"Hay una línea que nunca debes cruzar en el servicio y, cuando te la saltas, siempre hay problemas. Pasas muchas horas con el Jefe que, además, es cómo es, y si pierdes la perspectiva, el no saber cuál es tu sitio, pues acabas como Murga, metido en un lío de narices. Porque los de arriba son intocables pero ellos no, por muy coronel que seas". Así describe a EL ESPAÑOL una persona muy cercana al padre de Felipe VI la situación en la que se encuentra el coronel Nicolás Murga, ex ayudante de campo del rey don Juan Carlos.
El coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga Mendoza ha saltado a la primera línea de la actualidad porque está siendo investigado como posible testaferro del ex jefe del Estado. Presuntamente, el militar pagaba celebraciones y gastos personales de don Juan Carlos y su familia a su nombre con el dinero que el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause puso a disposición de la Familia Real para sus gastos. Y todo ello lo hizo sin pasar por Hacienda.
Las investigaciones del fiscal Luis Pastor -que lleva en exclusiva con el jefe de Anticorrupción, Alejando Luzón-, incluyeron el rastreo de numerosos gastos de la familia real, incluidos los de varios nietos de don Juan Carlos y doña Sofía, que podrían haberse beneficiado de este dinero escondido ante la Agencia Tributaria.
Según las diligencias, se trataba de un sistema de ingresos no declarados a través de tarjetas de crédito opacas. La sospecha sobre los Borbón y Grecia es por un posible delito fiscal, lo que requiere un fraude superior a los 120.000 euros anuales, que es el límite a partir del cual se comete este delito. Los gastos que están investigando y que presuntamente fueron abonados por el coronel Murga corresponden a los efectuados en los años 2016, 2017 y 2018. Esto se debe a que el emérito, en esas fechas, ya habría perdido su inviolabilidad constitucional como jefe del Estado y podrían no acabar en punto muerto.
"Demasiado poder"
Para entender cómo un militar pasa a ser testaferro de una trama como en la que se ha visto envuelto en este momento el emérito, hay que saber primero qué es un ayudante de campo. Este puesto, desempeñado en la Casa del Rey por militares y guardias civiles, lo ocupa la persona que se encarga de acompañar al monarca 24 horas al día, en el ámbito público y privado, aunque Felipe VI prescinde de sus servicios cuando considera que no son necesarios.
En la actualidad Felipe VI tiene nueve ayudantes de campo que hacen turnos para estar siempre al lado del Rey. El ayudante de campo es la persona que sale siempre en las fotografías en los actos detrás del verdadero protagonista para cogerle la gorra cuando se la quita, para pagar las cosas cuando ellos se van de los sitios o para darle los papeles del discurso cuando los requiere. Cuando hay una audiencia en el Palacio de la Zarzuela, es la persona que abre la puerta y anuncia la entrada del soberano en la habitación.
"Es un honor para cualquier persona de esta profesión hacer ese servicio. Pero estás muy cerca, y el Jefe no separa. El actual sí, siempre amable y perfecto en el trato pero sin cruzar la línea, su padre se la saltaba todo el rato", cuenta la misma fuente.
El coronel Muga fue ayudante de campo de Juan Carlos I durante más de 10 años. Antes de llegar a Zarzuela estuvo destinado como consejero militar adjunto en la Embajada de España en Rabat, capital de Marruecos. "En la Casa no era especialmente querido por los compañeros. Era el amo y señor de la situación, pero también es normal en su puesto. Demasiados años en el mismo servicio con un Jefe que te da cuartelillo así que entras, seguro. Pero nadie le tenía mucho cariño, demasiado poder en una persona que no debería tenerlo", sentencia un ex compañ'ero del coronel.
'Culpable' del moratón
La relación entre el emérito y el coronel Murga era tan estrecha que no es la primera vez que el militar asume culpas que no son suyas. Un ejemplo de esta lealtad tuvo lugar hace unos años. Los hechos tuvieron lugar en 2011, en noviembre. El todavía Rey Juan Carlos apareció en una entrega de credenciales a nuevos embajadores en el Palacio Real con un ojo con un gran hematoma fruto de un fuerte golpe. Zarzuela explicó entonces que todo se había debido a un "accidente domestico" cuando el ex jefe del Estado recibió un golpe con una puerta que él iba a abrir cuando, desde el otro lado, un ayudante suyo trataba de hacer lo mismo para facilitar el paso al monarca. Aquel ayudante era Murga.
Sin embargo, la realidad fue muy distinta y lo que había ocurrido es que el padre de Felipe VI se había resbalado en la ducha pero como, entonces, la salud del Rey estaba en boca de todos, se decidió contar la historia de la puerta, culpa que el coronel admitió como una orden más.
Hasta hace un año y medio, don Juan Caros mantuvo a tres de sus ayudantes de campo. Además de Nicolás Muga, estaban Ignacio Inza y Ángel Rivadeo, todos ellos personas de su total confianza que le acompañaban no sólo en los escasos actos oficiales que aún protagonizaba sino también en sus actividades de carácter privado. Los tres miembros del Ejército pasaron a la reserva al cumplirse la edad reglamentaria y, desde entonces, sólo tiene el apoyo de un secretario privado, un responsable de seguridad, dos escoltas y el chófer que le corresponda al servicio de la Familia Real.
‘Si, pero en los papeles no verás ni a Inza ni a Rivadeo, sólo a Murga y es que es el único que se dejaba llevar. Ni idea de nada de esto de testaferro y demás, pero tenía demasiada confianza con el Jefe, lo veía todo el mundo’ nos desvela la misma persona.