Desde que acabó el confinamiento, en España ha crecido de manera exponencial el número de bicicletas. Algunos ciudadanos las empezaron a usar como medio de transporte y otros como hobby. Pedalear en el campo o en la ciudad se ha convertido en un placer para los nuevos ciclistas -y para los veteranos-. Sin embargo, no todas las personas se sienten cómodas con esta proliferación de bicicletas. De ahí que, por ejemplo, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, un municipio del oeste de la Comunidad de Madrid, haya empezado a vigilar mediante un radar a los usuarios que vayan por el campo en bicicleta superando el límite de velocidad de 20 kilómetros por hora. De lo contrario, serán sancionados.
“Se sancionaría al ciclista por crear peligro para los peatones, ya que en Boadilla hemos recibido quejas de algunos vecinos por la elevada velocidad de las bicicletas en el campo”, explica a un reportero de Telemadrid el policía local Esteban, encargado de controlar el radar móvil del campo. De hecho, desde el pasado mes de junio se comenzaron a instalar radares por el monte de este municipio y carteles que avisan del límite de velocidad para estos vehículos de dos ruedas.
Pese a ello, no está del todo claro el valor de la sanción. Pero si se observan algunos antecedentes, se puede determinar que el monto rondaría los 100 euros. Por ejemplo, en 2018 en Valencia, un ciclista que circulaba a 59 kilómetros por hora en un tramo de la CV-310, en el port de l’Orenet, cuyo límite era de 50, fue multado con esa cantidad, sin pérdida de puntos de carné.
La diferencia es que en aquella ocasión, la sanción se puso en una carretera. Ahora, la velocidad en los campos podría empezar a ser controlada mediante radares, lo que afectaría a los ciclistas que pedaleen con su mountain bike por los caminos de los montes. La propia Policía Local de Boadilla del Monte tuiteó hace unas semanas que “el que avisa no es traidor” y que en “en el Monte de Boadilla las bicis no pueden superar los 20 km/h y los peatones tienen prioridad dentro del mismo”.
Los ciclistas, por su parte, se quejan de esta medida. “Alcanzar los 20 kilómetros por hora en bicicleta es muy fácil y los montes son extensos. No veo por qué no puedo ir algo más rápido sin poner en riesgo a los peatones, que se no se suelen adentrar tanto en los caminos”, se queja a EL ESPAÑOL Juan Carlos, un ciclista de la citada localidad madrileña.
30 km/h dentro de municipios
Y es que de momento, aunque se trate de una medida puramente local, es probable que empiece a extenderse por todo el territorio nacional. De hecho, la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha marcado como objetivo reducir el límite máximo de velocidad de los 50 kilómetros por hora establecido para la circulación en el interior de los municipios.
En este sentido, Tráfico pretende bajar a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima dentro de las ciudades. Una medida que también afectaría a los ciclistas y no sólo a los vehículos con motor. En un mensaje difundido a través de sus redes, la DGT argumenta que el riesgo de morir de un peatón atropellado -también por las bicicletas- a un velocidad de 30 kilómetros por hora y no los 50 actuales, es cinco veces menor.
“Establecer el límite de 30 km/h en las ciudades no es arbitrario. Un estudio de la OMS de 2011 sobre atropellos y velocidad estableció que el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello se reduce como mínimo cinco veces si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h en lugar de 50. La medida propuesta puede asegurar la supervivencia de la inmensa mayoría de los casos”, señalaba la DGT el pasado junio.
La medida, como se ha venido diciendo, afectaría a también a los ciclistas en ciudad. En el campo, sin embargo, aunque no hay una regulación amplia, empiezan a florecer medidas para limitar también los kilómetros/hora de los vehículos de dos ruedas. Ejemplo de ello es la medida que ha adoptado Boadilla del Monte, por la que un ciclista no puede superar la barrera de los 20 kilómetros por hora. De lo contrario, será sancionado.