Cuando uno piensa que a Isabel Díaz Ayuso no le queda nada en la chistera para descolocarlos a todos, va la presidenta de la Comunidad de Madrid y hace algo. Este miércoles ha ordenado la disolución de la Asamblea y ha convocado elecciones para el 4 de mayo ante una posible e hipotética moción de censura preparada por su socio de Gobierno, Ciudadanos.
El asunto no es definitivo ya que, en un intento de bloquear la jugada, tanto PSOE como Más Madrid han presentado sendas mociones de censura. Ello dará lugar a un embrollo judicial que dirimirá cuál de las iniciativas pesa más. Mientras se consulta con el VAR, repasamos en cinco fotografías, en cinco disparos, las caras del prisma que compone uno de los personajes políticos más misteriosos, más desconcertantes, de los últimos tiempos.
1. La niña de Chamberí
Ayuso nació en Madrid el 17 de octubre de 1978 (tiene 42 años) en el seno de una familia que se dedicaba al comercio de artículos médicos. Desde niña residió en el distrito madrileño de Chamberí, una de las zonas bien de la capital, y siempre quiso seguir ahí ya que, de mayor, siguió viviendo por el mismo barrio. Tiene un hermano, Tomás, y es hija de Leonardo Díaz y de Isabel Ayuso.
La familia de Ayuso es importante para comprender su figura. Actualmente soltera, aunque casada con la política, es lo único que le queda. Y a través de su familia tuvo que vivir su primera polémica política. En junio de 2019, antes de ser investida, se publicó que la empresa semipública y participada por el Gobierno regional Avalmadrid había concedido a su padre un préstamo de 400.000 euros.
Como aval, Leonardo había puesto una finca de 558 metros cuadrados situada en un polígono industrial de Sotillo de la Adrada (Ávila) y que estaba valorada en 26.388 euros. Es decir, que el aval valía 14 veces menos que el crédito concedido. Todo esto sucedió en 2011 cuando el mismo PP al que ella pertenece gobernaba en Madrid y se entendió como un posible cohecho. El escándalo casi acaba con su carrera presidencial antes de iniciarla. Pero salió airosa y asumió el cargo en agosto de 2019, siendo la persona más joven en llegar al puesto.
2. La trotamundos
Al igual que muchos de los periodistas más famosos del país, Letizia Ortiz por poner un ejemplo, la actual presidenta en funciones se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Esa faceta fue la que le llevó a realizar sus primeras tareas dentro del Partido Popular del que hoy es baronesa.
Llegó a liderar el equipo de redes sociales de la expresidenta madrileña y mentora suya, Esperanza Aguirre. De aquella etapa empezó a circular el rumor, muy usado en la campaña electoral, de que Ayuso era la tuitera que estaba detrás de la cuenta de Pecas, el perro de Aguirre. Ella, sin embargo, niega ese detalle.
En esta etapa temprana, entre la universidad y el PP, llevó a cabo una de las facetas más desconocidas de su figura. Estuvo viviendo durante unos meses en el año 2000 en Ecuador, trabajando en una agencia de márketing. Ella siempre le dice a su círculo que fue “una de las mejores experiencias de la vida”. La foto que encabeza estos párrafos es justo de aquella época en el país latinoamericano.
Después, ya convertida en una auténtica trotamundos, vivió también en Irlanda durante nueve meses, entre 2002 y 2003. Ahí trabajó de productora en Spin 1038 FM, una emisora de radiofórmula parecida a Los 40 Principales. Se deshizo en pinchar a uno de sus grupos favoritos: Depeche Mode. Un año después de volver a España, en 2004, se afilió a las Nuevas Generaciones del PP y conoció a un joven prometedor cuya carrera ha ido creciendo en paralelo a la de ella. Era Pablo Casado.
