Pintadas realizadas en la sede de Podemos en Cartagena.

Pintadas realizadas en la sede de Podemos en Cartagena. Cedida

Reportajes

Cóctel contra la sede de Podemos: el ataque “autoinfligido”, una de las tres hipótesis de la Policía

La Brigada de Información sopesa que el ataque a la delegación de Cartagena lo pudo causar alguien de extrema derecha, un exmilitante morado o alguien del propio partido. 

6 abril, 2021 14:39
Murcia

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El lanzamiento de un cóctel molotov contra la sede de Podemos en Cartagena ha generado tres líneas de investigación. Así lo confirma a EL ESPAÑOL una fuente solvente de la Policía Nacional: "Es un ataque externo, un ataque de un exmiembro del partido o un autoataque". Este diario ha accedido a la denuncia presentada en la Comisaría donde se confirma que, en cualquiera de las citadas hipótesis, solo habría un sospechoso que estaría detrás del intento frustrado de quemar la delegación podemita.

El ataque explosivo se produjo cuando el reloj marcaba las dos de la madrugada y quince minutos del viernes 2 de abril. En la calle Duque Severiano de Cartagena no se escuchaba ni un alma, excepto el sonido del líquido pulverizador de un bote de spray que sujetaba un individuo 'x', vestido con una pantalón de chándal, con tres franjas blancas; equipado con unos guantes; ocultando su rostro tras una mascarilla sanitaria y la capucha de un abrigo oscuro. El encapuchado, con rapidez, realizó las siguientes pintadas en varias cristaleras de la sede de Podemos: 'Hijos de Puta', 'Escoria Corrupta' y 'No al terrorismo de Estado'.

Las cámaras de seguridad del interior del local graban segundo a segundo cómo el señor 'x', de repente, prende un cóctel molotov y lo lanza contra la fachada provocando una explosión. Viernes 2 de abril, 10.52 horas de la mañana, a la Comisaría llega un enlace de los círculos de Podemos en Cartagena para denunciar el ataque sufrido con artefacto explosivo con el siguiente relato:

"En la mañana de hoy he recibido la llamada de un vecino, además de un mensaje con foto, en la que me mostraba lo ocurrido en la sede, donde al parecer alguien había pintado una pared del local, además de quemar algún objeto delante de ella y había producido daños. Después de hablar con el dueño de la cafetería de al lado, me he trasladado a la sede para ver los daños ocasionados".

El sospechoso realizando una  pintada a la sede de Podemos de Cartagena.

El sospechoso realizando una pintada a la sede de Podemos de Cartagena. Cedida

Este enlace de los círculos de Podemos, nada más evaluar el alcance de las consecuencias del ataque, reclamó presencia policial: "He llamado a la Policía para solicitar ayuda, personándose en el lugar de los hechos una dotación, una vez han revisado el lugar, se han entrevistado conmigo y el dueño del local de al lado". De inmediato, el denunciante entrega a los agentes una copia del vídeo de las cámaras de seguridad de la sede y fotos de los daños causados por el fuego en la fachada.

También declara esto a los policías, tal y como refleja el astestado: "Al salir de la sede, he observado al dueño del local de enfrente, el cual coincide físicamente con la persona que se observa en el vídeo, no pudiendo asegurar que fuera el mismo que ha causado los daños a la sede".

En la práctica, siempre según el citado documento policial, tras lanzar el cóctel molotov a la sede podemita se señaló supuestamente al propietario de un establecimiento. Sin embargo, a las 10.48 horas, el diputado murciano de Podemos en el Congreso, Javier Sánchez Serna, ya había denunciado en su cuenta de Twitter la autoría del ataque explosivo: "Esta noche la extrema derecha ha ido un paso más allá y ha atacado la sede de Podemos Cartagena con material explosivo".

Las tres líneas de trabajo

A partir de ese momento, comenzaba un caso complicado para la Brigada de Información de la Policía Nacional. "Se tiene abierta la investigación a la sede de Podemos, sin descartar ninguna línea, incluso la de un autoataque", tal y como asegura a EL ESPAÑOL la mencionada fuente policial. "Aunque oficialmente se investiga como ataque externo, no se descarta que haya sido desde el propio partido".

Esta fuente policial subraya que los investigadores trabajan con la idea de que el ataque fue perpetrado por un único sospechoso y con tres líneas de investigación. La primera, que el autor sea un simpatizante de un partido de extrema derecha, la segunda; un miembro de Podemos que buscase rédito electoral para Pablo Iglesias en las elecciones madrileñas poniendo en la diana a Vox; y la tercera: "antiguos miembros".

Los investigadores no olvidan que en la Región de Murcia también se han producido bajas entre la militancia, en unos casos, por el desencanto con el proyecto, y en otros, porque se han ido a la escisión que surgió del partido morado: Más País que lidera Íñigo Errejón.

