François Gallardo amenaza a Pedrerol con su nuevo programa: "¿Yo, droga? Jamás he vendido"
Sale de la cárcel tras ser acusado de estafa por un compañero de tertulias al que le debía 12.000 euros. Estuvo año y medio en busca y captura.
15 junio, 2021 01:32Noticias relacionadas
- François, ¿qué tal se pasa en el talego?
- Yo muy bien. Estaba en una celda individual con tele. Todos me conocían en el módulo y se han portado fenomenal. ¿Mi día a día en prisión? A las 7 levantarnos. De 8:30 a 9:15 desayunábamos. A partir de ahí te podías apuntar a muchas actividades. A fútbol, a deporte, a inglés, a francés…
- ¿Y tú a qué te apuntaste?
- Yo, a francés.
Se apuntó a clases de francés un hombre que nació y se crió en Francia. Porque así hace las cosas François Gallardo: a su manera, como Sinatra. Así resurge de sus cenizas el otrora tertuliano estrella de los debates futbolísticos de la tele. El hombre de las gafas de pasta, la taza y el “desmiéntemelo”. El francés de Sabadell que nació en Maçon (el pueblo de Griezmann). Peluquero, empresario, intermediario, buscavidas, bon vivant, presunto exjugador del Barça, falso agente FIFA y estrella auténtica de la tele de madrugada. De la gloria en El Chiringuito, al infierno de la prisión de Brians 1 (Barcelona). Porque fue acusado de estafa por un compañero de tertulias al que le habría levantado 12.000 euros. Gallardo estuvo año y medio en busca y captura. El juez le citaba y él no se presentaba.
Ahora se defiende. Asegura que la culpa la tuvieron “mis viajes y una enfermedad que tuve, que me hacía irme todo el rato hacia la izquierda”. Repite que sus deudas con la justicia ya están saldadas. Que vuelve con más fuerza que nunca y promete en un plazo máximo de un mes y medio estar presentando un programa en la tele que va a competir con El Chiringuito.
Para contarlo ha convocado a los medios, el día de su 52 cumpleaños, en el Hotel Meliá Avenida América (Madrid). Una rueda de prensa a la altura del personaje: aparece el tío como un pincel, pero 45 minutos tarde. Como las estrellas de verdad. Y el acto acaba con un cantante de reguetón (José De Rico) actuando para una decena de periodistas. François nos había prometido en la víspera que también vendría Juan Magán, pero se disculpa después asegurando que había sido un malentendido. Su propio abogado confiesa, como anécdota, que él también venía con la idea de pedirle un autógrafo a Juan Magán para su hija.
Tras la rueda de prensa atiende a EL ESPAÑOL en un hall del hotel. De fondo suena Baila morena a un volumen casi de discoteca, aunque es mediodía. Junto a François, su séquito: un jefe de prensa, dos abogados y un par de colaboradores “de hace muchos años”, que asisten a la entrevista. Gallardo se coloca y recoloca las gafas de pasta varias veces, en un tic que le hizo famoso hace ya 6 años. Todo sigue casi igual. El look, la taza, el estilo. Lo que no va a volver, dice, es la célebre muletilla: “Y si no, desmiéntemelo”.
- François, ¿por qué acabaste en la cárcel?
- Un compañero de tertulia de la radio me dijo que él tenía un dinero para invertir, que si yo tenía tales contactos para movérselo. Le dije que sí y me dio el dinero. Yo no sé lo robé. Y no fueron 12.000 euros sino 6.000.
- Dicen que te hacías pasar por agente FIFA.
- Yo nunca dije que fuese agente FIFA, sino que colaboraba con un agente FIFA. Yo es que también leí por ahí en muchos sitios eso de que yo era agente FIFA...
- Y si lo leíste y no era verdad, ¿por qué no lo desmentiste?
- Hombre, tampoco voy a salir a desmentir todo lo que digan de mí. La cosa es que ése compañero de tertulia me dio ese dinero para inversiones. Se invirtió, salió mal y se perdió. Yo no me lo quedé. Se perdió. Entonces él me puso una denuncia. Pero yo no recibía las citaciones judiciales.
