"Es un acoso y derribo contra el personaje de Nacho Vidal. Lo que están diciendo no es verdad. Hay un vídeo, grabado con el teléfono de José Luis, que dicen que es una prueba y lo entregué yo a la familia. Podría haberlo borrado, pero no lo hice. Por varias razones: el vídeo describe lo que digo en mi declaración”.
Así se defendía el actor porno Nacho Vidal en la primera y entrevista que ha dado tras haber sido detenido y puesto en libertad en relación a la muerte de José Luis Abad. El fotógrafo madrileño acudió a Vidal para probar el ‘sapo bufo’, un potente alucinógeno que puede devenir en un aún más potente veneno. La sustancia acabó con su vida durante una ceremonia ritual que el actor organizó en su finca de Enguera (Valencia).
El suceso tuvo lugar el sábado 28 de julio de 2019. La detención tuvo lugar 7 meses y 17 días después. Nacho salió en libertad y ahora ha decidido hacer pública su versión de los hechos en una entrevista concedida a El Periódico. Sin embargo, el relato que hace el actor sobre lo acontecido aquella mañana choca frontalmente con lo que recoge la Guardia Civil en su informe. Son cinco las principales contradicciones, que EL ESPAÑOL desgrana a continuación el informe al que ha tenido acceso:
1. El chamán
“Yo no soy un chamán. Soy Nacho Vidal, no un chamán”.
Nacho Vidal lo repite en varias ocasiones durante la entrevista. Rechaza ser un chamán ni haberse comportado como tal durante a ceremonia. Asegura que el fotógrafo José Luis Abad fue el que se puso en contacto con él (a través de su amiga, prima segunda del actor) para probar el sapo bufo. Y que lo hizo simplemente porque Nacho ya lo había probado en otras ocasiones y ya tenía experiencia.
Sin embargo, los agentes que llevaron a cabo la investigación tienen claro todo lo contrario, y así lo hicieron constar en el atestado. Los informes del Instituto Armado aseguran le atribuyen en varias ocasiones al actor porno el papel de presunto chamán, a su prima segunda la de presunta intermediadora con la víctima y al empleado de mantenimiento de la casa el papel de supuesto ayudante en la ceremonia.
“Nos encontramos sin duda ante un escenario que se corresponde con una ceremonia, ritual místico, cargado de sugestión, espiritualidad y superstición, pues en su conjunto la escenografía preparada al efecto, trataría de trasladar al devoto o creyente una seguridad ciega en quien imparte y dirige el ritual: guía ritual o maestro de ceremonias mostrando un clima de sabiduría en la práctica de la liturgia...”. Es decir, que Abad confiaba en Vidal como en un chamán.
2. La escena del fallecimiento.
Uno de los principales motivos por los que los investigadores sostienen el anterior punto es porque visionaron el vídeo de los hechos. Un archivo que llegó a los agentes porque la hermana del fallecido lo entregó en dependencias de la Guardia Civil para que lo analizasen. Ese hallazgo provocó un viraje en las investigaciones, “un vuelco a la versión hecha por los testigos ahora investigados, ya que supone una avance sustancial y firme en la reconstrucción de los hechos investigados y al esclarecimiento de los mismos que de inicio, cuanto menos trataron de desvirtuar”, cuenta el informe de la Policía Judicial. Y es que la escena del fallecimiento, el mobiliario y los elementos que había dispuesto Nacho por su finca para levar a cabo el rito, no estaban situados en el vídeo tal y como los encontró la Guardia Civil.
La Policía Judicial concluye que se produjeron “cambios sustanciales” entre la configuración que había en el patio de Nacho Vidal cuando el fotógrafo estaba vivo fumando el veneno del sapo bufo y cuando la Policía Local de Enguera y el personal médico llegó para tratar de reanimarlo. De hecho, enumeran que al llegar la ambulancia en el descampado no había ni rastro del presunto altar donde se ejecutó la ceremonia con un cuenco tibetano, un paño de tela, campanillas, una jarra de agua y un pandero.
