Dentro de poco, Ángel García podrá decir esa frase tan manida de antes todo esto era campo. O descampado, más bien. El alcalde de Siero —más conocido como Cepi, y así nombrado en adelante— camina por una vasta extensión de matojos de hierba anárquica, montículos de tierra del color del café y algunos escombros bajo el encapotado cielo asturiano. Algunas máquinas ya trabajan en preparar el terreno. Aunque no hay anuncio oficial, todo lo que alcanza la vista será muy pronto un gran centro logístico del gigante del comercio electrónico estadounidense, de esa página web que vende todo lo que uno pueda imaginar y que ha revolucionado el comercio mundial. Hoy Asturias puede decir con ilusión: bienvenido míster Amazon.
Pasan unos minutos de las cinco de la tarde en el polígono industrial de Bobes. Cepi conversa con EL ESPAÑOL mientras pasea al abrigo de un paraguas. “Ahí en la glorieta donde están esas máquinas es donde se va a hacer el acceso para los camiones”, relata el alcalde mientras señala a un punto del polígono. “Y luego, allí al fondo, habrá otra pequeña glorieta que dará acceso a otro pequeño aparcamiento de 1.100 plazas aproximadamente para los empleados”. La gran empresa de e-commerce prevé construir aquí uno de sus mayores centros de España: casi 20 hectáreas que darán trabajo a unas 2.000 personas. Cerca de 195.000 metros cuadrados dedicados al almacenamiento y gestión de todo tipo de productos.
La superficie equivale a 27 campos de fútbol, el doble del Palacio Real de Madrid y la catedral de la Almudena juntos, casi el tamaño del Parc de la Ciutadella de Barcelona… se hace una idea, ¿no? El pasado viernes el Ayuntamiento de Siero concedió la licencia de obra “pendiente de que pase por el trámite de clasificación de medio ambiente”. Ángel ya ha hecho su trabajo, probablemente, el mayor logro de su mandato. Será el undécimo gran centro logístico de Amazon en España y el primero en la cornisa cantábrica. Es la mayor revolución en Asturias desde 1934, aunque con importantes diferencias y resultados.
Amazon aterriza en Asturias cuando la comunidad empieza a dejar atrás sus horas más oscuras. La crisis de la Covid-19 se ha cebado con esta comunidad, especialmente, después del verano de 2020. Hasta entonces, el Principado no había tenido muchos casos, ni un colapso de la sanidad que sí sufrían comunidades vecinas. Parecía un destino seguro para aquel que pudiera tomarse vacaciones. Y así se vivió.
Los asturianos todavía recuerdan cómo se llenó su comunidad de veraneantes de otras partes de España al final de la primera ola y con el optimismo de que no habría una segunda. Pero llegó. Vaya si llegó. Asturias comenzó a encabezar las cifras de incidencia acumulada. Se cerró la hostelería, se impusieron cierres perimetrales en todas las ciudades y concejos, y la sanidad asturiana vivió el colapso que no había sufrido antes.
El Principado comienza tímidamente a levantar la cabeza de este mazazo cuyas secuelas se seguirán notando mucho tiempo. Pero en medio de esta tempestad, el centro logístico de Amazon parece un rayo de esperanza, una luz al final del túnel, un empujón a la maltrecha economía asturiana y a su bajón anímico.
Si todo va según lo previsto, para verano habrá en Siero 1.000 empleos nuevos de una sola tacada, con la posibilidad de llegar a 2.000. “Como comprenderás en una tierra como esta…”. Cepi deja la frase colgando, sin terminar de decir lo que supone para su concejo algo así. Siero tiene poco más de 50.000 habitantes y una tasa de paro del 17,03%, según la última encuesta de población activa. Aunque no es el peor dato de Asturias, no deja de ser significativo.
“En Madrid quizás no se notaría tanto”. Además, Amazon es una marca que “cautiva”. “Nos pone en el mapa español. Si viniese una empresa cualquiera, tú no estarías aquí. Ni te hubieras enterado. Nos hace ver un poco de esperanza y de ilusión. Llevamos muchas crisis, muchas reconversiones de todo tipo y luego somos expertos en ver la parte negativa de lo que nos rodea”.
Tres años negociando
La historia de Amazon en Siero comenzó tres años atrás, con la instalación en el municipio de Lugones (uno de los mayores de este concejo asturiano) de un centro “de última milla”, es decir, del último lugar por el que pasa un paquete antes de subir a una furgoneta de reparto y llegar a su destino final. Esto ocurrió en el primer mandato de Cepi, que gobierna bajo las siglas socialistas.
“Personalmente, tiré del tema, me interesaba muchísimo. Era un tema que suscitaba mucho interés, más que por la inversión, por lo que suponía Amazon”, explica el alcalde. “A raíz de todo esto establecimos contactos con los representantes de Amazon. Yo mismo fui a Madrid en una ocasión antes de que se cerrase la operación. Bueno, salió bien. Vinieron, se sentaron con nosotros e hicimos un equipo de trabajo conjunto. A estas empresas les interesan mucho los plazos, cumplir unos calendarios que no solo sean cortos. Tardan en decidir, pero cuando deciden lo quieren tener ya”.
—¿Cuánto va a pagar Amazon por estar aquí?
—No lo tenemos calculado todavía.
—Pero poco no va a ser, ¿no?
—No, va a ser mucho.
La empresa, por su parte, ha declinado hacer cualquier declaración respecto al futuro centro de Siero. No hay ni anuncio oficial, pese a que las obras ya han empezado. Si uno busca en Google “Amazon Siero” una de las primeras palabras sugeridas por el buscador es “trabajo”. Es vox populi. La única que no habla del tema, curiosamente, es la empresa en cuestión.
