La familia de José María Iñigo atribuye su muerte por cáncer al amianto “en los estudios de TVE”
Su viuda intentará demostrar el jueves en el juicio que el presentador se intoxicó cuando dirigía programas como 'Estudio Abierto', en 1975.
20 enero, 2021 02:14Noticias relacionadas
"En aquellos años, se veía incluso caer el polvillo en los estudios de TVE". Este es solo uno de los muchos testimonios que la familia de José María Íñigo (Bilbao, 1942) llevará al juicio, el próximo jueves, para demostrar que el mesotelioma que acabó con el conocido periodista en 2018 fue causado por intoxicarse con el amianto que recubría los estudios de Prado del Rey, de TVE, entre los años 1975 y 1985, cuando el presentador conducía programas como Estudio Abierto, Directísimo, Esta Noche Fiesta o Fantástico.
"Hemos querido llevar a cabo el proceso judicial contra TVE por la memoria de nuestro padre", ha reconocido la familia, la viuda, Pilar, y sus cuatro hijos, Pilar, Daniel, Eduardo y José María, a este periódico, a través de la abogada que lleva el caso del comunicador fallecido.
Todo comenzó en 2015. Hasta entonces, la salud de este profesional, que marcó un antes y un después en la radio y la televisión española entre los años sesenta y los ochenta, había sido buena. Pero, de pronto, comenzó a padecer una extraña dificultad respiratoria. Íñigo fue ingresado, y tras las pruebas pertinentes se le detectó un mesotelioma pleural, un tumor raro que todos los expertos médicos asocian a la exposición del paciente con el amianto, y que afecta a las células que producen la membrana que recubre la mayoría de los órganos.
En ese momento, según reconoce la abogada de la familia, Andrea Peiro, Íñigo supo que el origen de su enfermedad estaba en el Estudio 1 de Prado del Rey, en el que él había trabajado y que cuando se construyó, en 1964, fue recubierto de fibra de amianto para su aislamiento acústico.
"Fue sobre todo entre los años 1975 y 1985, cuando dirigía programas como Estudio Abierto o Esta Noche Fiesta. Es cierto que en los ochenta empezaron a encapsular el amianto poniendo un falso techo. Pero al haber tantas vibraciones, seguía desprendiéndose. El estudio se precintó y se cerró, años después, en el año 2000", explica Peiro.
Proceso lento
Había sido, por tanto, un proceso lento y silencioso en el que el tumor había seguido avanzando sin que el periodista fuese consciente hasta varias décadas después. Aún así, el presentador siguió trabajando mientras intentaba recuperarse. Como había hecho desde 2011, y por lo que los más jóvenes le conocían, continuó siendo el encargado por Televisión Española de comentar el Festival de Eurovisión. Sin embargo, el tratamiento de quimioterapia y sus sucesivos ingresos hospitalarios no pudieron evitar su empeoramiento.
En aquellos años, no obstante, el periodista vasco puso en conocimiento de la cadena pública las circunstancias de su enfermedad y desde la que él reconocía como "su casa" le dijeron que para solicitar el reconocimiento de su situación como Enfermedad profesional la única vía era denunciar a TVE tras recibir la razón judicial frente a la Seguridad Social.
Al principio, el presentador se mostró reticente a demandar al lugar en el que había trabajado toda su vida. Finalmente, se decidió, pero nunca llegó a iniciar el proceso judicial a causa del empeoramiento de su salud. Un año después, en 2019, la familia, y en concreto su viuda, Pilar, decidió demandar a TVE por la muerte de su marido a causa de la intoxicación del amianto.
El juicio
Tras muchos aplazamientos, a razón de la Covid-19, este jueves 21 de enero se celebrará la primera vista del juicio en el que la familia intentará que la Seguridad Social le dé la razón y se reconozca como Enfermedad profesional el mesotelioma que causó la muerte del presentador. "Lo que queremos es que se reconozca la Enfermedad Profesional y eso se determine en la pensión de la viuda, Pilar", reconoce la abogada.
En el juicio, aunque la familia sigue el consejo que un día la cadena pública le dio al presentador, TVE intentará defenderse de la acusación. Y, según Peiro, tratará de demostrar que José María Íñigo jamás tuvo una exposición directa al amianto, sino que tal vez los únicos que sí lo estaban eran los técnicos de sonido.
La letrada, frente a esto, ve bastantes posibilidades en la causa de la familia de Íñigo. "Nosotros tenemos muchísima prueba de que estuvo expuesto al amianto. Tenemos testificales que así lo corroboran. Compañeros de José María de aquellos años que confirman que incluso caía polvillos de los techos en el estudio. Y jurisprudencia de otros casos, por ejemplo, el de un técnico de efectos especiales de TVE, al que le han reconocido la Enfermedad Profesional. A partir de ahí, el juzgado será el que tenga que decidir", comenta.
Este primer capítulo solo es una parte del litigio judicial al que la familia llevará a TVE. Si la demanda prospera, reclamarán más tarde una indemnización por los daños y perjuicios causados. Compensaciones que suelen ir desde los 100.000 euros como mínimo para las viudas, y entre 20.000 y 40.000 euros para los hijos.