Tras el Consejo de Ministros de este pasado martes, Yolanda Díaz, vicepresidenta y ministra de Trabajo y Garantía Social, anunciaba que el ejecutivo de Sánchez había aprobado el Plan de Garantía Juvenil Plus para pelear contra el desempleo joven. En el informe de 80 páginas, una de las intenciones es que las nuevas generaciones vuelvan al campo. Para ello, habrá programas taller, talleres de empleo y empleo-formación. Sin embargo, esta medida no parece convencer a aquellos a quien va destinada la medida.
España tiene un problema con el paro juvenil. Es un hecho: al menos uno de cada cuatro jóvenes en España se encuentra en desempleo. Y no queda otra que reaccionar.
El ejecutivo aprobó el pasado martes el Plan de Garantía Juvenil Plus que viene a mejorar el implantado en 2014. Este estará vigente desde este mismo año hasta 2027. Se destinarán 4.950 millones de euros. 3.200 millones se harán a través del Fondo Social Europeo.
Díaz explicaba en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que "muchos de los problemas que tenemos es que se ha optado por fórmulas baratas para los jóvenes".
Entre los 69 puntos del plan, Trabajo destaca que se deben reforzar la formación en economía circular, digital, energías renovables y transición ecológica. Pero, además, desde el ministerio entienden que la calidad del empleo mejoraría si se terminara con la despoblación.
Dentro de este amplio plan, uno de los objetivos para paliar la carencia de trabajo entre los jóvenes es apostar por la formación y también por el empleo juvenil en los entornos rurales. Esto solucionaría también la problemática de la despoblación del campo.
"En un contexto marcado por el progresivo incremento de tecnificación, que amenaza la permanencia de los puestos de trabajo tradicionales, la formación para el empleo debe fomentar la habilidad para el aprendizaje, la adaptación y la actualización permanente", explica el documento.
Por eso piensan que se debe apostar por un relevo generacional "en empleos tradicionales y del mundo rural como, entre otras, el pastoreo de alta montaña, la ganadería extensiva, la apicultura, o la agricultura ecológica".
Según trabajo, "estos empleos ayudan a la creación de productos primarios de alta calidad y colaboran y contribuyen a una mejora de la calidad ambiental en todo el territorio nacional. De esta manera, además de luchar contra la despoblación, se va a fomentar la dinamización de la economía local evitando la desaparición de empleos tradicionales y necesarios".
Por todo ello, EL ESPAÑOL se ha desplazado hasta Ciudad Universitaria, en Madrid, para preguntar a los jóvenes sobre este plan. ¿Quieren dedicarse al sector primario y afincarse en el campo de manera definitiva? ¿Qué les parece que se luche de esta manera contra el empleo juvenil?
Héctor, profesor de matemáticas en la Universidad Complutense, reconoce que no le importaría realizar su actividad en un entorno rural. Cree que todo lo que sea buscar y fomentar el empleo de los jóvenes es positivo, aunque no sabe "si será productiva". Es decir, le parece bien esa deslocalización hacia el campo de los jóvenes, pero no sabe si conseguirá el objetivo que se marca.
Ivelisse: "Eso no tiene futuro"
En los alrededores de la Universidad Complutense, Ivelisse suelta su libro de encuestas para responder a EL ESPAÑOL. Esta joven de 22 años trabaja para poder estudiar en un futuro no muy lejano. "Mi intención es hacer farmacia", reconoce.
No está de acuerdo con esta medida en concreto. "Creo que no tiene mucho futuro. La gente quiere un trabajo menos duro cada vez. Trabajar en el campo es muy duro, entonces creo que la gente quiere formarse para tener un futuro laboral y un trabajo con horarios que te permitan una calidad de vida mayor", comenta.
"Incluso ahora mismo lo que queremos más bien es pelear por la reducción de jornada", dice una joven que piensa que el pastoreo y la ganadería tienen los días contados y pronto serán sustituidos por otros métodos menos rudimentarios. "Ese tipo de trabajos no tiene mucho futuro".
"Yo no creo que vaya a dar buenos resultados. Creo que habría que hacer otras cosas más importantes. Se podrían potenciar la financiación de la educación pública para permitir un mayor acceso a todo el mundo", zanja Ivelisse.
Eva: "No creo que quieran ser pastores"
"No me lo he leído", reconoce Eva a punto de coger el metro. Esta estudiante de física admite que cualquier medida para acabar con el desempleo es bienvenida. Pero ella tampoco potenciaría el pastoero "como asignatura". "Como una charla o algo así. Eso sí me parecería bueno comentarlo".
"Aunque no haya mucha gente que quiera ser pastor, quizás se nos haya olvidado y alguno lo recupere", comenta Eva. "Yo conozco gente que cada vez quiere más trabajar en el campo, pero tampoco a ser pastor".
Eva no cree que sea una medida concreta "efectiva", aunque deja que el tiempo decida: "Si lo fomentas, quizás puedas tener algún resultado".
Angélica: "Hay que fomentar estos trabajos"
Angélica es cántabra y tiene un amigo que se dedica a labores de pastoreo. Ella ve bien la medida, porque cree que podría acabar con varios problemas, entre ellos el de un mercado ganadero del que muchos se quejan porque los animales no están bien cuidados. "Luego vamos todos a las manifestaciones para quejarnos...", dice la joven.
Estudiante de ciencias escénicas y comunicación audiovisual, ella ve con buenos ojos la medida. "Creo que hay mucha escasez de demanda en este tipo de trabajos y hay que fomentarlo. Si no, vamos a fomentar que los animales estén en ganaderías hacinados".
Juan: "Los chicos no van a querer"
Juan camina por los alrededores de la Complutense con sus calzonas del Cisneros. Estudia un máster de programación a sus 22 años y reconoce que a él no le importaría irse al campo a pastorear. "Yo he vivido mucho tiempo en el campo y personalmente no me importaría".
Sin embargo, cree que en el plano general la medida no será efectiva. "Si mi padre hubiera sido pastor quizás me hubiera metido el gusanillo, pero, en los días que estamos, pedirle a alguien que ha estudiado ADE, informática u otras carreras que se prepare para ser pastor... El chico no va a querer y no se lo va a tomar bien", apunta.
Laura: "Me parece estupendo"
Laura lo tiene claro. No hace falta más que preguntarle para comprobar que está a favor. "Me parece una medida estupenda: así acabaríamos con el paro juvenil y así se formaría a los jóvenes en algo que no estamos formados", comenta.
Esta estudiante de Ciencias de la Actividad Física y Deportiva, de 21 años, cree que todo aquello que se intente para paliar los problemas del empleo que tienen los jóvenes es positivo.
Adrián: "Que vuelvan los jóvenes al campo"
"Me parece una buena idea porque estamos ante una industria con bastante potencia", dice Adrián. Al igual que alguno de sus homólogos, ve con buenos ojos que se potencien las actividades agrarias entre los jóvenes para acabar con el empleo juvenil.
"Que vuelvan los jóvenes al campo, en vez de venir todos a la ciudad, a hacer carreras en las que hay exceso de oferta", comenta este estudiante de Ingeniería Informática. Para tener ese futuro, piensa que "es mejor ir al campo los que quieran y remontar esa industria. Veo positivo ese cambio".