Tanto ha corrido la voz que mucha gente ya está buscando la manera de trabajar en el centro de Siero. Los municipios cercanos viven en estos días una auténtica revolución en sus calles. Así lo ha comprobado de primera mano este periódico.
La obra y el bar
La noche empieza a caer en Lugones y el cielo sigue igual de nublado. Mala suerte, hizo buen tiempo toda la semana. Ángel conduce a este periodista hasta una caseta de obra, junto a la que se levanta un edificio a medio hacer, todavía en sus carnes de ladrillo. Es una obra de la promotora PJR, a las órdenes de una simpática mujer llamada Bárbara Argüelles (cuyo retrato encabeza este reportaje).
Preguntada por el esperado centro de Amazon, Barbara responde antes siquiera de terminar de formular la pregunta: “Estamos encantados”. “La gente que compró vivienda aquí en la promoción está super ilusionada. Esto da más grandeza a lo que es Siero y además Lugones está muy cerquita. Hay mucha gente que compra ya como inversión, para en un futuro alquilarlo. Aún no hemos salido a la venta y tenemos mucha gente en lista de espera, unas 60 personas”.
La misma alegría se palpa en las palabras de Umberto González, un hostelero cubano que regenta un bar en el municipio. “Me parece estupendo. Es más trabajo y mucho mejor para las compras”. Umberto pertenece al sector más castigado por la crisis del coronavirus en Asturias. Él no se ha visto obligado a echar el cierre definitivo, pero muchos otros sí. “Vamos tirando, es muy duro. Vamos vendiendo lo que se puede, los gastos son más o menos los mismos”.
—¿Cree que su negocio va a mejorar estando ahí el centro de Amazon?
—Yo creo que sí. Mejorará mucho. Habrá más personal trabajando, las compras serán más fáciles también.
Además, frente al bar se construyó en marzo del año pasado un edificio de la administración del Ayuntamiento de Siero. Su entrada en funcionamiento, retrasada por razones obvias, atraerá a más clientela a las puertas del establecimiento. Si todo va bien, Umberto vivirá pronto su agosto.
Pili ya busca trabajo
A unos 20 kilómetros al sureste de Lugones está el municipio de Langreo. Aquí vive Pili Corao, una de las muchas personas que ya está buscando trabajo en el centro de Amazon. La mujer recibe a este periódico cerca de la estación de La Felguera. A pocos metros se levanta imponente la central térmica de Lada, perteneciente a Iberdrola e inactiva desde febrero de 2020. Un claro ejemplo del declive (algunos lo llaman reconversión) de la industria asturiana y también una muestra visual de ese contraste entre gran industria y prado verde tan propio de estas tierras.
Pili se fue al paro en agosto. Es una de las muchas víctimas de esta crisis. Para su suerte y la de su hijo adolescente, su marido sí que conserva su trabajo. Pero Pili lleva trabajando desde el bachillerato y no concibe estarse quieta. Si todo sale como espera, pronto trabajará en Amazon.
“Es un boom esto. Está la gente revolucionada. El último sitio en el que trabajé era un centro logístico, entonces yo tengo muchos compañeros que están aplicando”, explica Pili. La mujer ha buscado cómo optar a un trabajo en la empresa pero, al no haber anuncio oficial, tampoco hay convocatoria. “Me estuvieron contando que iban a hacer entrevistas, pero que todavía no han empezado. Me dieron una página para que me registrara en Amazon y me metí a ver cómo iba todo”.
—¿Cómo reaccionó al saber que llegaba Amazon a Asturias?
—Me pareció genial porque necesitamos trabajo. Y cuando viene algo tan grande, pues imagínate. Me encantó la idea. Yo voy a hacer todo lo que pueda por trabajar ahí.
Si todo va bien, Pili se incorporará a una plantilla de más de 4.800 empleados fijos que tiene la empresa actualmente en España.
Los 10 grandes centros
La andadura de Amazon en España empezó hace ahora una década, en 2011. El primer gran centro logístico que abrió la compañía fue el de San Fernando de Henares. Hasta la apertura del centro de Illescas (Toledo), era el más grande de nuestro país, con 77.000 metros cuadrados dedicados a la logística.
Desde entonces, la compañía ha invertido cerca de 1.100 millones de euros en España. En 2012 abrió sus oficinas corporativas en España y, en 2016, escogió Madrid para instalar su centro de desarrollo en el Sur de Europa. Actualmente la compañía tiene 10 grandes centros logísticos (Alcalá de Henares, Alcobendas, Castellbisbal, Murcia…), además de numerosos centros de distribución de menor tamaño.
El de Asturias se prevé como uno de los mayores de España. Seguramente, solo le supere el centro de Illescas, que tiene 200.000 metros cuadrados destinados a almacenar y abastecer para todo el centro de España, lo que algunos han llamado “el Gran Madrid”.
Además de Siero, se espera que Amazon inaugure próximamente centros de última milla en La Coruña, Barcelona, Cádiz y Sevilla. Además, también está prevista la apertura de otro gran centro logístico en la localidad sevillana de Dos Hermanas. El impacto de este centro será muy similar al que la compañía va a crear próximamente en Siero.
Si todo va según lo previsto, no será raro oír en las calles de Asturias: “¿Trabajas en Amazon, ho?”, con esa interjección tan propia del Principado, y que la respuesta sea afirmativa. Unas 2.000 personas (y sus respectivas familias) se beneficiarán directamente de ello. Muchas otras, lo harán de forma indirecta. “Cuanto más dinero hay, más dinero se gasta”, resume Cepi, el alcalde que va camino de poner a Siero en el mapa. Asturias clama: ¡Bienvenido míster Amazon!