Las empresas españolas que producen mascarillas siguen innovando. Y es que las mentes detrás de estos equipos de protección individual (EPI) no han parado de trabajar desde que estallara la pandemia de la Covid-19. En España, hay varias entidades centradas en la importante labor de producir mascarillas cada vez más seguras. Y la última novedad la trae la empresa Making Mask, con sede en Zaragoza (Aragón), que ha inventado la primera mascarilla higiénica reutilizable, cuya unidad cuesta desde 0,80 euros hasta 1,26 euros.
“Nuestra mascarilla higiénica reutilizable ofrece un 99,9% de filtración bacteriana y un 46% de respirabilidad”, explica a EL ESPAÑOL Lorenzo Domínguez (Zaragoza, 1969), director técnico de Making Mask. Él es uno de los seis amigos y socios emprendedores que han levantado “con mucho esfuerzo” la empresa que ha lanzado al mercado la primera mascarilla higiénica reutilizable. Así lo acaba de certificar la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) tras aprobar la mascarilla sus exigentes pruebas.
Pese a ello, la peculiaridad que tiene la mascarilla MM BIO de Making Mask es el tejido “de origen español” empleado para su producción. “Las mascarillas higiénicas convencionales suelen tener tres capas y las partículas pasan por ellas, pero gracias a una energía electroestática se atrapan. Sin embargo, nuestra mascarilla higiénica está hecha con un tejido con fibras nanométricas con los poros 10 veces más pequeños, lo que produce un atrapamiento mecánico. Es decir, los virus y las bacterias no pasan a través de la mascarilla porque, básicamente, no caben”, argumenta Domínguez, muy orgulloso de este innovador producto de protección sanitaria.
Según ha comprobado la AENOR, además, la mascarilla de Making Mask “puede ser usada hasta cinco días” y “admite 10 lavados”. Y de hecho, la filtración bacteriana que ofrece la mascarillas tras ese décimo lavado es del 93%. Esto se puede considerar como un auténtico éxito, ya que las mascarillas higiénicas que están a la venta tienen una vida media de verdadera utilidad de unas cuatro horas. El precio de la MM BIO —0,80 euros la unidad— es ligeramente más elevado que el de una mascarilla higiénica común de supermercado, que cuesta entre 0,15 euros y 0,30 euros la unidad en función de la superficie.
Y es que la caja de 60 mascarillas higiénicas reutilizables de Making Mask se puede adquirir de manera online en la propia empresa por 48 euros. O, también, en superficies como Carrefour, cuyo precio asciende a 75,95 euros. Es decir, cada unidad cuesta entre 0,80 ó 1,26 euros. Pero recordemos, una higiénica normal protege durante cuatro horas y la nacida en la firma zaragozana dura cinco días, según indican. Por ello, ha sido la primera mascarilla higiénica reutilizable certificada por la AENOR.
Los inicios de la empresa
Como se venía apuntando, la novedosa mascarilla zaragozana reutilizable ha sido el éxito de seis amigos y emprendedores españoles que fundaron hace menos de un año Making Mask. Ellos dirigían —y dirigen— empresas de diversos sectores. Ángel Aparico (aragonés) está a la cabeza de Cristalrecord; Salvador Gea (valenciano), de Luz Gandía; Lorenzo Domínguez (aragonés), de Estudnener; Ramón Grael (catalán), de R. G. P. Inglass Trade, Manuel Jiménez (andaluz), de Hyperdeluz; y Ramón García (valenciano).
“Todos nos conocíamos desde antes de la pandemia por nuestros negocios de importación y exportación, pero cuando estábamos en abril, en el confinamiento, la idea de hacer una empresa de mascarillas surgió en una videoconferencia tras ver la escasez que había”, relata a este diario Lorenzo Domínguez, uno de los seis amigos e inversores. Por ello, entre todos compraron una máquina de fabricación de mascarillas de origen chino y se pusieron manos a la obra.
Pero lejos de llegar los éxitos, comenzarían una serie de catastróficas desdichas que hacían peligrar la importante inversión que hasta este día ronda el “medio millón de euros entre todos”. “Cuando llegó la máquina que trajimos desde China, al descargarla, se rompió; después tenían que venir a España técnicos chinos para repararla y no pudieron trasladarse por las restricciones en los viajes impuestas desde que empezó la pandemia. Por ello, al final tuvimos que arreglarla nosotros”, desvela Domínguez.
Paralelamente, el tiempo jugaba en contra de los seis amigos y empresarios. Tic tac. España se desconfinaba paulatinamente y, como ya saben, dejó de haber el desabastecimiento de mascarillas que hubo durante los meses más duros de la primera ola de la pandemia.
“Sabíamos que llegábamos tarde, así que en septiembre decidimos dar un giro. Como observamos que las mascarillas higiénicas convencionales duran sólo cuatro horas y son poco sostenibles, nos metimos de lleno para intentar sacar al mercado una que fuese reutilizable”, recuerda Domínguez. Aquellos días en los que los seis inversores sólo podían pensar en cómo diferenciarse fueron frenéticos.
El éxito
Y lo lograron. Cuando se obtuvo el tejido con poros nanométricos, la empresa de Zaragoza comenzó a producir las primeras unidades de su mascarilla MM BIO en el mes de noviembre. “Pero no teníamos la certificación. Aunque hacíamos pruebas masivas y había buenos resultados, a la AENOR le costó más certificarla, ya querían comprobar bien su eficacia en el lavado”, cuenta el director técnico de Making Mask.
Y el pasado 28 de enero saltó la buena noticia y la AENOR confirmaba lo que los seis empresarios ya sabían tras someter a su producto a muchas pruebas: en Zaragoza se ha creado una mascarilla higiénica reutilizable con 99,9% de eficacia frente al coronavirus que dura cinco días con 10 lavados.
Por ello, desde hace unas semanas, la producción de estas novedosas mascarillas está siendo frenética. “De momento, sólo tenemos un turno de 8 horas en el que la máquina fabrica 20.000 mascarillas, pero pretendemos empezar a producirlas en tres turnos para llegar a las 60.000 diarias. El objetivo es elaborar dos millones de mascarillas cada mes”, explica Domínguez con ilusión.
Y es que los mercados por los que se mueve Making Mask cada vez se están volviendo más inescrutables. Ya exporta a otros países de la Unión Europea como Italia o también, la Federación Senegalesa de Fútbol ya le ha hecho pedidos a la firma zaragozana. Por toda esta creciente demanda, los seis amigos y empresarios ya tienen en mente aumentar la plantilla de cinco empleados hasta los 12 ó 15 para que, desde su sede zaragozana de 500 metros cuadrados, salgan más cajas al mercado de la primera mascarilla higiénica reutilizable.
—¿Y cuál es el siguiente objetivo?
—Nos gustaría que nuestras mascarillas puedan ser biodegradables, pero de momento, no lo hemos conseguido.