La pasión marroquí de la ex ministra Trujillo: pareja de Tetuán y apoyo a un Sáhara de Mohamed VI
La política extremeña se enamoró de un traductor marroquí socialista y no esconde su alineación con el rey, a quien ha entregado su sueldo por el Covid.
25 julio, 2020 03:05Noticias relacionadas
El amor por un traductor marroquí y el puesto de consejera de Educación en la embajada de España en Rabat han convertido a María Antonia Trujillo (59 años), ex ministra de Vivienda en el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en un apoyo incondicional para el Reino de Marruecos.
Antes de comenzar su carrera en el exterior, Trujillo destacó por varias iniciativas polémicas y muy conocidas en su etapa de ministra, entre ellas la campaña publicitaria “Kelifinder”, que consistía en el reparto de zapatillas deportivas para que los jóvenes buscarán vivienda de alquiler; o la propuesta de los minipisos de 30 m2 y su justificación: “La dignidad no se mide en metros cuadrados”.
A la extremeña le persigue su carácter polémico allí donde va. Sus comentarios en las redes pasaron a la historia, cuando en 2017 llamó al boicot contra los productos catalanes. Y hasta recibió un zasca del ministro José Luis Ábalos, que le contestó con otro tuit: “Con la riqueza de los pueblos no se juega. Así no se impide el secesionismo, sino todo lo contrario”.
Igualmente, es conocida su época de tertuliana en 13TV, y muy comentados los enfrentamientos con otros miembros de su partido, como con la eurodiputada Elena Valenciano o la andaluza Susana Díaz, a quien llegó a apodar públicamente “gusanita” cuando se disputaba la secretaría general con Pedro Sánchez. Incluso pidió la dimisión de su compañera de partido Olvido Hormigos, concejala socialista de Los Yébenes (Toledo), por aparecer en un vídeo erótico, que se difundió sin el consentimiento de la protagonista.
La también ex consejera de Fomento (en 1999) de Juan Carlos Rodríguez Ibarra cuando era presidente de la Junta de Extremadura vive en pareja actualmente en Rabat junto a un socialista marroquí. Allí, ocupa el cargo de consejera de Educación en Marruecos desde octubre de 2018 gracias al PSOE de Pedro Sánchez.
Defensa del Sáhara
En Marruecos, se sirve del cargo de libre designación con pasaporte diplomático español para influir en posiciones políticas a favor de Marruecos, como la defensa del Plan de Autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Allí, la temen por su "carácter imposible". De hecho, su relación con la prensa es de amor-odio. Sin embargo, debido a su posición, pocos le plantan cara.
Actualmente, la bandera roja y verde de Marruecos está omnipresente en sus redes para posicionarse políticamente a favor del país vecino y escalar, quizás, los peldaños hacía el puesto de embajadora de España, que quedará vacante en noviembre de 2020, con la marcha del embajador Ricardo Díez-Hochleitner, que termina su misión en el país. Y mientras se apunta tantos con Marruecos, como días antes de que se decretase el confinamiento de la población marroquí por Covid-19, al donar su salario (alrededor de 10.000 euros) al fondo de mil millones que creó el monarca alauita para hacer frente a la crisis sanitaria por la epidemia. Una autopromoción muy alabada en determinados círculos del lobby promarroquí.
Por el momento, es la única española, que se sepa, que ha donado su sueldo a Marruecos. De hecho, ella misma lo publicitó en sus redes privadas y en las páginas oficiales de la consejería de Educación que depende del ministerio en Madrid.
“Como Consejera de Educación de España en Marruecos y residente en Rabat apoyó la decisión de Su Majestad el Rey Mohamed VI de crear un fondo para gestionar y hacer frente a la pandemia del coronavirus Covid-19 y decido donar mi mensualidad”, escribió el 18 de marzo en la cuenta de Facebook de la Consejería de Educación. Asimismo, no tuvo reparo en retuitear la misma información desde su cuenta personal de Twitter a la cuenta de la consejería en árabe y en español.
¿Quién le robó el corazón?
En sus andanzas alabando el bien hacer de Marruecos le acompaña su amor, el también político socialista tetuaní Nordin Fatah, con el que habla en español. Él es, hasta ahora, el más conocido de sus romances. De la exministra Trujillo, de hecho, no se conoce demasiado sobre su vida anterior, salvo que en Madrid vivió, durante tres años, con su hijo Alejandro en un ático de Plaza de España que le proporcionó el Gobierno como ministra de Vivienda.
Su pareja, traductor de árabe, español y francés, cursó su carrera en la universidad de Granada y es miembro de la Unión Socialista de las Fuerzas Populares (USFP), además es conocida su actividad como sindicalista en la Federación Democrática de Trabajo (FDT).
La pareja, que pasea su idílico amor en imágenes publicadas en las redes sociales desde 2016, con el nombramiento como consejera, se instaló en un piso en el centro de Rabat, cerca de su despacho oficial. Hassan, su barrio, es la principal zona donde se alojan los españoles al estar muy bien comunicado por tranvía y la estación de tren. Además, su ubicación es ideal, cerca de la medina y de las instituciones españolas, con muchas zonas verdes y paseos agradables hasta la consejería.
