Aún no ha salido el sol en la capital. Madrid se despierta cuando el cielo está teñido de negro. Los faros de los coches por la M-30 son testigos de la normalidad. De la nueva normalidad, mejor dicho. Sin embargo, son las 7.30 del lunes y todavía no hay rastro de las nuevas medidas adoptadas por el gobierno regional para controlar el coronavirus en uno de los 'puntos calientes'. El Puente de Ventas es uno de los conductos de fuga en los confinamientos sectoriales. ¿Cómo se piensa controlar esto? ¿Se puede? Madrid está en jaque.
Parece casi imposible evitar que alguien coquetee entre dos zonas sanitarias diferenciadas. Una, la confinada. La otra, en régimen de semilibertad. A primera hora de la mañana, nadie nos dice dónde está el límite. No hay quien informe. Los coches pasean por allí por miles, sin saberse muy bien qué destino llevan o a quiénes portan en su interior. ¿Cumplen las normas los que van dentro?
El paso de vehículos es constante. Acaban de recoger a un señor que esperaba pacientemente en una zona, desde hoy, con nueva normativa en vigor. Unos acceden a la zona de Ciudad Lineal. Otros salen de ella. En este distrito hay hasta cuatro zonas que se verán afectadas: Doctor Cirajas, Ghandi, Daroca y La Elipa. Nada les detiene y comprobar si todos cumplen provocaría el caos.
Un joven cruza corriendo el Puente de Ventas. Los semáforos le han permitido el paso con rapidez. En menos de 20 segundos ha pasado de estar en Daroca a estar frente a la plaza de toros de Las Ventas. Por su indumentaria, difícilmente portará documentación que le permita acreditar si vive en una sanitaria u otra. ¿A este chico se le puede multar si lleva DNI y pone que vive en Albacete?
Las dudas son múltiples. Es imposible controlarlo todo. Este 'punto de fuga' pasa del negro al azul con el paso de los minutos. Se rondan las 8.30 horas y, por primera vez, dos motos de la Policía Local aparecen en el lugar. Dos coches patrullas, a su vez, pasean por la zona. Ahora sí: son agentes suficientes para montar un control con el que avisar a la población y a los despistados de lo que ocurre. Nada más lejos de la realidad. Los cuatro vehículos pasan de largo hacia el interior de Madrid. La vida continúa: por el Puente de Ventas, un señor lleva a sus niños al colegio. Pasa de la zona restringida a la zona donde aún rige la normativa de la nueva normalidad.
Aquí, por el momento, no se han visto ninguno de los controles anunciados por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Serán controles aleatorios. Durante las primeras 48 horas, meramente informativos. A partir de entonces comenzarán las multas.
El despliegue será amplio. En Madrid capital, calculando a ojo, afirman que unos 200 agentes de la Policía Local. No se concreta el número exacto. Eso sí, tendrán que establecer 60 puntos de control. En torno a 3,5 hombres por lugar, siendo generosos, para controlar las 26 zonas sanitarias de la ciudad. Se espera que la Guardia Civil y la Policía Nacional también colaboren en estas prácticas.
"Hay que evitar a toda costa el estado de alarma y un confinamiento porque eso supondría el desastre económico", expuso la presidenta Díaz Ayuso en la rueda de prensa en la que anunció las medidas.
Las restricciones son variadas. En el interior del perímetro del área sanitaria -¿sabe usted dónde empieza y dónde termina su área?- no se le coarta la libertad de movimiento. Se le recomienda, eso sí, no salir de casa.
Si tiene usted que salir, como esta mañana hacían muchas personas en el Puente de Ventas, debe tener un motivo justificado. Puede ir a trabajar. También se le permite llevar a los niños al colegio, acudir a su cita con el médico, volver a la residencia habitual, ir a cuidar a personas mayores o dependientes, acudir al juzgado, renovar el DNI, pasaporte o carné de conducir o ir a un exámen. Espere que aún hay más. La ambigüedad normativa le permite argumentar un motivo de fuerza mayor.
¿Y si voy con el coche y entro en la zona sanitaria que tiene estas medidas? Tranquilo que podrá. Esta mañana ha pasado y la ausencia de controles ha permitido la barra libre. Sin embargo, en principio usted sólo podrá acceder a estas zonas con el coche si su punto de partida y el final del trayecto no se encuentran en las áreas sanitarias afectadas.
Los parques están cerrados en la zona exterior de la M-30, en el área sanitaria de Daroca. Sin embargo, sólo basta con cruzar un par de calles para tenerlos abiertos. Quizás esto explique lo del deportista anterior. Los locales del exterior de la circular madrileña cierran a las 22 horas. Los de la acera de enfrente siguen en la nueva normalidad y tienen hasta la 1 de la madrugada. El aforo, al 50%. Se prohíbe consumir en la barra de los bares.
Estos dos últimos párrafos no le afectan si usted va a servir comida a domicilio. Los camiones, vehículos, motos y bicicletas de reparto podrán entrar en las zonas sanitarias afectadas. No hay tampoco restricciones horarias.
Toda esta normativa está en vigor de este lunes 21 de septiembre. Sin embargo, todo puede cambiar. A las 12 de la mañana comienza la reunión entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, presidentes del gobierno central y regional respectivamente. El objetivo: doblegar la curva. Para ello habrá que establecer una serie de medidas que podrían hacer inútiles las anteriormente mencionadas. Las respuestas a todas las preguntas que aún hay en el tintero, quizás después del encuentro.
Cabe recordar que el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), dependiente del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, registra el tercer periodo de exceso de mortalidad en Madrid. Según su último informe, entre el 1 y el 13 de septiembre se produjeron en la región 368 muertes más de las esperadas, un 29,3%. La mayoría de estas muertes se han dado en hombres (35,9%) y en mayores de 74 años (34,9%).