“Si fijamos la atención en la escena, tal y como se planteaba en los inicios de la presente diligencia, observamos cómo se produjeron de forma rápida y premeditada cambios sustanciales que indudablemente alteraban la escena, tratando de ocultar o desvirtuar lo ocurrido. Cambios que si estudiamos detenidamente tenían un objetivo, a nuestro juicio dar fuerza y credibilidad a sus testimonios, exonerándoles de la responsabilidad de un evento que organizaron, prepararon y ejecutaron, tratando de convertir al fallecido no solamente en el responsable de lo ocurrido, sino además en la persona que consiguió la sustancia utilizada”.
La Policía Judicial insiste en que esos cambios en la escena donde se encontraba el cadáver supuestamente perseguían un objetivo: “Eliminando del lugar cualquier indicio que situara a don Ignacio Jordá Martínez (nombre real de Nacho Vidal) en una posición preeminente o de mayor relevancia que los demás, dicho de otro modo, que lo situara como chamán, guía espiritual o como maestro de ceremonias, con conocimientos y experiencia en la celebración de este tipo ritos que tienen un claro carácter medicinal o terapéutico y en el que como vemos no solo se aconseja, sino que además se favorece, facilita y suministran sustancias (veneno del sapo bufo alvarius) que a nuestro juicio son peligrosas y fuera de control médico, un conjunto de elementos que pudieran hacer recaer sobre su persona la responsabilidad de lo ocurrido”.
3. “Yo no he cobrado nada”
El actor porno afirma en varias ocasiones que él no cobró nada al fotógrafo José Luis Abad por la ceremonia en la que acabó perdiendo la vida. “Yo no soy un chamán. Cómo voy a cobrar. ¿Por qué le voy a cobrar? Viene una persona que es amigo de mi prima a pasar el día y a comer una paella”, se justifica Nacho Vidal durante la entrevista. El actor en todo momento defiende que él no conocía con anterioridad al fotógrafo, que fue su prima la que los puso en contacto y que, por tanto, él no le iba a cobrar a un amigo de su prima.
No obstante, los agentes de la Guardia Civil piensan lo contrario y así lo acreditaron en el informe que está en poder del Juzgado que instruye el caso. Los agentes aseguran tener indicios suficientes para creer que no era la primera vez que el actor llevaba a cabo este tipo de ceremonias psicodélicas en su finca de Enguera, y que para llevarlas a cabo exigía una contraprestación económica.
“Consideramos que más que creíble resulta evidente, la posibilidad de que nos encontramos ante un evento pactado y remunerado (no se trata de una reunión de amigos), de ello tan solo tendríamos la fuente documental que aportarían las testificales del entorno de José Luis Abad que cifrarían en 150 euros, el dinero pagado por someterse al ritual”.
4. El contrato
El actor defiende que lo que celebró aquel sábado por la mañana en su finca de Enguera fue “una reunión de amigos”. De un amigo de su prima hermana que quería “probar la medicina”, que es como Nacho Vidal se reefiere al veneno del sapo bufo alvarius. Y que vino a probar la sustancia y luego a comerse una paella. Por tanto, desmiente ser un chamán, desmiente haber cobrado dinero por la ceremonia y desmiente la existencia de un supuesto contrato entre ambas partes.
En su informe, la Guardia Civil hacen constar la supuesta existencia de un contrato previo al presunto rito chamánico. Una acusación negada por Daniel Salvador, el abogado defensor de Nacho Vidal, pero que los investigadores sostienen con los testimonios que obtienen tras entrevistarse con el entorno de la víctima mortal. “Consideramos que más que creíble resulta evidente, la posibilidad de que nos encontramos ante un evento pactado y remunerado (no se trata de una reunión de amigos)”, recalca el informe, que ubica en las declaraciones de los testigos presenciales tal aseveración, que cifra en 150 euros el monto abonado por el fotógrafo”.
