Rafael Amargo, su pareja, un amigo íntimo del bailaor y el productor de la obra 'Yerma', Eduardo Santos, han quedado en libertad, según ha acordado la magistrada titular del Juzgado de Instrucción nº 17 de Madrid.
De esta manera la magistrada lleva la contraria a la Fiscalía, que había pedido prisión sin fianza al bailaor y los otros detenidos por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas que "causan grave daño a la salud, con la circunstancia agravante de notoria importancia", según ha podido saber EL ESPAÑOL. El bailaor fue detenido este pasado martes en el marco de una operación policial desarrollada en Madrid.
La Policía Nacional detuvo al artista a su salida de un ensayo de dicha obra, que iba a ser inaugurada este jueves aunque finalmente ha sido cancelada.
Los cuatro han quedado en libertad con medidas cautelares. Se les ha impuesto la retirada del pasaporte, la prohibición de salir del territorio nacional y la obligación de acudir los días 1 y 15 de cada mes al juzgado.
Durante los registros en dos inmuebles de la capital, los agentes incautaron diversas cantidades de drogas, entre las que había 100 gramos de metanfetamina y una bolsa con ketamina, entre otras. Además, encontraron una báscula para pesar los estupefacientes, diversos teléfonos móviles, cerca de 6.000 euros en efectivo y bolsas de plástico pequeñas para la distribución.
Valor en la calle
Según fuentes policiales, aunque la cantidad de sustancia parece baja, en la calle alcanzarían un valor equiparable al de dos kilos de cocaína. Además de las ya mencionadas, se encontraron dos pequeños sobres de mefedrona, cuatro botes de popper, sildenafilo, seis pequeños frascos de anabolizantes y dos de éxtasis líquido.
La imagen que engloba la totalidad de las sustancias estupefacientes halladas en las viviendas contrasta con la versión de Cándido Cónde Pumpido, el abogado del artista, quien asegura que el material incautado era simplemente para consumo propio. Las herramientas para pesar las cantidades, así como los envoltorios individualizados para distribuir el producto y los billetes hallados, sugieren lo contrario.
Desde antes de febrero
Los agentes que han investigado los hechos llevaban un año detrás de la organización. Habían detectado movimiento y trapicheos en el barrio de Chueca, y también en el de Malasaña. La llegada del confinamiento les puso las cosas más complicadas a la organización. Sacar a la venta la droga se convertía en algo mucho más complicado sin el habitual ambiente de fiesta que se replica cada fin de semana en esa zona de la ciudad.
El estado de alarma ya había sido decretado. Hubo más indicios, como otro envío incautado en un envío que transportaba un repartidor de Glovo también en el centro, en la zona de Atocha. Dentro del paquete hallaron una bolsa con un frasco, en el cual había 12 cápsulas de color negro, y debajo del mismo dos piedras de cristal (metanfetamina), la misma droga que se ha incautado en la casa de Amargo.
Estos y otros indicios les hicieron seguir persiguiendo a esta organización hasta que se percataron de quién era presuntamente uno de los orquestadores del entramado: la sorpresa fue hallar al famoso bailarín flamenco y a algunas de sus personas más allegadas.