"Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra, durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré sobre la faz del suelo todos los seres que hice".
Eso es lo que, según La Biblia, le dijo Dios a Noé para advertirle de la que se le venía encima. Por eso mandó le mandó hacer un arca, para poder salvar a humanos y animales de esa amenaza global, de ese diluvio universal que iba a acabar con la vida en el planeta y para el que no cabía otra salida que refugiarse en el barco.
Es el mismo concepto que se ha planteado para que el coronavirus no extermine todo lo que hay sobre la faz del suelo: arcas de Noé. Espacios seguros donde los infectados puedan estar confinados sin temor a contagiar a nadie. Un modelo que salió a colación muchas veces durante la primera fase de la pandemia, allá por marzo, pero que a día de hoy no se ha concretado. O lo ha hecho con cuentagotas. De hecho, podría decirse que Zaragoza ha sido pionera en este sentido.
2.100 metros cuadrados, 100 camas
La capital aragonesa acaba de habilitar la sala multiusos del Auditorio; un espacio de 2.100 metros cuadrados que servirá para albergar allí a personas que hayan dado positivo en la prueba PCR, pero que no tengan síntomas. En el caso de Zaragoza, son casi las dos terceras partes de los infectados. Según las últimas cifras del Gobierno de Aragón, de los 1.240 nuevos positivos, más de 800 no tenían síntoma ninguno.
Así, Zaragoza se ha convertido en la primera ciudad de España en acondicionar un espacio para aislar a pacientes sin síntomas. A personas que se encuentran bien. Un hospital de campaña con un centenar de camas (y su respectiva silla al lado) para que las personas que sean portadoras del Sars-CoV2 y no puedan confinarse en casa con seguridad (por convivir, por ejemplo, con otras personas de perfil de riesgo) puedan guardar allí la cuarentena sin miedo a perjudicar a sus seres queridos.
“El espacio todavía no está operativo. La brigada está desplazando allí lo que falta, las duchas y poco más. Probablemente esté disponible en un par de días”, le adelantan a EL ESPAÑOL fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza, desde donde ha partido esta idea: un hospital de campaña para asintomáticos. Una de esas arcas de Noé que se reclamaban desde el principio de la pandemia y que parece que con el tiempo han caído en el olvido.
Espacio ampliable
La medida ha sido adoptada por el Consistorio, en colaboración con el Gobierno de Aragón (DGA). Se trata del acondicionamiento de una sala en la que habitualmente se celebran conciertos. Por el momento se han colocado cien camas, aunque desde la administración aragonesa se ha especificado que, en caso de que el rebrote se agrave en los próximos días, este número pueda ser ampliado para albergar a más vecinos.
El material que se ha utilizado para la creación de esta arca de Noé es el mismo que se usó en la primera fase de la pandemia en el Pabellón Tenerías, un espacio polideportivo de Zaragoza que también hizo las veces de hospital de campaña. Mesas, taquillas, mamparas, sillas, colchones, somieres y hasta una batería de duchas portátiles. Todo ha sido ya previamente desinfectado, según aseguran fuentes consistoriales. Tenerías, como el Auditorio, también contaba con un centenar de plazas.
Se ha llegado a este punto por la magnitud del rebrote que se está registrando en Aragón, y especialmente en su capital, Zaragoza. En tres días, la comunidad autónoma ha visto cómo se declaraban más de 1.200 nuevos casos, provocados principalmente por gente joven que no tiene síntomas y que ha participado en eventos sociales o multitudinarios en las últimas semanas, sin respetar del todo las medidas de seguridad impuestas para luchar contra el Covid-19.
Tanto brigadas municipales como bomberos (diseñando un plan de evacuación) trabajan a marchas forzadas para poner en marcha cuanto antes esta arca de Noé. A ser posible, antes del fin de semana. Entretanto, el alcalde de Zaragoza (Jorge Azcón) y el presidente de la DGA, Javier Lambán, ofrecieron una rueda de prensa para explicar los pormenores de este equipamiento provisional en el centro de Zaragoza. “Si fuera necesario, estaríamos encantados de volver a reevaluar los espacios de Zaragoza con la DGA, por si hicieran falta habilitar más”, declaró el alcalde, subrayando en todo momento que el trabajo conjunto entre ambas administraciones ha resultado capital para poder llevar a cabo esta iniciativa.
A la caza del asintomático
En los mismos términos se refirió el presidente aragonés, Javier Lambán, que recordó que los hospitales de campaña ya han funcionado con buenos resultados en otros puntos de la comunidad. Es el caso de los municipios de Fraga o Albalate de Cinca, en la provincia de Huesca, donde también se destinaron espacios a albergar a positivos. Lo que sucede es que, en esos dos casos, muchos de los que estaban confinados sí que tenían síntomas.
En el caso de Zaragoza, es precisamente la proliferación de asintomáticos la que ha provocado que el rebrote se descontrole. La mayor parte de los positivos ha sido detectada mediante las tareas de rastreo, y no porque se encontrasen mal. Cuando una persona llegaba al Hospital Clínico de Zaragoza o al Miguel Servet, se le practicaban las pruebas. En caso de dar positivo, se contactaba con todas las personas del entorno que hubieran tenido contacto con el positivo en los días anteriores y se les citaba para que les fuesen realizados los tests. Es así como más de 800 personas se han percatado de que estaban infectados con coronavirus.
“En Zaragoza se produce una especie de tormenta perfecta. Se producen muchos casos a causa del ocio nocturno y de fiestas privadas, principalmente de ciudadanos jóvenes. Lo hemos intentado atajar mediante medidas de restricción de los espacios públicos”, advertía el presidente aragonés, que también hacía especial hincapié en “los temporeros venidos de otros lugares que han venido para recoger fruta y que residen en las zonas fronterizas con Cataluña, que fue donde se registraron los primeros focos”.
“Zaragoza no es Totana”
Y aparte del arca… ¿qué más medidas tomar? El de Zaragoza es uno de los brotes más importantes de Europa y su expansión sigue sin control. “Se puede hablar de restringir el uso de las terrazas y del ocio nocturno, pero si las fuerzas de seguridad del estado no colaboran, no surten ningún efecto”, declaró el presidente Lambán, que se mostró a favor de medidas “como la que han tomado en Murcia, de confinar Totana. Pero esto en Zaragoza, que es una de las principales ciudades de España, con más de 700.000 habitantes, tendría unas consecuencias totalmente funestas”.
Así, la principal esperanza de Zaragoza está en el arca de Noé en la que se ha convertido en Auditorio. Todavía no se sabe cómo va a funcionar, porque a priori, el ingreso en este espacio es voluntario. Y solamente hay sitio para cien, cuando las últimas cifras hablan de casi un millar asintomáticos. Va a ser el primer “hospital para personas que se encuentran bien” de España, y por él pasan las esperanzas de toda Aragón. Si este espacio pionero diese resultado, con toda probabilidad se extendería el modelo por el resto del país. Se intentaría así sobrevivir a este diluvio universal moderno, que ya lleva más de 40 días y 40 noches arrasando la faz de la tierra.