Ambos son muy activos y alaban a los políticos poderosos de las dos orillas del Estrecho. Las acciones del presidente Pedro Sánchez o de la vicepresidenta Carmen Calvo, de quienes presumen son íntimos amigos, son aplaudidas en los posts de la pareja. Igualmente comparten fotografías con los líderes destacados del PSOE, e incluso colgaron sus retratos con los reyes Felipe VI y Letizia durante su viaje a Marruecos en febrero 2019, cuando recibieron a la colonia española en la Biblioteca Nacional de Rabat.
Eso sin distanciarse también de su posicionamiento promarroquí, que a la consejera Trujillo ya le sirvió un tirón de orejas desde Madrid el pasado mes de octubre. La dirección del Instituto Cervantes informó al Ministerio de Educación sobre su viaje a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, para administrar el examen oficial de Diploma de Español como Lengua Extranjera (DELE).
El examen oficial no se llegó a realizar en estas instalaciones dependientes del Gobierno español, como es habitual cuando la ciudad no cuenta con un centro Cervantes; porque Trujillo no lo autorizó. Las profesoras de español que se desplazaron a El Aaiún “se vieron obligadas a examinar en un centro cultural marroquí inadaptado”, según detallaron a EL ESPAÑOL.
Disponer de instalaciones del gobierno de Marruecos en lugar de las españolas supuso un agravio para el Instituto Cervantes. En las otras tres ciudades marroquíes donde no hay Instituto Cervantes (Alhucemas, Larache y Nador) los exámenes DELE se realizaron sin ningún problema, como en años anteriores, en los colegios españoles y no en dependencias marroquíes.
Igualmente, se ve la mano de Trujillo en el libro publicado a finales de 2019, España y Marruecos: un siglo de Educación, un compendio de información histórica y descriptiva de la red de centros docentes españoles dependientes de la consejería de Educación en Marruecos que incluye el colegio español La Paz en El Aaiún, ubicado en el Sáhara Occidental.
Sin embargo, el ministerio de Educación y Formación Profesional, en su listado de centros docentes en la web del Gobierno de España solo incluye siete: Casablanca, Nador, Larache, Rabat, Alhucemas, Tánger, Tetuán; y no aparece el de El Aaiún.
Cese irregular a los profesores
A pesar de no haber cumplido su segundo año en el cargo, trascienden los rifirrafes con el personal de la consejería e incluso con el profesorado, a quien expedientó irregularmente durante el confinamiento por la Covid-19 por teletrabajar desde España.
Cuando Marruecos suspendió las clases en el mes de marzo, la consejería de Educación obligó a los profesores de los colegios españoles a asistir a los centros, y les denegó el permiso de volver a España y teletrabajar desde sus domicilios. De hecho, cada mañana los docentes recibían una llamada de control en sus domicilios para asegurarse que seguían en Marruecos.
En declaraciones a EL ESPAÑOL, los profesores mostraron miedo a caer enfermos, al sistema sanitario marroquí y a que en caso de enfermar tuvieran que hacer frente a los gastos médicos. Algunos además se quejaban de tener niños o personas mayores a su cargo.
Finalmente, a quienes tomaron la decisión de irse y seguir con la enseñanza a distancia se les acusó de abandono de puesto, y se cursó su baja como si se tratase de una renuncia voluntaria. Por el contrario, los consejeros de Educación de países vecinos, como Portugal y Francia, no se opusieron a que el profesorado impartiese las clases on line desde España.
Desde los centros marroquíes se enviaron escritos de rechazo y repulsa contra la forma de proceder de Trujillo. “No queremos dejar pasar la oportunidad de hacerle llegar nuestro más profundo malestar por la forma en que su consejería está gestionando la situación del profesorado en estos momentos de crisis poniendo, a nuestro entender, en riesgo innecesario la salud de los trabajadores, máxime cuando la labor que desarrollan actualmente podemos hacerla perfectamente desde nuestras residencias en España donde nos sentimos más seguros en caso de contraer la enfermedad y podríamos atender a nuestros familiares de riesgo”, reza en una de las varias cartas enviadas durante el confinamiento.
Además, el profesorado incidía en la misma misiva que “en el ámbito pedagógico, tanto el cese como la suspensión de las labores docentes están privando a nuestros alumnos de la acción tutorial y pedagógica de los que han sido sus maestros hasta el momento, encargando esta tarea a profesores que en muchos casos no los conocen”.
Desde el sindicato de profesores CSIF, Enrique García explica en conversación con EL ESPAÑOL que “los profesores cesados fueron reingresados al servicio. A algunos se les abrió expediente según la razón de sus viajes, pero en ningún caso estos profesores van a quedar sancionados para no poder volver a trabajar en Marruecos, como se intentó hacer al principio; ni se les va a cesar de manera ilegal puesto que se revocaron los ceses. Todos los errores que cometió la consejera instando a su secretario a actuar de esa manera han sido poco a poco revocados, con lo cual la situación ha vuelto a la normativa legal que exigen después de las denuncias”.
Sin embargo, García anuncia que “a los equipos directivos y asesores en Marruecos se les ha puesto unas guardias que les obligan a permanecer todo el mes de julio y por turnos en agosto”. Según ha podido saber este medio, los docentes han pedido explicaciones para averiguar si estas guardias están dentro de la legalidad.
Mientras, la consejera Trujillo sigue colgando imágenes de la desinfección en las calles de Rabat y de la excelente gestión de la pandemia por parte de las autoridades en Marruecos, donde se confinó estos meses junto a su pareja.