A María Isabel Ruiz se le saltaban las lágrimas la mañana de este lunes en la residencia en la que está viviendo. Manuel Novella, su abogado, le comunicaba que su ex pareja, Francisco M., había sido condenado a ocho años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa. De la misma forma, el fallo también estimó la petición de una orden de alejamiento durante los próximos 15 años y él tendrá que indemnizarla con 700.000 euros.
El pronunciamiento de la sección octava de la Audiencia Provincial de Málaga ha satisfecho a todas las partes. Según consta en los hechos probados, para evitar morir a golpes, Isa saltó al vacío desde un segundo piso la mañana del 2 de noviembre de 2018. Ella tenía por entonces 46 años, estaba limpiando la vivienda y presa de pánico para huir del agresor dio un salto al vacío para salvar la vida.
Su hermana Sandra, que ha sido la hermana coraje durante este tiempo, habla con EL ESPAÑOL poco después de conocerse el fallo de la Audiencia. “Estoy temblando aún con la noticia. Y mi hermana, muy feliz de que se haya hecho Justicia. Mañana le ponen botox en las manos y en las articulaciones. Dentro de nada, creemos que vamos a conseguir una residencia nueva por la ley de dependencia”.
La sentencia firmada por la Sala Octava de la Audiencia Provincial de Málaga ha tenido en cuenta los escritos de la Fiscalía. En ellos se alude que Francisco M. comenzó a pegarle puñetazos a Isa en varias partes del cuerpo.
“Te voy a matar”, “hija de puta”, le decía aquel día a Isa su ex pareja, según relataron después varios vecinos del edificio que escucharon los gritos. Ella rogaba que le abriera y la dejase marchar.
En un momento dado, Francisco M., que había echado varias cerraduras de la puerta principal de su vivienda, empuñó “un cuchillo de grandes dimensiones”. Isa, en su intento de huida, vio una pequeña ventana abierta en una de las habitaciones de aquel piso. Corrió hacia ella y se precipitó a la calle. Fruto de esa caída, la mujer quedó tetrapléjica.
Francisco, en un centro de Toxicómanos
Sandra Ruiz comenta a EL ESPAÑOL que, aunque Francisco M. diga que está en un centro de toxicómanos, “es todo una auténtica pantomima. Él ha estado en el Ayuntamiento trabajando estos dos años y medio. Pensaba que se iba a librar. En los dos años y medio que han transcurrido desde los hechos no ha ingresado en prisión. Tiene una ristra de antecedentes policiales, entre ellos por maltrato. Gracias a dios, se va a hacer justicia”.
Isa no cabía de júbilo esta mañana en la residencia de Marbella en la que reside ahora. Quería agradecer a los medios de comunicación “la comprensión” que han tenido con ella. En su día ya atendió a EL ESPAÑOL en exclusiva. “Venía con el cuchillo detrás. Me tiré por salvar la vida. Si no lo hago, me mata. No era una simple amenaza”, repetía durante la entrevista.
La Policía Nacional detuvo a Francisco M. esa misma mañana del 2 de noviembre de 2018. Pero al día siguiente, el juez de guardia lo dejó en libertad. Algunos vecinos declararon haber escuchado la agresión, las amenazas y el posterior golpe del cuerpo de la mujer contra el suelo.
Isabel, que se encontraba hospitalizada en estado crítico, no pudo contar su versión de los hechos. Lo hizo dos meses después ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Marbella, que ha instruido el caso, y explicó lo ocurrido.
La familia de Isa lleva ya más de 40.000 euros gastados desde que la mujer fue agredida. “Estamos tirando de la pensión de mis padres. Imagínate: hoteles, desplazamientos, pisos de alquiler para estar cerca de ella, ahora la residencia...”. La indemnización de 700.000 euros que dicta la sentencia les ayudara con los gastos.
Una sentencia 'ejemplar'
Este lunes, la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga hizo pública la sentencia de estos hechos. La Fiscalía y el abogado de Isa, Manuel Novella, solicitaron que se impusiera al acusado diez años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa. La sala ha dictado ocho años de prisión en su providencia.
El fiscal también solicito una indemnización para la víctima que roza el medio millón de euros por las lesiones sufridas, las secuelas y el daño moral. La acusación particular la elevó hasta los 700.000 euros. Finalmente, el Tribunal ha concedido esta última solicitud, además de obligar a Francisco M. a estar alejado de la víctima 15 años con una orden de alejamiento en firme.
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