Para formular tal acusación, a lo largo del informe desgranan que el fotógrafo y el actor no se conocían: la persona que intermedió entre ambos supuestamente fue la prima segunda de Nacho Vidal que, a la sazón, era amiga de José Luis Abad. “Ya que de inicio y atendiendo a esta primera variable, se hace necesaria la existencia de un contrato”, insiste la Policía Judicial para justificar su hipótesis de que en aquella jornada de domingo el consumo de la mólecula de Dios se articuló supuestamente a través de una contratación previa.
Los investigadores aseguran que la presunta existencia de un contrato es una cuestión que “solamente podría responder” la prima del intérprete porque le adjudican un papel: el de supuesta intermediaria entre el fotógrafo y el actor porno. A semejante consideración llegan los guardias civiles atendiendo a las múltiples capturas de mensajes de teléfono que intercambiaron el retratista muerto y la familiar de Nacho Vidal.
5. ¿Le auxilió o tocó la pandereta?
Nacho Vidal defiende que auxilió enseguida a José Luis Abad: “Cuando veo que él no está respirando, lo atiendo. Es mentira que no lo socorrí. Hice todo lo que estuvo en mi mano para salvar a esa persona. Me tiré al suelo, lo recuperé. Hice el 30-2 (boca a boca) lo mejor que pude. Le tiré agua (para que respirara al tragarla) y lo recuperé. El volvió a la vida. Cuando él volvió a respirar, empezó a revolverse por el suelo (…) Por eso dicen que yo no le atendí. No, perdona, estuvo 22 minutos respirando y moviéndose en el suelo. Y ese es el "viaje"; esa es la experiencia”.
La versión policial, sin embargo, difiere. En el informe dudan que el actor le auxiliase de inmediato y aseguran que, en un momento dado, tomó la peor de las decisiones: “Don Ignacio Jordá González retira la pipeta de cristal de la boca de don José Luis Abad Rubio y de forma inmediata este empieza a tambalearse hasta que se desploma en el suelo”. Nacho Vidal toca la citada pandereta de grandes dimensiones mientras su empleado mitiga el impacto de la caída a plomo del artista gráfico.
“Empieza con convulsiones, apreciándose claramente un entumecimiento del pecho y la cabeza con un tono visiblemente morado, así como contorsiona las extremidades superiores e inferiores lentamente, contrayendo con movimientos arqueados los brazos y manos (se aprecia un anquilosamiento continuo de las extremidades), todo ello acompañado de un sollozo continuo realmente estremecedor. A nuestro juicio, sin un conocimiento y experiencia en medicina, son síntomas visibles y evidentes de que algo no va bien con José Luis Abad”.
La ceremonia prosigue mientras Nacho toca el instrumento de percusión hasta que comienza a practicarle una reanimación cardiopulmonar (RCP) al fotógrafo. “En cuarto lugar podemos observar como Ignacio Jordá viendo que persiste la situación de inconsciencia, temblor corporal y dificultad respiratoria de José Luis Abad, en el minuto 1:07 realiza una breves maniobras RCP”, prosigue el informe judicial. Los primeros auxilios concluyen en el minuto 2:14. “Resultan objetivamente ineficaces puesto que la situación no cambia en absoluto”. A pesar de todo retrasaron la llamada al 112: Nacho Vidal supuestamente se mantuvo al frente del rito chamánico, su empleado le auxilió y su prima continuó con la grabación.
“Entre otras muchas posibilidades, se decide la peor, descartar el auxilio inmediato de don José Luis Abad Rubio, circunstancia que entendemos fue determinante y necesaria en tan trágico desenlace, pues como veremos decidieron continuar con la ceremonia durante aproximadamente otros ocho minutos, hasta que la situación, ya a la vista de las imágenes parecía irreparable, era prácticamente evidente que se encontraba fallecido, pues no se apreciaba ningún signo vital”.