La política exterior y, sobre todo, la política interior tendrán ocupado en los próximos meses al rey Mohamed VI, que regresa a la capital marroquí tras tres meses de estancia en el norte del país.
El soberano ha utilizado el tiempo de reposo en Alhucemas para rodearse de su equipo más íntimo de trabajo y programar los próximos pasos a seguir, en los que España se queda al margen, según explicaron fuentes solventes a EL ESPAÑOL. Una crisis silenciosa se libra entre los dos países vecinos, que mantienen un tira y afloja con las fronteras cerradas desde marzo.
De hecho, las obras de la frontera inteligente en Ceuta están paralizadas. "Se reanudarán en enero. Está claro que en Madrid saben que Marruecos no va a abrir antes”, adelanta a EL ESPAÑOL la Policía Nacional en la citada ciudad autónoma. Y así, mes a mes, el ejecutivo español va ampliando el plazo de cierre de los pasos fronterizos, según queda reflejado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El palacio de Bouznika ya está preparado para recibir al rey, que se quedará en esta localidad a 40 kilómetros al sur de Rabat. La primera parada es el final de la segunda parte del diálogo interlibio en Bouznika con los acuerdos de repartición y explotación en el futuro de hidrocarburos firmados por ambas partes en el conflicto, el Gobierno de Unión Nacional (GNA) y las tropas del general Khalifa Hafter.
Se espera al monarca para hacerse la foto de grupo y rubricar el pacto. Esa es la razón por la que el ministro de Exteriores, Nasser Bourita, rechazó la invitación de su homólogo alemán y no acude a la reunión en Berlín. Alemania no contó con Marruecos para su primera cumbre tras el alto al fuego libio el pasado enero.
Esta es la segunda cumbre en Marruecos para que las dos partes libias se entiendan y lleguen a un acuerdo pacífico y sin injerencias de terceros países, de acuerdo con el artículo 15 del Tratado de Paz de Skhirat (2015), que pide a ambos bandos que fijen los criterios para los nombramientos de los siete puestos de soberanía, el banco central o las empresas estatales de hidrocarburos.
Además, como ha recalcado en reiteradas ocasiones el jefe de la diplomacia en Marruecos, Nasser Bourita, “la solución a la crisis libia tiene que estar en el marco de las Naciones Unidas”.
De hecho, en su intervención en Bouznika quiso aclarar que “Marruecos no tiene agenda ni una solución marroquí para esta crisis. El reino dispone únicamente de una voluntad sincera de ayudar a los hermanos libios a abrir un debate con miras a encontrar una solución”.
Bourita siempre se ha mostrado reacio a “la multitud de iniciativas” que considera que “crea más problemas de los que resuelve”. Para revitalizar la Unión del Magreb Árabe y el norte de África resulta fundamental la estabilidad de Libia.
Nombramiento pendiente
Posteriormente, Mohamed VI recibirá a los embajadores extranjeros que han presentado sus credenciales al Ejecutivo marroquí, entre ellos Simon Martin, del Reino Unido, que trabajó en la casa real británica, o el americano David T. Fitcher. En ese momento, será remarcable la ausencia de la diplomacia española por no tener todavía designados embajador ni cónsul general.
En el ministerio de Exteriores de España no disponen de información sobre el nuevo embajador o embajadora en Marruecos, según han manifestado a una consulta de EL ESPAÑOL. Desde el mes de junio continúa como embajador de España en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitner, a la espera de ser elegido sustituto. Igualmente sigue sin cubrirse el puesto de cónsul general desde mayo, cuando fue nombrada María Celsa Nuño, entonces cónsul en Rabat, subsecretaria del ministerio de Asuntos Exteriores. En todo caso, desde la Oficina de Información Diplomática (OID) en Madrid precisan a este medio que "se espera el nombramiento del cónsul en Rabat de forma inminente"
La visita de Estado del presidente Pedro Sánchez se ha ido retrasando y todo apunta que tampoco será en noviembre. La participación de España, posicionándose junto a Francia como Estado invitado en la cumbre de los países del G5 del Sahel, no gustó en Rabat.
Tampoco será del agrado de los marroquíes que Sánchez, viendo las largas de las autoridades marroquíes, inicie precisamente este miércoles un viaje oficial de dos días a Argelia, país vecino y enemigo directo de Marruecos. De hecho, es la primera vez en la historia de la democracia española que un jefe de Gobierno no emprende su primera visita de Estado a Marruecos.
Con la nueva normalidad y tras el confinamiento, una vez emprendidos los viajes de Estado, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, visitó Argelia y Mauritania; y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, viajó a Túnez y Libia. Sin embargo, en ambas agendas quedó descartado Marruecos, aunque sí viajaron al país a comienzos del año. Incluso Nasser Bourita en una de las ocasiones aludió como excusa para no recibir a los españoles que tenía un viaje al exterior, según ha podido saber EL ESPAÑOL.
Elecciones generales en mayo
En cuanto a la política interna, Mohamed VI abrirá la sesión parlamentaria de otoño por videoconferencia, pero acto seguido tiene intención de disolver las Cortes y convocar elecciones generales.
En el país vecino los comicios se celebran cada cinco años. El 7 de octubre de 2016 los marroquíes acudieron por última vez a las urnas y salía elegido de nuevo el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), de corte islamista. Aunque entonces el rey destituyó a su secretario general, Abdelillah Benkirane, por no conseguir formar gobierno en tres meses, y nombró primer ministro a Saadeddine Othmani.
Los comicios, previstos para el segundo semestre del año, se adelantarán a mayo. No será hasta formado Gobierno, como pronto a mediados de 2021, que Marruecos abra las fronteras terrestres con Ceuta y Melilla.
Por ese motivo Marruecos ha organizado estos últimos días la repatriación de poco más de un millar de nacionales bloqueados desde marzo en las dos ciudades autónomas españolas.
En el ámbito internacional, el próximo viaje de Mohamed VI será a Sudán del Sur, aunque por el momento no hay una fecha establecida, según recoge la prensa local. El presidente africano Salva Kiir Mayardit solicitó recientemente asistencia a la policía marroquí para reorganizar su oficina de seguridad interna.
De esta manera, tras varios meses de estado de emergencia sanitaria, el 10 de octubre comienza la nueva normalidad para el país magrebí, que facilitará la entrada al turismo para recuperarse de la crisis económica, aunque no tiene intención de abrir los pasos terrestres con España, al menos hasta que eche andar el nuevo gobierno que se constituya tras las elecciones nacionales.