El motorista que perdió un riñón en un choque en Granada y un testigo falso le culpó: recibirá 145.000 €
Los detectives que contrató la familia de la víctima descubrieron que uno de los testigos estaba compinchado con el verdadero culpable del siniestro.
8 diciembre, 2020 01:58Daniel siempre creyó en la versión que ofrecía su hermano asegurando que él no era el causante de un grave accidente de tráfico ocurrido en Granada y que le envió directo a la Unidad de Cuidados Intensivos debido a las terribles lesiones que sufrió: nueve costillas rotas, fractura abierta de fémur, un traumatismo craneoencefálico y la pérdida del riñón izquierdo. “Mi hermano Rubén (26) me decía que iba conduciendo despacio la moto cuando un coche se lo llevó por delante”, subraya Daniel a EL ESPAÑOL. Sin embargo, ese relato era incompatible con el atestado policial que señalaba a Rubén -un repartidor de comida a domicilio- como el supuesto responsable de la colisión con un Mercedes.
“A Rubén le atropellaron cuando llevaba un pedido a un cliente”, insiste Daniel. Este hostelero, de 36 años, dio tanta credibilidad a la inocencia de su hermano que decidió contactar por su cuenta con uno de los testigos del accidente que figuraba en las diligencias policiales. Para entender esa decisión hay que retroceder al 5 de mayo de 2019. Ese día, a las dos de la tarde, la Policía Local de Granada intervino en una colisión en un cruce de calles donde se vieron implicados dos vehículos. Uno era el ciclomotor que conducía el repartidor Rubén por la calle Arabial hacia Neptuno y el otro, un Mercedes clase B, cuyo conductor iba desde la calle Buenaventura Carreras a Profesor García Gómez.
El atestado policial apuntaba al repartidor de comida a domicilio como el presunto culpable del choque y le dejaba con nulas opciones de reclamar una indemnización por las graves lesiones que sufrió. “Es parecer de este equipo instructor que la causa eficiente del accidente, basándonos en las declaraciones de los testigos, fue no respetar la señal semafórica roja por parte del ciclomotor anotado como ‘A’, colisionando contra el lateral derecho del turismo anotado como ‘B’, cayendo su conductor al suelo”, tal y como expone la Policía Local en el atestado al que ha accedido este diario.
Los testigos que figuraban en el citado atestado eran dos. Inmaculada (T1), una viandante que relató que el semáforo estaba en rojo para los peatones cuando se produjo el accidente de tráfico, y Antonio (T2) que narró a los agentes que él conducía una moto delante del Mercedes implicado en el siniestro y el semáforo estaba en verde para ellos. El relato de este motorista suponía afirmar de forma implícita que el repartidor de comida a domicilio entró al cruce con su ciclomotor tras saltarse el disco en rojo. “Siempre creí a mi hermano”, sentencia Daniel sobre el motivo por el que investigó la colisión una vez pudo escuchar la versión de lo sucedido que le ofreció Rubén.
“Hablé con la mujer que iba a cruzar el paso de peatones (testigo ‘T1’) y me aseguró que en el lugar del accidente no había ningún otro motorista: solo vio a mi hermano con su ciclomotor tirado por el suelo y al conductor del coche”. Las pesquisas de este hostelero le llevaron a entrevistarse con el dueño del kiosko que está en el cruce de las calles donde se produjo el percance vial: “El quiosquero tampoco vio a ningún motorista, solo presenció cómo un coche arrolló a un ciclomotor”. Tales afirmaciones ponían en duda la declaración de ‘T2’: el testigo que aseguró a los policías locales que el percance vial le pilló de manera fortuita cuando conducía con su moto por el cruce de marras.
