Era de esperar. La aldea naturista francesa de Cap D’Agde es uno de los focos epidémicos en Francia. La Agencia Regional de Salud alertó este domingo de la circulación “muy preocupante” de la Covid-19 en el lugar. En la última semana, en una aldea donde las prácticas sexuales entre más de dos personas son normales a diario y la tela sobra no sólo para tapar la boca, se han registrado casi el 30% de los positivos en un solo día de esta semana.

Según las autoridades galas, “la pasada semana se realizaron más de 800 pruebas de detección. Los resultados de las pruebas realizadas el miércoles confirmaron casi el 30% de los casos positivos entre las personas que han visitado el pueblo”. En total fueron 57 los positivos contabilizados de los 244 resultados validados.

La Agencia Regional de Salud francesa advirtió que “entre las personas que se ofrecieron voluntarias para estas pruebas, la tasa de positivos entre los que han visitado la aldea naturista es cuatro veces mayor que la de las personas que se han alojado en la ciudad de Agde, pero no estuvieron en la aldea”.

En algunas tiendas se permitía ir desnudo antes del coronavirus. DLF

No es la primera vez, de hecho, que esto ocurre. La ARS apunta que se han realizado más de 50 informes en los que se señala el alto índice de contagios que se dan en una de las capitales del turismo sexual europeo. Recogen la incidencia de positivos en personas que acababan de regresar del lugar.

Desde la organización advierten que se respete “el estricto cumplimiento de las medidas preventivas y todos los gestos de barrera” contra la Covid-19 dentro de Cap D'Adge. Se deberían haber implementado nuevas medidas de seguridad para evitar el contagio masivo en el lugar, pero a esta aldea no se viene a respetar la distancia social.

¿Es posible evitar los contagios aquí?

Todo el mundo sabe a lo que llega a Cap D’Adge. Tal y como ya contó EL ESPAÑOL hace unos años, aquí un miércoles por la tarde puedes encontrarte un bukkake espontáneo. Poco cambió después de la pandemia. Las discotecas echaron el cierre, pero el sexo continuó. “Bares y restaurantes hemos podido abrir, las discotecas siguen cerradas. Pero la gente igual coge en todos sitios, en la calle, en la playa y en la hierba”, afirmaba un camarero a finales de junio.

Aquí han hecho de su modo de vida el turismo y el roce. Mala combinación con la Covid-19 en pleno apogeo. Los negocios en Cap D’Adge están vinculados al sexo: salas X, locales de intercambio de parejas, tiendas a las que se puede entrar sin ropa… Es la ciudad con más locales de swinggers de Europa junto a Maspalomas (Gran Canaria). El paraíso de la piel y, ahora también, del virus.

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A modo de resumen, este lugar era un pueblo de pescadores. En los años 50 del siglo pasado atrajo a nudistas franceses y alemanes, posteriormente a swinggers y el mercado, una vez que hubo demanda, puso la oferta sobre la mesa. Locales de intercambio, hoteles, discotecas con camas y todo aquello que gusten los amantes del naturismo y el sexo. Para conocer en profundidad todo lo que aquí ocurre deberían visitar este reportaje.

Cabe resaltar que la playa está dividida en tres: familiar, swingers y gays.

Las medidas anticovid de Cap D’Age se resumen fácilmente: un guardia de seguridad sin mascarilla que te pide que te eches gel hidroalcohólico en la entrada. Eso sí, aquí el rastreo es mucho más sencillo que en cualquier lugar. Al menos aparentemente. Todo el mundo debe dejar su tarjeta de identidad y estar registrado a la entrada. Con quién has estado en contacto dentro quizás sea una incógnita mucho mayor y más difícil de resolver.

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