El Bell-412 pesa tres toneladas, puede transportar hasta 13 bomberos, además de piloto y copiloto, y su precio ronda los nueve millones de dólares. Y lo que es más importante teniendo en cuenta su robo este viernes en una base de bomberos de Cuenca: no puede pilotarlo cualquiera. Y con cualquiera nos referimos a cualquier piloto. De hecho, en España, no llega al centenar los que están habilitados para hacerlo, tal y como confirma Carlos San José, el vicedecano del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación comercial de España (COPAG).
Para empezar, una licencia de helicóptero cuesta, en tiempo, al menos dos años y unas 200 horas de vuelo. Y en dinero, entre 30.000 y 40.000 euros. A esto hay que sumarle la especialización de cada aparato, con sus horas de vuelo correspondientes, que para un Bell 412, serían unos 10.000 euros. “Un alumno recién salido de la escuela, recién titulado, no sabría por dónde empezar. Es como si quisieras pilotar el coche de Alonso al salir de la autoescuela, sólo puede haberlo hecho alguien con mucho conocimiento y experiencia”, explica San José al periódico EL ESPAÑOL.
Es por ello, que todas las fuentes consultadas coinciden en que el autor o autores del robo son auténticos especialistas y muy experimentados. Desde Airbus, pasando por pilotos de brigadas de otros equipos de bomberos helitransportados, hasta los propios trabajadores de las BRIT, las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales. Esta unidad fue creada en 1992 por el Ministerio de Agricultura tras los grandes incendios de los 80, y desde entonces prestan apoyo a todas las Comunidades Autónomas. Hay diez en total y se encuentran 100% operativas entre junio y octubre. Y la que sufrió anoche el robo del helicóptero fue precisamente una de las primeras en ver la luz.
El hurto tuvo lugar en Prado de los Esquiladores, en Buenache de la Sierra, Cuenca. Los autores de los hechos se llevaron a las 4 de la mañana el Bell 412, con matrícula MZ9B, que apareció horas más tarde en Fuente Obejuna, Córdoba. Estaba, según el Ministerio, en perfecto estado. ¿Dónde estuvo y qué hizo durante las horas que estuvo desaparecido? Las incógnitas, todas. “Es muy peligroso volar de noche”, nos explican desde Airbus Albacete, una de las plantas de fabricación de helicópteros de España. Entre las mayores amenazas se encuentran los cables de alta tensión, puesto que la falta de visibilidad es total. De hecho, los helicópteros se retiran de la extinción de incendios durante la noche y solamente vuelan de "orto a ocaso" -de amanecer a anochecer-. Es más, tan solo unos pocos helicópteros tienen la autorización de Aviación Civil para sobrevolar la oscuridad, con focos y sistemas especiales.
"Volar de noche con este helicóptero, y aterrizar en perfectas condiciones después, no lo puede hacer cualquiera con un cursillo de tres meses", señalan desde el Colegio Oficial de Pilotos. Porque en principio, según la nota del Ministerio para la Transición Ecológica, la nave está en perfectas condiciones. Es decir, el que lo robara ha realizado un aterrizaje de expertos. Al igual que el despegue. El o los ladrones llenaron la nave de combustible y desanclaron el sistema para recoger agua -que normalmente tiene como función apagar los incendios- y que es conocido como bambi.
Pues bien, dejaron el bambi en la base donde, por cierto, no había cámaras. Tal y como confirma Pablo González, presidente de la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (ATBRIF). Y si bien el helicóptero tiene un sistema de seguimiento, puede desacoplarse y además, para que funcione, es necesario que sea activado por el propio piloto.
Desde el Colegio Oficial de Pilotos inciden en que en España, para volar de forma oficial, hay que estar colegiado. Además, todos los pilotos están registrados en Seguridad Aérea y existe un Código Deontológico que impide realizar este tipo de acciones ilegales a sus pilotos. "En España hay unos 6.500 pilotos colegiados, un 75% son de aviones, y del 25% restante, menos de una decena tiene la experiencia para volar un Bell 412", señala Carlos San José. Indica, además, que muchos de ellos, serían pilotos del ejército que realizan también tareas de rescate.
Insólito
La seguridad dentro del mundo de la aviación relacionada con rescates y extinción de incendios es uno de los caballos de batalla del Colegio Oficial de Pilotos Comerciales de España. “Existe falta de inversión den medios para estos servicios de rescate y extinción de incendios, falta de dotación, es una de nuestras grandes reivindicaciones”, desgranan. El piloto de la base de Cuenca donde se robó el helicóptero el jueves por la noche, dormía. Se despertó cuando escuchó el ruido, pero inicialmente pensó que se trataba de un helicóptero de servicio médico o militar que venía a aterrizar a su base. Suele ser el único movimiento que se registra por la noche en esta instalación, con dos helicópteros siempre preparados para urgencias. Su sorpresa fue sin embargo, que era precisamente uno de sus helicópteros los que se marchaba. Dio la voz de alarma inmediatamente. Pasaban pocos minutos de las cuatro de la madrugada. Antes el autor o los autores habían desconectado todo lo que no necesitaban y llenado el depósito. Lo que hicieran después, está ahora siendo investigado por la Guardia Civil.
El robo del helicóptero ha dejado atónito al sector aéreo español. África Tarancón, presidenta del Comité de Empresa de Airbus Albacete, con 20 años en el sector, la mitad de ellos en Babcock, la aeronáutica que gestiona los helicópteros de las BRIT, no recuerda nada igual. Pero hay quién sí nos habla de 2015, cuando una nave que en principio habría sido también robada, aunque entonces en invierno –no hay que olvidar que estamos en plena campaña contra incendios-, apareció estrellada y con rastro de droga en su interior. Y es que los helicópteros son uno de los transportes utilizados por el narcotráfico para trasladar cargamento, para hacer portes, normalmente con pilotos extranjeros, desde el norte de África a la península.
¿Podría haberse utilizado para eso? El depósito lleno de un Bell 412, puede dar, nos explican los expertos para 600 kilómetros. Pero no sólo eso: también se puede repostar. “No es nada complicado. Sólo se necesita un espacio de unos 20 metros”. No es difícil tampoco conseguir el queroseno que utilizan. “Se puede ir a Repsol y comprarlo”, nos aseguran. La nave puede alcanzar una velocidad de 240 kilómetros por hora.
Por cierto, para subirse y arrancar la máquina en cuestión no se necesitan llaves. “Tiene una para la puerta”, nos explica un técnico de una base de bomberos helitransportados de Castilla- La Mancha, pero no es necesaria para poner en marcha la máquina. De hecho, tampoco para abrir la puerta, porque las ventanillas de los helicópteros están diseñadas, por seguridad, para no atascarse, de modo que se puede forzar su apertura de desde fuera.
Y así, sin más –con la experiencia, eso sí-, se roba un helicóptero que cuesta… unos 9 millones de dólares. “Aunque mantenerlo cuesta luego el doble, hay que revisar cada mes, cada tantas horas de vuelo, cambiar piezas cada cierto tiempo estén estropeadas o no…”, nos explican. Cientos de miles de euros cada mes… Nada comparado con el agujero en la seguridad que deja lo sucedido. “Casi lo mejor que podría pasar es que fuera una cuestión de drogas”, nos dice un experto del sector, que sin nombrarlo, nos lleva a pensar incluso en terrorismo.