3. Flechazo con Mar en Calamocha
La experiencia en Irlanda fue el pistoletazo de salida de la pasión de Ayuso por la radio. Y el medio siempre le ha dado momentos importantes. El último de ellos fue un par de semanas antes de ser nombrada candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad, en 2019. Tras conocer en una comida a su actual jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez MAR, Ayuso y él acudieron juntos a una tertulia en Radio Calamocha.
La tertulia, a la que ella fue recomendada por él, sirvió para que se sintieran especialmente unidos. Fue un flechazo. Las conversaciones en el AVE, la ida y la vuelta, hicieron que se dieran cuenta de su sintonía y Ayuso le pidió que participara en su campaña electoral como asesor. Y así hizo: los headquarters de la campaña de la actual presidenta se instalaron en el chalé de MAR en la localidad madrileña de Majadahonda.
Cuando Ayuso llegó al cargo lo hizo sin Miguel Ángel Rodríguez a su lado y los primeros meses pasaron sin pena ni gloria. Fue cuando le contrató, ya en 2020, que revolucionaron juntos el tablero político. De él vienen muchas de las ideas que han colocado a la presidenta como oposición al Gobierno central de Pedro Sánchez durante la crisis del coronavirus. De él, probablemente, viene gran parte del peso de la decisión de Ayuso de disolver la Asamblea este miércoles. Él es el hombre que susurra a los oídos de la presidenta.
4. El pisito de 60 metros
Ya se ha dicho que Ayuso siente especial predilección por el barrio de Chamberí. Y ahí se mudó en plena campaña electoral de 2019, a un piso discreto de unos 60 metros cuadrados, con el que era su pareja hasta hace poco, el peluquero Jairo Alonso. Sin embargo, la vivienda que más ha sonado en torno a Ayuso no ha sido esa, sino el apartotel de lujo propiedad del empresario Kike Sarasola y al que se mudó unos días.
Ahí fue donde la presidenta vivió l principio del estado de alarma, desde el 16 de marzo, y tras un positivo por coronavirus que no le hizo quitarse del pie del cañón. Manejaba los hilos de la Comunidad por videoconferencia y estalló su segunda gran polémica cuando se supo que era propiedad de Sarasola. La oposición consideraba que podría haber incurrido en un presunto delito de cohecho de haber acabado ahí gratis.
Ese piso se ha convertido ahora en el símbolo que une a Ayuso y su gestión del coronavirus. Desde ahí empezó a gestar una estrategia que la ha acompañado desde entonces. Siempre se ha mostrado en oposición frontal al Gobierno de Pedro Sánchez, a veces incluso robándole el protagonismo al propio Pablo Casado. Se ha visto en la pugna por las restricciones, contra el Ministerio de Sanidad, y en medidas también polémicas como la construcción del hospital de pandemias Isabel Zendal.
5. Enamorada de la política
Una de las facetas que más han interesado de la presidenta, por personaje público pero también por mujer, es su vida sentimental. Hay un secreto que muy pocos conocen y del que ella nunca habla y es el hecho de que estuvo casada. Fue entre 2008 y 2011, con un empresario dedicado al mundo del golf pero del que no se sabe mucho más.
Su pareja más conocida ha sido Jairo Alonso, el peluquero con el que se emparentó en 2016. Su amor, sin embargo, se murió y lo dejaron en noviembre de 2020, aunque no se conoció hasta hace relativamente poco. Según trasladó el entorno de Alonso a EL ESPAÑOL, la presidenta había cambiado mucho en su personalidad desde que había accedido al cargo. Se le había subido.
Y eso es lo que le queda ahora, según ella misma ha contado a su entorno cercano. La Presidencia lo es todo para ella. Está enamorada y casada con la política. No le da tiempo a hacer mucho más en un día. Es en parte por eso que, en cuanto ha visto su puesto peligrar ante una hipotética moción de censura, ha puesto el tablero patas arriba. No se va a dejar derribar. Tiene aspiraciones grandes. Se parece, a su manera, a su gran ídolo, Isabel la Católica. Luchará lo que haga falta.