- ¿No las recibías?
- No. Porque pasaban dos cosas: la primera es que yo estaba casi siempre de viaje. Y luego, cuando dejé de estar de viaje, me pasó que estuve dos años de baja por una enfermedad que se llama vértigo periférico y me hacía irme siempre hacia la izquierda. Entonces yo no me podía mover ni para ir a comprar el pan. ¿Cómo iba a ir al juzgado, que me pillaba en la otra punta de Sabadell? Reposo absoluto.
- ¿Reposo absoluto dos años?
- Claro, tardaron mucho en encontrar la medicina perfecta. Me pusieron un aparato que se llama ‘El Mapa’ y tenia que estar totalmente quieto. Mis abogados fueron entregando los partes médicos en el juzgado.
- Partes que no convencieron al juez.
- Pues era la verdad, yo hasta para ir al baño me tenía que ir agarrando por las paredes. Pero de todos modos sé que fue mi error, que tenía que haber ido. Porque me enviaron tres requerimientos…
- Cuatro.
- (Consulta con su abogado), Sí, eso, cuatro (ríe). A ninguno fui porque mi salud no me lo permitía, ¿me entiendes? No podía ni moverme. Pero finalmente vinieron a por mí los Mossos d’Esquadra, a mi casa de Sabadell. Me metieron en la cárcel en noviembre de 2019 y salí en enero de 2020. Pero asumo mi error, que es lo importante y ya he cumplido con todo lo que tenía pendiente y estoy limpio. Estoy tranquilo.
(En la cárcel lo metieron, dice su abogado, para asegurarse de que se presentaba a la vista oral. Y como no podía ser de otra manera, el proceso acabó de forma surrealista: cuando llegó el juicio, el propio denunciante acabó pidiendo la absolución de Gallardo. EL ESPAÑOL tiene el documento que lo corrobora: el denunciante presentó un documento en la Audiencia Provincial de Barcelona asegurando que el francés ya le había pagado íntegramente el dinero que le pedía, más las costas judiciales. Así, se retiraba de la acusación particular, renunciaba a las acciones penales y pedía que el acusado fuese absuelto. “Es un caso raro. Pudieron haberlo arreglado antes de entrar a juicio, pero no fue así, nadie sabe por qué. Ni el juez se lo explicaba”, reconoce ahora el abogado de François).
- Cuéntanos sobre tu vida en prisión. Cortita y sin sobresaltos...
- Sí, yo estaba en un módulo de respeto, donde hablábamos todo el rato de fútbol. Los funcionarios se han portado genial. Yo no he visto peleas ni follones, la verdad. Jugábamos todos a fútbol. Éramos gente que no teníamos antecedentes.
- Antecedentes no, pero no es la primera vez que acabas en el banquillo. En 2012 te denunciaron por un asunto relacionado con un secuestro en Senegal…
- (Silencio)… ¿yo? No recuerdo.
- Hombre François, esas cosas se recuerdan, si uno ha acabado yendo a juicio por un tema de un secuestro en Senegal. (En ese instante, el abogado le chiva: “Lo de la intermediación”)
- Ah, eso fue un programa que vi en Antena3, que salía una mujer diciendo que tenían a su hija secuestrada en Senegal. Yo sólo quise ayudar. Y como yo conozco al sobrino del presidente y lo que hice es ponerlos en contacto.
- ¿Al sobrino del presidente de Senegal? Y qué pinta aquí.
- Para mediar.
(Empieza entonces a contar una historia sobre lo que supuestamente sucedió. En un momento dado es su propio abogado el que le recomienda no continuar por ahí y retirar lo que ha dicho. François obedece pero asegura que él no le pidió 80.000 euros a aquella madre y que salió absuelto. Se compromete a mandarnos la sentencia, pero jamás la recibimos. Como tampoco recibimos la foto que nos promete, de su etapa como jugador del Barça de fútbol-sala).