“Hablé con la mujer que iba a cruzar el paso de peatones (testigo ‘T1’) y me aseguró que en el lugar del accidente no había ningún otro motorista: solo vio a mi hermano con su ciclomotor tirado por el suelo y al conductor del coche”. Las pesquisas de este hostelero le llevaron a entrevistarse con el dueño del kiosko que está en el cruce de las calles donde se produjo el percance vial: “El quiosquero tampoco vio a ningún motorista, solo presenció cómo un coche arrolló a un ciclomotor”. Tales afirmaciones ponían en duda la declaración de ‘T2’: el testigo que aseguró a los policías locales que el siniestro le pilló de manera fortuita cuando conducía su moto por el cruce de marras.
- ¿Como letrado por qué motivo aconsejó a su cliente recurrir a los servicios de un detective?
- Se trata de un accidente de tráfico donde el conductor de un ciclomotor resultó herido grave. Intervino la Policía Local y ante el testimonio de un testigo presencial de la colisión, se determinó en las diligencias que la responsabilidad del accidente era del conductor del ciclomotor al no respetar la señal semafórica que le afectaba, según ese testigo estaba en fase roja, por tanto, a mi cliente no le correspondía indemnización. Una vez acudió a mi despacho el hermano del lesionado, por las gestiones realizadas con otros testigos a los que le tomó declaración la Policía Local, si bien no podían determinar qué vehículo no respetó la señal semafórica que le afectaba a su circulación, pero lo que sí le comentaron al hermano del herido es que ese supuesto testigo presencial no estaba allí.
El trabajo de los detectives
La familia del repartidor de comida situó en la diana de Advanze Detectives a Antonio: el testigo ‘T2’ que figuraba en el atestado de la Policía Local como el motorista cuyo relato ofrecido aquel domingo 5 de mayo de 2019 eximía de responsabilidad al conductor del Mercedes clase B implicado en la colisión. De hecho, la compañía aseguradora del Mercedes amparándose en las diligencias policiales rechazaba la reclamación del letrado Joaquín Perales para que su cliente fuese indemnizado por las lesiones que le obligaron a pasar cinco veces por el quirófano para someterse a una nefrectomía -extirpación de un riñón-, a la implantación de varias placas...
“Rubén tenía hundido el cráneo y le pusieron hierros desde la cadera hasta la rodilla, estuvo ingresado nueves días en la UCI: ni los médicos sabían si iba a salvarse”, resume Daniel sobre el delicado pronóstico que presentaba su hermano, de 26 años.
La investigación de los detectives se centró en aclarar si existía una relación entre Antonio, el testigo ‘T2’, y David, el conductor del Mercedes implicado en la colisión. “El testimonio de un presunto testigo, el señor Antonio M. L., se recoge en el atestado y como hemos mencionado anteriormente, aporta una versión de los hechos distinta a la aportada por los otros testigos y que favorece al conductor del Mercedes clase B. Por ello, ante la sospecha de que exista algún tipo de vinculación entre ambos, el cliente nos solicita que efectuemos gestiones para averiguar si existe relación entre el conductor causante del accidente y el testigo que declara a su favor”, tal y como expone en su informe Advanze Detectives.
Esta agencia escudriñó las redes sociales de ambos sospechosos y saltaron las alarmas. “Comprobamos que el señor David R. tiene como amigo al señor Antonio M., testigo del siniestro, según el atestado”. Los detectives prosiguieron tirando del hilo y comprobaron otro dato llamativo: la Policía Local anotó en el atestado que la filiación del testigo ‘T2’ se correspondía con una avenida de la ciudad nazarí, pero en las fechas en las que ocurrió el accidente de tráfico se encontraba de paso por Granada porque según su Facebook trabajaba en las Islas Canarias. “Observamos en el perfil público de Facebook del señor Antonio M., que trabaja en el Hotel G. M. P. de Isora en Tenerife”.
