Ocho minutos de carretera separan la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero del Instituto Cañada Real, en Galapagar. El centro público ha sido el primero del municipio y uno de los pioneros en Madrid en implementar el llamado Bachillerato Internacional, el mismo modelo que estudiará la infanta Leonor en el UWC Atlantic College de Gales y la hija mayor de Pedro Sánchez en el Ramiro de Maeztu, otra de las contadas excepciones madrileñas.
En realidad, sólo existen nueve centros públicos en la Comunidad de Madrid que permitan acceder al Diploma de Bachillerato Internacional (en inglés, IB), un programa académico exigente centrado en formar alumnos brillantes, sí, pero también comprometidos ética y cívicamente mediante voluntariados y servicios en su comunidad. También tiene un plus algo más tangible: permite a sus estudiantes acceder con mayor facilidad a las mejores universidades del mundo.
Con todo sobre la mesa, parece lógico que esta sea la opción preferida de la pareja de vicepresidente y ministra de Igualdad, aunque todavía falta mucho para que tengan que tomar esta decisión. Los dos hijos mayores, Leo y Manuel, todavía cuentan dos años, mientras que la pequeña, Aitana, apenas ha cumplido su primer aniversario; no obstante, es probable que el IES Cañada Real vaya a ser su destino en el futuro.
Alumnos especiales
Fieles defensores de la educación pública, tanto Iglesias como Montero es probable que busquen lo mejor para sus hijos dentro de esta opción, sobre todo si se pueden permitir una educación tan exclusiva. De los 62.558 alumnos que cursan el Bachillerato en Madrid dentro de la enseñanza pública, sólo 390 tienen la posibilidad de estudiar el IB, menos del 0,7%. La hija mayor de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y la de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, en el Ramiro de Maeztu, también serán otras de estas privilegiadas.
Tampoco parece que las plazas vayan a aumentar demasiado para cuando le toque el turno a los vástagos del vicepresidente y la minsitra. En este colegio de Galapagar, el diploma internacional no empezará a ejercerse hasta el curso 2023-2024, lo que culminará más de 10 años de tiranteces, esfuerzos, reuniones y agobios para que la Comunidad de Madrid les permitiera instaurar el curso. Así lo señala a EL ESPAÑOL Juan González, director del IES Cañada Real, que lleva desde 2014 intentando aprobar el IB en su centro.
"Ha costado mucho convencer a la Comunidad de Madrid para que nos deje implementar este modelo. Llevamos varios años trabajando en esto, sobre todo desde 2016 a un ritmo muy intenso, y por fin nos lo han aprobado", señala González. Para centros como el Cañada Real, públicos, es complicado, ya que los alumnos deben cursar simultáneamente el Bachillerato español y el IB. En los privados, por contra, pueden optar por uno sin el otro, como ocurrirá con la infanta Leonor en Reino Unido.
También depende mucho de los alumnos. La mayoría de los colegios que lo cursan preparan a sus estudiantes desde que son pequeños para, llegados al bachillerato, estar preparados para ese tipo de enseñanza "partiendo de la base de que cada alumno es distinto", en palabras de González.
"Pero sí, cuando se incorpora el Bachillerato Internacional es porque ya hay una serie de trabajos previos en el centro, un perfil de alumno muy especial, y por eso hay que justificárselo tanto a la Consejería de Educación", indica.
Intelecto y civismo
Este sistema de evaluación se imparte en nuestro país desde el año 1977, hace 44 años, pero hasta hace bien poco sólo estaba instaurado en centros privados. Su metodología es difícil de adaptar, ya que necesita de una base de alumnos que se formen de una manera diferente desde pequeños. El precio lo vale ya que, según demuestran los estudios, estos jóvenes serán capaces de desarrolllar más habilidades sociales y personales durante estos años, además de nutrir su educación.
El sistema de aprendizaje se basa, de esta forma, en el desarrollo de habilidades intelectuales, personales, emocionales y sociales necesarias para trabajar, aprender y vivir en un mundo globalizado. Mientras tanto, el alumnado que se decide a realizar estos dos años no solamente estudia, sino que también hace servicios a la comunidad o voluntariado: desarollo académico, sí, pero también ético y cívico.
Por otro lado, el método se centra en que la reflexión y la investigación (y no los exámenes) sean comunes se estudie donde se estudie. El hecho de que se pueda realizar desde cualquier centro del mundo -que lo tenga instaurado- abre la mente al alumnado a nuevas culturas y concepciones eso sí, adaptadas a cada alumno y a sus particularidades.
"Una de las certezas con las que trabajamos es con las inteligencias múltiples. Sabemos que cada estudiante es diferente, así que si trabajan en grupo intentamos que cada uno pueda dar lo mejor de sí mismo", resalta González.
El Bachillerato Internacional está estandarizado en más de 150 países del mundo, en los que se incluye el mismo programa educativo, lo que quiere decir que al obtener este título se puede acceder a la mayor parte de sus universidades del mundo. También tiene asignaturas "atípicas" para el Bachillerato LOMCE, como Teoría del Conocimiento, CAS (Creatividad, Actividad y Servicio) y Monografía, entre otras, además de seis asignaturas específicas de Nivel Superior y Nivel Medio en varios ámbitos.
Compañeras de programa
Dentro de las altas esferas del universo político español, los hijos de Iglesias y Montero podrían compartir programa de bachillerato con la misma infanta Leonor, que en febrero expresó su intención de cursar el IB en el UWC College de Gales, en Reino Unido. Según reveló a EL ESPAÑOL una persona cercana a la Casa Real, el motivo es que la princesa "aprenda una educación liberal y divertida, lejos de la tradicional".
"Que viva, que conozca lo que existe fuera de las fronteras, no solo lo que su posición por nacimiento le ha impuesto. Eso sólo se consigue en el extranjero. Es lo que siempre ha querido la Reina Letizia para sus hijas", aclaraba esta persona, que prefiere mantener el anonimato. Sobre por qué no cursar el IB en España, la respuesta en sencilla: "Por la presión mediática que sufriría Leonor".
Quienes sí tendrán que vérselas con el modelo en nuestro país, al menos a priori, serán la hija mayor de Pedro Sánchez y la de Yolanda Díaz, estudiantes del Ramiro de Maeztu en Madrid. El centro, el mismo en el que cursó su padre, es uno de los nueve institutos públicos de la Comunidad de Madrid que tienen este programa.