Casas hechas con 70 palés y suelo de cemento por 250 euros en total: razón, a 12 kilómetros de Huelva
EL ESPAÑOL recorre el campamento de inmigrantes de Palos de la Frontera, arrasado por un incendio. Sus habitantes tratan de volver a la normalidad.
5 marzo, 2021 02:50Noticias relacionadas
Aquella madrugada, Youssef El Halili y su mujer dormían dentro de su “chabola” -como él mismo se refiere al humilde habitáculo de apenas 25 metros cuadrados en el que vivía- cuando comenzaron a escuchar gritos de pánico procedentes de la calle.
Un fuego fortuito originado en otra infravivienda a unos 20 metros de distancia de la suya estaba arrasando el asentamiento de inmigrantes de Palos de la Frontera (Huelva), donde la pareja lleva viviendo algo más de dos años.
Cuando el matrimonio despertó, las llamas ya se habían comido parte de su vivienda. En mitad de la noche, sin tiempo suficiente para recoger todas sus ropas y efectos personales, vieron cómo el fuego devoraba en cuestión de segundos su rudimentaria cabaña.
La 'casa’, levantada sobre una estructura hecha con palés y cartones, y recubierta de plásticos, se hizo cenizas ante los ojos incrédulos de Youssef y su esposa.
“¡Imagina lo poco que le costó al fuego dejarnos sin nada!”, explica Youssef, marroquí de 32 años, este pasado martes, cuando EL ESPAÑOL visita el campamento de inmigrantes de Palos, situado a la espalda de un polígono industrial a las afueras del pueblo. La capital de la provincia está sólo a 12 kilómetros de aquí.
La madrugada del pasado 19 de febrero, un incendio arrasó casi la mitad del asentamiento, habitado por jornaleros inmigrantes que trabajan en fincas cercanas donde se cultivan fresas o arándanos.
En él conviven cerca de dos millares de inmigrantes africanos sin luz, agua, saneamientos ni recogida de basuras. En su mayoría, se encuentran en situación irregular en España. Numerosas ONG, desde Andalucía Acoge a la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (ADPH-A) llevan años denunciando esta situación que se repite en varias localidades onubenses más.
150 viviendas devoradas
El fuego devoró unas 150 infraviviendas, según explican los propios inmigrantes y calculan desde Cáritas en Huelva. Alrededor de 600 personas tuvieron que dormir al raso tiradas sobre cartones o amontonadas en chabolas de otros temporeros.
Youssef y su mujer fueron de los afortunados. Un amigo, también marroquí, les abrió la puerta de su cabaña después de que los bomberos apagaran el fuego. Aquella madrugada, y varias noches más después, durmieron ocho personas en la chabola del hombre que ayudó a Youssef. Cuatro lo hicieron en camas. Las otras cuatro, en cartones tirados sobre unos plásticos que cubren la tierra sobre la que se asienta el campamento, uno de los más grandes de la provincia.
Este martes, con la ropa y las botas manchadas de mezcla de cemento seca, Youssef ultima la reconstrucción de su chabola. Le están ayudando un grupo de cinco marroquíes. Todos son más jóvenes que él.
Su nueva cabaña la ha levantado sobre el mismo terreno en el que se asentaba la chabola que el fuego devoró hace dos semanas. Youssef cuenta que se ha gastado 250 euros en comprar 70 palés. Con ellos ha elevado la estructura que esta misma mañana acaba de recubrir con cartones y plásticos encontrados por las calles o que le han dado en empresas del polígono industrial colindante al asentamiento. Para evitar humedades, ha echado una pequeña capa de cemento sobre la parcela.
"En cinco días la he vuelto a poner en pie", explica el hombre, que llegó a la península en una patera que cruzó el Estrecho de Gibraltar tras partir desde su país de origen. "Yo tuve suerte y un amigo nos permitió dormir con él tras el incendio. Pero necesitaba reconstruir mi chabola lo antes posible. Para cualquiera, 250 euros no son nada, aunque para mi mujer y para mí suponen tener, al menos, un techo bajo el que dormir".
[EL ESPAÑOL publicará este fin de semana un extenso reportaje sobre el drama de los inmigrantes jornaleros que viven en asentamientos de la provincia de Huelva]