- En el Barça no les consta ninguna ficha a tu nombre en el equipo de fútbol sala.
- Pues estuve, estuve. Ya te buscaré foto. Primero jugué en el Mercantil, mi primer equipo en España con 16 años. Luego me fui voluntario a hacer la mili a Torrejón de Ardoz con los americanos. Al volver, con 20 años, fue cuando me fichó el Barça. Un día me jodí el abductor en un entrenamiento y a partir de ahí no volví a jugar más.
- ¿Y qué hiciste?
- Yo ya me estaba preparando para peluquero. Empecé en la cadena Los Dinámicos. Estuve de aprendiz en Barberà del Vallés y luego abrí mi propia peluquería en Sabadell. Y hasta con eso de la peluquería se me ha atacado y se han dicho muchas cosas falsas de mí. Yo he llegado a leer por ahí que con una mano cortaba el pelo y con la otra vendía droga. Yo he escuchado por ahí que me bebía hasta el agua de las plantas.
- De los floreros, François.
- De los floreros, sí. Y no es verdad. Yo apenas bebo. Sólo ocasiones especiales, cumpleaños, Navidad, fin de año, año nuevo, alguna fiesta… Pero de drogas jamás. Soy la persona más antidroga de este mundo. No hace mucho alquilé una villa en Conil de la Frontera para montar allí una fiesta con mucha gente, muchos amigos. La única norma que puse es que no hubiera nada de droga. Tuve que echar a cuatro rusos de allí por eso mismo, porque los pillé con drogas. No las consiento, y mucho menos que digan esas cosas de mí.
- ¿Tampoco es cierto que le pedías pasta a tus compañeros de los debates, al margen del que le denunció?
- No, no lo es.
- Ni que cobrase a la gente entre 50 y 150 euros por ir a El Chiringuito, cuando asistir era gratis
- Jamás. Yo igual podía llevar a algún familiar, a mi primo, o algún conocido, pero nunca le cobré a nadie, porque... ¿Cómo iba a hacer eso? Es imposible.
- ¿A qué le has dedicado este tiempo?
- He seguido haciendo operaciones con jugadores. La última, por ejemplo, la de Nabil Fekir por el Betis. Bueno, no la hice yo, pero colaboré.
- Ahora dices que vas a presentar tu propio programa. ¿En Twitch?
- No, no. En la tele. Parecido a El Chiringuito y en la misma franja horaria.
- ¿En qué cadena?
- No te lo puedo decir. Va a ser un programa divertido, cañero y vamos a disfrutar.
- ¿Ni el nombre, ni la cadena, ni los invitados...?
- En pocos días te podré dar novedades.
- Pero no estás adelantando nada. Ni del programa ni de fichajes, que era tu especialidad. Lo máximo que te has mojado ha sido decir que Mbappé no viene este año y que el Barça busca mediocentro…
- ¿Quieres una exclusiva? (su séquito lo anima para que la dé). Venga: Sergio Ramos va a jugar en el Sevilla la próxima temporada.
- Esa suena como aquella vez que dijiste que Messi lo tenía hecho con el Nápoles.
- En esa me equivoqué, sí. Pero como todos nos equivocamos. De lo que ya nadie parece acordarse de lo que dije de Bale, de Özil, de Higuaín...
- No, la verdad nadie se acuerda. De lo que sí se acuerda la gente es de aquella muletilla tuya, esa frase que aseguras que no dirás más. Lo de “y si no, desmiéntemelo”.
- Pues te voy a dar otra exclusiva: sí que la voy a volver a decir.
Acaba la entrevista, de fondo sigue a tope el reguetón. Nos despedimos con abrazos y con promesas. La de la sentencia de Senegal, la de su foto en el Barça… y la más importante: la de que, en un mes y medio, va a estar presentando un programa de fútbol en un canal de TDT. Plantándole batalla a Pedrerol, al mismo que lo puso en órbita. A ver quién lo desmiente.