La Dirección General de Tráfico, tras mucho sopesarlo, tiene un plan para agilizar el retraso en los exámenes prácticos del carnet de conducir, donde hay un ‘atasco’ de hasta 400.000 alumnos que quieren presentarse a las pruebas. Quiere que la Guardia Civil -además de vigilar el Tráfico- pase a ser personal examinador de la DGT en 2021. “Esto está bastante avanzado. Tuvimos una reunión el mes pasado con Peré Navarro y nos emplazamos a otra junto a la Confederación de Autoescuelas de España (CNAE) para ver qué propuesta se le hace a los agentes que pasen a prestar este servicio”, reconoce Guillermo Freire, presidente de la Asociación Profesional de Guardias Civiles (PGC), en conversación con EL ESPAÑOL.
Con la incorporación de agentes de la Guardia Civil como examinadores, la DGT pretende reducir las listas de espera, acrecentadas por los meses de confinamiento por el coronavirus. Su idea, por tanto, es que los agentes de la Benemérita que estén en la reserva y adscritos a la Agrupación de Tráfico pasen a ejercer de ‘copilotos’ en los prácticos para acceder al carnet de conducir. Eso sí, tras hacer un curso previo.
Actualmente, faltan examinadores, con lo que eso implica: las autoescuelas ven reducida su actividad al no poder presentar a los alumnos y los ciudadanos tienen que esperar más tiempo del debido para poder sacarse el carnet de conducir, que en muchos casos necesitan para trabajar o acceder a una oposición. En total, ahora mismo, hay 400.000 alumnos que han pasado el examen teórico, pero que no pueden realizar el práctico.
Desde el ministerio de Interior, además, quieren que, de una u otra forma, esto sea una realidad. Destinarán, según han anunciado en sede parlamentaria, un 13% de los fondos a reforzar la plantilla de la DGT, que ha ido progresivamente aumentando en los últimos años. En 2018, había un total de 734 examinadores y ahora la plantilla la forman un total de 802. La intención de Fernando Grande-Marlaska es que se incorporen 40 nuevos examinadores y 35 más en 2021.
Incorporación
La DGT se reunió con la Confederación Nacional de Autoescuelas y con la Asociación Profesional de la Guardia Civil el pasado mes para hablar sobre la posibilidad de que esto sucediese. Y, con el beneplácito de estar todos de acuerdo en poner en marcha la medida, se emplazaron a reunirse más adelante para cerrar el plan.
Aun así, la Guardia civil ya había hecho esa propuesta hace años. “A mí me dijeron –cuenta Guillermo Freire, presidente de la PGC– que había un problema por la ausencia de examinadores. Entonces, yo pensé que los agentes en la reserva podrían hacer ese trabajo. Ellos tienen mucho avanzando si han estado en tráfico y sólo necesitarían un curso de adaptación”, cuenta.
¿Qué queda por concretar? Únicamente cuántos guardias civiles van a pasar a formar parte de Tráfico –aunque al menos 1.000 entrarán en la reserva– y cuánto se le va a pagar a esos agentes. “Esto tiene que venir motivado por un impulso económico. Y hay dinero: 330 millones de la equiparación salarial. Porque los guardias civiles que están en la reserva cobran ya un dinero por estar en su casa. Si quieren que hagan de examinadores, tendrán que pagarles algo más”, reconoce el portavoz de la PGC.
A cambio, se le exigirían ciertos requisitos a los guardias civiles que quisieran optar a los puestos: estar en la reserva, haber trabajado en Tráfico y hacer un curso previo. Sin fecha, pero con una voluntad firme por parte de la DGT y con las negociaciones muy avanzadas, todo indica a que, en 2021, los examinadores serán agentes de la benemérita.
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