 Cumpleaños con una gran fiesta en su casa, esta vez quería una celebración más reducida e íntima. Los Zurita pensaron en hacer una reserva en un restaurante y cuando llamaron a Don Juan Carlos para invitarle, éste le propuso celebrarlo en El Pardo.
La celebración, a la que no asistieron los actuales Reyes, fue justo unos días antes de que Felipe VI emitiera el comunicado en el que le retiraba la asignación a su padre. "De todas formas no habrían hablado de eso. Doña Margarita no se mete en las cosas de su hermano. Así como doña Pilar opinaba y le decía lo que pensaba, ella es muy discreta", cuenta una amiga de la familia.
Irene de Grecia, la cuñada
La hermana de Sofía es una mujer tan discreta que no se sabe mucho de su vida diaria. El sigilo con el que actúa es el éxito que tiene entre los suyos. Saben que siempre está allí para quien la necesite y que nunca cometerá un desliz. Y por eso siempre se ha llevado bien con Juanito.
El pasado 11 de mayo, Irene de Grecia cumplía 78 años confinada en el palacio de La Zarzuela, en las habitaciones que comparte con su hermana Sofía, un ala diferente de la que ocupaba don Juan Carlos.
"La hermana pequeña de la reina Sofía conoce las jugarretas de su cuñado desde hace años, siempre ha sido el paño de lágrimas de la madre de Felipe VI", asegura una amiga de la familia. "No creo que todo esto sea una sorpresa para ella. Puede que sí esté decepcionada, pero así estamos todos, ¿no?", concluye la fuente.