"Esa gente es chusma. Yo llevo 5 años con este negocio y nunca he tenido problemas. Aquí se han rodado series para Netflix. Organizamos eventos para empresas, actividades de yoga, se han casado personalidades importantes. Nunca me habían engañado y nunca pasa nada. Ahora me han jodido todos esos años de trabajo y de reputación".
Se lo explica a EL ESPAÑOL Óscar, el propietario de Villa Shela. Es un chalet ubicado a las afueras de Colmenarejo (Madrid). Su nombre ha saltado a la palestra después de que un grupo de personas celebrase una fiesta ilegal la noche del sábado 13 de febrero. Entre los asistentes, varios 'tentadores' del programa La Isla de las Tentaciones (Telecinco). Una estudiante de intercambio que asistió a este evento clandestino acabó presentando una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Tres Cantos (Madrid). Asegura que la drogaron y la obligaron a mantener relaciones sexuales con varios de los asistentes.
Se anuncia como un paraíso idílico en la sierra norte madrileña, un lugar perfecto para pasar un fin de semana de desconexión a todo lujo, pero este fin de semana se convirtió en una pesadilla para su propietario. Aún más para la joven que denunció haber sido objeto de esos presuntos abusos sexuales allí. Villa Shela protagonista el pasado fin de semana de la denuncia de una estudiante de intercambio, que aseguraba haber sufrido abusos sexuales cuando acudió a una fiesta ilegal.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del sábado al domingo, cuando, según la joven, la drogaron al beber una copa, viéndose presuntamente forzada por varios hombres, que mantuvieron relaciones sexuales con ella. La Guardia Civil, que se encarga de la investigación de lo sucedido, se encuentra en plena fase de investigación de lo ocurrido en este chalet.
Idílico paraíso
Localizado en medio del parque natural del Guadarrama, a unos 30 minutos de Madrid, el inmueble que se oferta por fines de semana o temporadas, se anuncia como un enclave de moderna “arquitectura de diseño, donde elementos como el agua, la madera, la piedra y el cristal toman un protagonismo singular”. Un lugar idóneo para la relajación, que fue alquilado por una persona, que se encuentra ahora investigada, para celebrar un evento relacionado con la presentación de un vehículo de alta gama.
"Eso fue lo que me dijeron a mí cuando alquilaron. Que iban a presentar un coche de gran cilindrada y solamente iban a asistir 10 personas. Ni siquiera hablaron conmigo. Alquilaron para dos noches: viernes y sábado. El viernes por la mañana vine a darles las llaves y la persona que llegó a recogerlas no era popular, ni siquiera eran los organizadores del acto", explica a este periódico en la puerta del inmueble.
El comienzo de la fiesta estaba previsto para el sábado a las 10 de la noche. No habían pasado ni 15 minutos de esa hora cuando Óscar decidió darle un vistazo a las cámaras de seguridad. "No me fiaba mucho de esta gente. No me gusta este tipo de farándula. Siempre voy huyendo de estas cosas. Ni veo esos programas, ni este chalet tiene nada que ver con ellos", resume.
Lo que le revelaron las cámaras era la confirmación de sus temores: un montón de coches aparcados en esta pequeña urbanización; una finca privada llamada Navarrondilla. En el interior, una fiesta con medio centenar de personas. Nada que ver con la presentación de un coche ni con la ocupación que le prometieron.
"Avisé a la Guardia Civil y al guarda de la urbanización. Llegamos a la puerta de la villa obre las 12 de la noche. Primero no nos dejaban entrar. Finalmente los agentes pudieron acceder. Ahí se acabó la fiesta, no duró más de dos horas. Aunque ellos siguieron dentro. Pasaron la noche allí. Yo pregunté a los agentes si les podían echar de la casa, pero me recomendaron que no. Hay un contrato de alquiler de dos días. Ellos, además, se los sabían. Conocían sus derechos en ese sentido", lamenta Óscar.
El propietario, visiblemente afectado, prefiere no abrir las puertas a los medios: "Ahora por lo menos no. Me ha pillado todo esto por sorpresa. Ni he organizado nada, ni sabía la que iban a montar. No es la imagen que queremos asociar a Villa Shela. De hecho, me provoca mucho rechazo toda esa gente. Siempre he evitado a los viceversas [en referencia al programa Mujeres y Hombres y Viceversa, del que salen muchos de estos personajes que luego participan en La Isla de as Tentaciones] y ahora, por una fiesta ilegal en la que me han engañado, mi negocio va a estar asociado siempre a este episodio".
