Lunes, 18 de enero de 2020, autovía de Salamanca, 7.40 horas de la mañana. Un camión transporta un viejo coche de Bomberos. Pasa por Tordesillas (Valladolid), en el kilómetro 152, y algo hace pum. Es la rueda trasera izquierda del remolque, que ha reventado y empieza a arder. El conductor, A.N.A., de 56 años, para en el arcén derecho y se baja del vehículo para sofocar el fuego. Le asisten otros dos camioneros que pasaban por allí. Minutos más tarde, los tres son arrollados por un cuarto camión y pierden la vida en el acto.
El suceso que ha conmocionado a toda España en las últimas horas es también uno de los más trágicos accidentes de tráfico que ha vivido la comunidad de Castilla y León en los últimos años. La clave del caso, según han confirmado fuentes de la Guardia Civil a EL ESPAÑOL, es que el último transportista, el que atropelló a los demás, no iba drogado ni dio positivo en el test de alcoholemia. La explicación que barajan las mismas fuentes de la investigación, entonces, va por otro sentido.
Una de las primeras suposiciones de los agentes, que todavía no se ha podido confirmar, es que el cuarto conductor hubiera perdido la orientación debido al humo del incendio. La de la escasa visibilidad en la vía sería entonces la hipótesis principal del siniestro, ya que el camionero "es un transportista experimentado [...] muy prudente al volante y lo único que ha dicho es que no les ha visto", según ha declarado un amigo del implicado a El Norte de Castilla, que ha adelantado la noticia. El conductor, M.A.H.C., de 47 años y natural de Palencia, se dirigía en la misma dirección transportando maíz. Ahora puede ser investigado por un posible triple delito de homicidio involuntario, en función de lo que determine el atestado de la Guardia Civil.
La identidad de las tres víctimas, por otro lado, permanece desconocida. De ellos se conoce el caso de A.N.A., de 56 años y residente de Albacete, que sufrió el siniestro inicial, y el de P.A.S., un portugués de 35 años que fue el primero en detenerse delante del camión para socorrerle. El tercero era Alberto, palentino de 43 años que imitó a los otros dos para sofocar el incendio.
El suceso
Los hechos ocurrieron a las 7:40 horas del lunes en el kilómetro 152,6 de la A-62, autovía de Salamanca, en un tramo de cuatro carriles que se bifurcaban hacia la A-6. Es en el derecho de estos carriles, pegado al arcén y en sentido Salamanca, por el que circulaba el primer transportista procedente de Melilla y con destino A Coruña. Durante la marcha, la rueda trasera izquierda del remolque (la góndola), que transportaba un camión de Bomberos, reventó y empezó a soltar chispas. Estas fueron las que incendiaron el vehículo.
Había que detenerse. A.N.A. decidió hacerlo en el arcén derecho, el más cercano, pero el camión era tan grande que ocupaba una parte del carril derecho. A pocos metros circulaban otros dos camiones, el de P.A.S. y el de Alberto, que frenaron delante del incendio. Sacaron tres extintores y se dirigieron hacia el eje trasero izquierdo de la góndola, completamente en llamas y en un sofoco que ya alcanzaba el lateral del camión de bomberos. Son las 7.40 horas de la mañana, no había niebla, pero el amanecer y las nubes negras del fuego podrían descuidar a más de uno al volante.
Este pudo ser el caso de M.A.H.C., que conducía un cuarto camión y no vio a los implicados en el carril. Su vehículo, por la derecha impactó contra el lateral izquierdo del vehículo incendiado y, perdido el control, arrolló a los tres transportistas de la calzada, que salieron disparados varios metros hacia delante y murieron en el acto. El conductor se detuvo justo después, delante de la fila de tres camiones y en el mismo arcén, y llegaron los Bomberos y la Guardia Civil. Según testificó ante los agentes, en ningún momento había visto a los implicados hasta que ya fue tarde.
El cuarto camionero, en visible estado de ansiedad, tuvo que ser asistido por su hermano, también transportista. Dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas y está siendo investigado por la Guardia Civil.
El suceso de este lunes es el peor accidente sucedido en lo que va de año en el país y uno de los peores que se recuerdan en Castilla y León, comunidad en la que el pasado 7 de enero se produjo otro trágico siniestro que se saldó con dos fallecidos en Soria. Entonces, un camión cargado de troncos y un turismo colisionaron en la carretera CL-117, kilómetro 54, en el término de Molinos de Duero. La carga de troncos cayó sobre el turismo, matando al conductor, y el choque desestabilizó al camión, que salió despedido por la cuneta, acabando también con la vida del transportista.