Eran amigos
En el informe también consta que averiguaron que el conductor del Mercedes estaba contratado en un concesionario de vehículos y contactaron con él por teléfono. Los detectives fingieron ser unos clientes interesados en la compra de un coche con el objetivo de verificar si era casualidad que Antonio y David figurasen en Facebook como amigos. La conversación telefónica resultó clave: “Nos relata que conoce al señor Antonio M. L., de Tenerife, que es amigo de hace años y que estuvo con él la última vez que viajó a Granada. Según indica textualmente el conductor del Mercedes Clase B, el señor Antonio M. “es muy apañado y me llevo muy bien con él”, refiriéndose a él como ‘Antoñito’”.
Los detectives concluyeron que entre el conductor del Mercedes y el testigo ‘T2’ había una relación de amistad: “Este despacho profesional entiende que el señor David R. R. y el señor Antonio M. L. son amigos de hace años, por lo que el testimonio aportado por el señor Antonio M. acerca del siniestro que nos ocupa es cuanto menos dudoso. En nuestra opinión, si su versión se contradice totalmente con la del resto de testigos y beneficia al señor David R. no se debe a un hecho casual, por lo que nos encontramos con toda probabilidad ante una declaración falsa realizada por el señor Antonio M. a modo de favor, para beneficiar a su amigo y de esta manera, minimizar las consecuencias del siniestro que causó el día 5 de mayo de 2019”.
Todo ello llevó a los detectives a hacer las maletas para plantarse en las Islas Canarias en la casa de Antonio: el testigo ‘T2’. “Le explicaron las consecuencias legales que podía tener un falso testimonio y él mismo realizó una declaración jurada reconociendo que no fue testigo de la colisión”, detalla el abogado sobre el resultado de aquella visita sorpresa. Prueba de ello es que ‘T2’ firmó de su puño y letra un documento donde dio un giro al caso: “Yo, Antonio M. L., con DNI (xxx), me desentiendo del accidente por falta de visión, por no ver con certeza lo ocurrido el 5 de mayo de 2019 al meter mi vehículo en el parking una vez producido el accidente. Desde el primer momento del atestado ya declaré que no he visto nada, que me imaginaba lo que había ocurrido”.
Acuerdo extrajudicial
El letrado Joaquín Perales con toda esta documentación de Advanze Detectives planteó un acuerdo extrajudicial a la compañía aseguradora del conductor del Mercedes clase B. La propuesta consistía en que indemnizasen a su cliente -Rubén- con la suma de 184.686 euros por las lesiones por las que tardó 222 días en recuperarse. “Rubén tuvo suerte de salvarse porque hace mucho deporte y ha sido monitor de gimnasio, pero estuvo más de tres meses hospitalizado, luego tuvo que someterse a dos meses de rehabilitación y todavía toma relajantes musculares porque a veces sufre dolores”, recuerda Daniel sobre el calvario que pasó su familia tras el accidente de su hermano.
En la propuesta fechada el 23 de marzo de este año, se hace constar el papel que ‘T2’ firmó reconociendo su falso testimonio y un relato de hechos donde se reconoce que el repartidor de comida a domicilio circulaba con su ciclomotor “correctamente y a velocidad moderada por la calle Arabial de Granada, cuando, en el cruce con la calle Buenaventura Carreras, de forma repentina, dicha motocicleta fue violentamente colisionada por el vehículo que marchaba conducido por Don David R., asegurado en AXA SEGUROS, quien no respetó la señal semafórica que afectaba a su marcha, que se encontraba en fase roja, accediendo a la calle Arabial por la que circulaba el ciclomotor”.
El jueves pasado se firmó un acuerdo con una indemnización de 145.854 euros para el joven repartidor de comida a domicilio a cambio de que no ejerciese acciones en los juzgados. “En definitiva, toda una labor de investigación para desmontar un atestado en contra, incluyendo un testigo falso descubierto por medio de la agencia de detectives, consiguiendo que se haga justicia a un lesionado grave, a quien según el atestado policial no le correspondía nada por ser el responsable del accidente, pero que finalmente ha sido indemnizado”, reflexiona orgulloso el letrado Joaquín Perales.