La gasolina del cóctel

La versión oficial de la Jefatura de Policía en Murcia es que la investigación sigue abierta y no hay nada concluyente. Y sobre todo: ni detenidos ni investigados. De momento, esta fuente policial ha desvelado a EL ESPAÑOL que las pesquisas de la Brigada de Información y la inspección realizada por la Policía Científica en la sede de Podemos han dado sus primeros frutos al obtener un hilo del que tirar: la composición del cóctel molotov que se lanzó a la fachada de Podemos.

En la zona había restos de cristal de una botella de vidrio rota y otra de plástico que estaba quemada, cuya imagen obra en poder de este diario. "Parece ser que levanta sospechas el tipo de cóctel molotov que se lanzó: muy cutre o improvisado". De momento, los investigadores están peinando varias estaciones de servicio donde están analizando las grabaciones de las cámaras de seguridad, para ver si coinciden con la vestimenta y la descripciòn del sospechoso: "Están comprobando gasolineras de la zona del Eroski, por si hubiesen adquirido por allí la gasolina".

Un policía nacional sujetando los restos del cóctel  molotov.

Un policía nacional sujetando los restos del cóctel molotov. Podemos

Otra de las líneas de trabajo se centra en saber cómo estuvieron las cortinas de las instalaciones del partido el jueves -horas antes del ataque-: ¿Abiertas o cerradas? Un dato importante para ahondar -o descartar- la línea del autoataque, ya que las cámaras de seguridad de la sede política grabaron desde dentro el lanzamiento del cóctel. De estar puestas las cortinas no habría imágenes. Precisamente, del sistema de videovigilancia ha trascendido que grabó "mucha cantidad de imágenes de varios días" y los datos "son muy pesados".

Todavía no se han analizado todos, pero según esta fuente, la Brigada de Información ha pedido a los dirigentes de Podemos en Cartagena que visualicen los vídeos: "Por si reconocen a alguien y ven algo que a ellos les resulte anómalo". Este diario ha contactado por teléfono con tres establecimientos comerciales que están en calle Duque Severiano de Cartagena para consultarles si vieron algo del ataque.

"Nuestras cámaras de seguridad solo apuntan a la puerta del local y no vimos nada porque cerramos del jueves al domingo por las vacaciones de Semana Santa", tal y como explica la empleada de uno de esos establecimientos. "Por el barrio, la gente, primero decía que habían sido los de Vox, y ahora dicen que son unos gamberros".

Este diario también ha localizado al dueño del comercio que figura en la denuncia y se desmarca de los hechos: "Yo soy apolítico". El jueves 1 de abril admite que abrió su negocio, pero subraya que horas antes del ataque que se perpetró de madrugada "ya había cerrado para cumplir con el toque de queda". Además, este pequeño empresario afirma que "no vi nada ni a nadie extraño en los alrededores de la sede política". 

La fachada de la sede de Podemos en llamas tras el impacto del cóctel molotov.

La fachada de la sede de Podemos en llamas tras el impacto del cóctel molotov. Podemos

El tercero de los establecimientos con los que ha contactado este diario es el dueño de la cafetería Alameda, que alertó a la formación morada del ataque. "Cuando llegué a las seis y media de la madrugada a abrir mi negocio, todo olía a gasolina, había restos de una botella de cristal y de otra de plástico junto a la fachada de la sede de Podemos, que estaba negra por el fuego".

El ataque también causó daños a este hostelero, ya que afectó a parte de la pintura del local y calcinó parte de un estuco. "No vi a nadie cuando llegué para abrir la cafetería y así se lo dije a la Policía Nacional".

"Ha sido la ultraderecha"

Este lunes tuvo lugar en el Ayuntamiento de Cartagena una protesta contra el ataque con explosivos perpetrado en la sede de Podemos de la ciudad portuaria. "Acudieron 200 personas para mostrar su rechazo contra el odio y la violencia", según fuentes de la formación morada. Desde el partido, otro portavoz de la agrupación cartagenera asegura que "es impensable que un compañero o excompañero" esté detrás del cóctel molotov. "Esto es un ataque fruto de los mensajes de odio y mantenemos la tesis de que ha sido la ultraderecha".

Tal postura la sostienen aportando un dato objetivo: el local del partido morado ha sufrido seis ataques desde que fue inaugurado en junio de 2018 en la calle Duque Severiano. "Nos han abierto la puerta para insultarnos, nos han hecho pintadas, también nos han apedreado la fachada, rompiendo algún cristal, y han pegado pegatinas con la imagen de un podemita con una bomba, pero nunca habíamos sufrido un ataque tan peligroso", enumera este portavoz.

"El fuego del cóctel molotov podría haberse propagado a una vivienda del bloque, a un comercio o a un coche". Desde la formación aclaran además que "no tenemos ningún problema con los vecinos de la zona" y subrayan que están colaborando todo lo que pueden con la Brigada de Información. "Se ha producido un hecho delictivo y queremos que se investigue".

El caso no será fácil de resolver y encima se está enmarañando con la campaña electoral de Madrid. Prueba de ello es que según Juan Macías, activista contra la desinformación digital en Twitter, tras el 'atentado' político, primero se produjeron 100.000 tuits de condena y después se sucedieron otros 23.000 tuits con este hastag: #PodemosAtacaAPodemos. La Policía tendrá la última palabra.