El chalet
“Villa Shela”, que se encuentra en la finca privada de Navarrondilla, en el término de Colmenarejo, cuenta con 400m2 y de 2500m2 de jardín, y se anuncia como el lugar con todas las comodidades para hacer pasar a sus moradores un fin de semana inolvidable. El chalet, que está distribuido en cinco dormitorios con siete camas y cinco baños, presenta atención 24 horas y, -como se puede ver en las fotos que acompañan este reportaje-, tiene “múltiples ambientes” para disfrutar de la casa tanto en las horas del día, en la piscina y el jacuzzi, como por la noche para disfrutar la puesta del sol. Diseñada en tres alturas y en color blanco, recordando a las construcciones ibicencas, el chalet posee tres porches rodeados de amplias zonas verdes, que están cuidadas al detalle con una iluminación nocturna, que rodean la piscina y un solárium, situado anexo.
La casa cuenta, además, con habitaciones temáticas ambientadas en diferentes ciudades del mundo. La construcción tiene amplios espacios diáfanos abiertos al exterior a través de ventanales de grandes dimensiones. Los amantes de la lectura pueden, incluso, disfrutar de los títulos de su amplia biblioteca.
El deporte es otro de los platos fuertes de la oferta. Además del gimnasio completo que posee la casa, su localización en el paraje del parque natural del Guadarrama lo convierte en el lugar ideal para rutas a pie o en bicicleta. Además, su proximidad con el embalse de Valmayor -que se encuentra a sólo un kilómetro- es el lugar perfecto para disfrutar de deportes de agua como la vela ligera, kayak o el esquí acuático. Todo ello acompañado de todo el confort de las instalaciones de la casa: aparcamiento privado, jacuzzi, TV por cable, piscina, wifi, etc. Son algunos de los extras de la vivienda. La seguridad también está cuidada por los propietarios ya que la casa posee detectores de humo y de monóxido de carbono y cámaras de videovigilancia en el exterior de la casa.
Una oferta que según la web donde se oferta, se puede disfrutar en grupos de hasta 10 personas. El precio por alquilar la casa entera con 650€ el fin de semana. Entre las normas a seguir para poder alquilarla, el propietario deja claro cuáles son los límites a la hora del disfrute en la propiedad: se exige respeto a la vecindad, a pesar de que se especifica que no existen vecinos a 50 metros, se prohíbe música a partir de las 24 horas, no se admiten mascotas, y se prohíbe fumar en la casa.
Además, un detalle clave que tiene mucho que ver con lo que la Guardia Civil investiga en estos momentos: “No se permite más de 10 personas en la casa tanto por el día como por la noche a no ser que se comunique explícitamente al propietario (...) Si se realiza un evento, este se debe comunicar explícitamente antes de la contratación. Cualquier tipo de evento, tipo publicidad o fiesta, debe ser tratado de manera personal y los precios son distintos de los habituales”. Además, el dueño advertía que “el incumplimiento supone la ruptura total e inmediata del contrato”.
Exactamente es lo que hizo cuando durante la madrugada del domingo el propietario advirtió un gran número de vehículos aparcados a las puertas de la casa, comunicándoselo a la Guardia Civil que intervino desalojando la casa de inmediato.
Lo que su dueño encontró allí, aparte de varios rostros conocidos de varios reality shows como La isla de las tentaciones o la Casa Fuerte desde luego era todo menos el lugar idílico y remanso de paz que se anuncia. Le corresponde a la Guardia Civil investigar si además de celebrarse una fiesta ilegal superando el aforo permitido por la normativa Covid-19, fue el escenario de un delito de agresión sexual.
Óscar sigue indignado. "Llevo 5 años con este negocio, pero han sido 15 de preparación. De pensar en el concepto, los materiales, el público al que queremos dirigirnos. Esta es una finca privada y los vecinos ahora me verán como 'el de la orgía'. Que esa es otra mentira: he visto publicado que yo dije que aquello era una orgía. Pero no, yo nunca he visto eso. Aquello era una fiesta normal, aunque yo no entré ni pude ver mucho más. Veía que algunos querían saltar la valla para salir, pero nada más", concluye.
Esa indignación le lleva a "querer abanderar un movimiento contra toda esta gente, que tiene un complejo de superioridad que les viene de salir en la tele. Se piensan que son mejores que los demás, que las reglas no son para ellos, que están por encima del bien y del mal. Pero son chusma que me han fastidiado el negocio".