Hace 11 meses que los médicos de Wuhan (China) empezaron a detectar un brote de neumonía poco usual. No ha pasado ni un año del inicio de la pandemia que le ha dado la vuelta al mundo cuando ha llegado la noticia más esperada. La farmacéutica Pfizer anunció este lunes una vacuna contra la Covid-19 con una efectividad del 90%. Como toda buena noticia, tiene sus sombras. Una de ellas, es que tiene que preservarse a -80º centígrados para ser efectiva. Y es ahí donde entran en juego unos congeladores que no se encuentran en ninguna casa, ya que cuestan en torno a 8.000 euros la unidad.
En España no hay ninguna empresa dedicada específicamente a los ultra congeladores de laboratorio. La única que hay, se dedica a la hostelería. Pero lo que sí que hay son distribuidoras de estos productos. Las tres más importantes se llaman Vertex, Nirco y Fisher.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con las dos primeras, que cuentan que la demanda de sus productos ha crecido desde que el lunes se anunciara la vacuna. “Estamos desbordados, ¡y agradecidos!”, asegura Mario Muñoz, responsable de ventas de Nirco. Estos son los ultracongeladores que portarán la esperanza del mundo para salir de esta pesadilla. A España se esperan que lleguen 20 millones de dosis para vacunar a 10 millones de peronas (son dos inyecciones por paciente).
Cuatro comunidades interesadas
La vacuna anunciada por Pfizer está compuesta por ARN, un ácido nucleico que forma parte del genoma del coronavirus. “¿Qué ocurre con el ARN? Pues que se degrada muy fácilmente. Hay una serie de enzimas que degradan ese ARN. Por eso hay que congelarlo, porque a -80 grados se inactivan esas enzimas”, explica Muñoz.
Para eso sirven los ultracongeladores que comercializa Nirco, que son de la marca Nuaire y se fabrican en Estados Unidos. “Se usan para la congelación de células, cepas de microorganismos, virus, vacunas que tengan relación con ácidos nucleicos, como es el caso de la vacuna de Pfizer”.
Muñoz confirma a este periódico que ya han recibido la llamada de varias comunidades autónomas pidiendo presupuesto para comprar este material. “Desde ayer, no paramos. Nos están empezando a demandar desde hospitales y centros de atención. Nos están solicitando presupuesto porque quieren tener previsiones, pero bueno, los plazos de entrega no son inmediatos”. Ya les han llamado la Comunidad de Madrid, la Generalitat de Cataluña, la Generalitat Valenciana y la Junta de Andalucía. “Seguro que mañana vendrán el País Vasco, Galicia y las demás”, augura.
“Normalmente, la forma de compra de la Administración suele ser por concurso. Lo que pasa es que en estados de alerta las comunidades tienen autoridad para hacer compras directas. Entonces nos están llamando para saber presupuestos y plazos de entrega”.
Esto mismo explican desde la empresa Vertex, dedicada a distribuir ultracongeladores EWALD, de fabricación alemana. “Hay una plataforma de contratación donde el ministerio y las comunidades cuelgan licitaciones y concursos y las empresas pueden presentarse. Pero todavía no hay licitación para los congeladores”, cuenta Laura Baena. Pese a la falta de concurso, Vertex ya ha recibido la llamada de un Hospital de Alicante y otro de Zaragoza para pedir presupuesto.
Bidones de nitrógeno
Actualmente, muchos hospitales y laboratorios ya cuentan con ultracongeladores, pero los centros de salud -donde previsiblemente se vacunará a los pacientes- no los tienen. “Las vacunas que entran dentro del carné de vacunación normal se conservan en nevera”, explica Baena.
Aunque la logística está aún por definirse, Pfizer ha anunciado que pretende usar unos bidones como los que se usan para llevar la vacuna del ébola a África, para que las administraciones no tengan que asumir el desmedido gasto que supondría poner un ultracongelador en cada barrio de España. “Son tanques de nitrógeno líquido, se llaman dry shippers. Pueden llegar a garantizar temperaturas de hasta -190 grados”, cuenta Muñoz.
Pero este anuncio de Pfizer no ha hecho disminuir el interés de las comunidades en los ultracongeladores. Aunque hay muchos fabricantes, Muñoz asegura que los más fiables son Thermo Fisher (EE UU), Panasonic (Japón), Eppendorf (Alemania) y Nuaire (EE UU). Estos últimos son los que vende Nirco.
La empresa los tiene con capacidades desde los 70 litros hasta los 800. El más usual, el de 500 litros, ronda los 8.000 euros. “Nosotros solemos vender una media de entre 80 a 100 unidades al año. Solemos traer contenedores de 40 pies de Estados Unidos y en cada contenedor entran 22 equipos. Actualmente tenemos 48 congeladores en stock”.
La explicación de este elevado precio es por su funcionamiento. “Tiene una tecnología diferente a la de los domésticos. Para alcanzar los -80 grados se usa una tecnología que incluye dos compresores herméticos. El primero baja la temperatura hasta los -40 grados y el segundo baja hasta -80. Es lo que se llama refrigeración en cascada”.
Además, estos aparatos incorporan sistemas de control de temperatura y de aviso en caso de alteración. Dentro de un ultracongelador se suelen guardar cosas muy caras: muestras biológicas, ácidos nucleicos, proteínas, células. A veces, el valor de lo que hay dentro es el cuádruple del valor del congelador. Dentro puedes tener muestras que cuestan 40.000 euros. Por eso los investigadores usan dispositivos de seguridad para que no se estropeen sus muestras”. Vertex, por su parte, vende congeladores de hasta 1.000 litros de capacidad que sobrepasan los 10.000 euros de coste.
Ambas empresas son españolas. Nirco es una filial de la empresa Deltalab, la única española que fabrica escobillones para las pruebas PCR. Como cabía esperar, desde principios de año, no da abasto. “Desde la pandemia hemos tenido que triplicar turnos y abrir otra línea de producción”. También han tenido que contratar más personal.
Los escobillones se fabrican en una planta de Barcelona, pero los congeladores que ahora ansían las comunidades autónomas se almacenan en un polígono industrial de Móstoles. “Ahí tenemos el stock de los ultracongeladores”, cuenta Muñoz, que, aunque lleva 18 años en el sector, jamás se hubiera imaginado que viviría algo similar a esta pandemia.