Como una prolongación de su viaje de fin de curso. Hay 249 alumnos que se encuentran confinados a la fuerza en el Hotel Palma Bellver (Mallorca) por el macrobrote de coronavirus generado en un concierto de reguetón, pero parecen seguir de fiesta. Gritan, beben (porque les suministran alcohol desde los bares de fuera), hacen carreras por dentro del hotel e impiden que el resto de usuarios de las instalaciones descansen. Unos hechos que han provocado incluso que la policía mallorquina tenga que entrar en el hotel e intervenir para enfriar los ánimos.
Mientras, el ambiente fuera es irrespirable. Los padres denuncian por detención ilegal, piden el habeas corpus, el juez se lo deniega… pero la Fiscalía considera que la retención a la que los ha sometido el gobierno balear es ilegal y desproporcionado. Los jóvenes se graban vídeos pidiendo libertad desde dentro de sus habitaciones. Aseguran que no pueden salir de sus habitaciones, aunque también desde ahí la pueden liar: desde fuera denuncian lanzamiento de botellas, frutas y otros objetos del hotel desde los balcones.
Unas botellas de cristal que, según le han explicado fuentes policiales palmesanas a EL ESPAÑOL, llegan al interior del hotel atadas con sábanas, que utilizan a modo de polea. Son varios los bares de la zona del Marítimo (una de las áreas más turísticas de la capital mallorquina) los que están haciendo llegar esos envases con alcohol a los chicos, muchos de ellos menores de edad. Ellos siguen aislados, mientras el macrobrote no para de dejar nuevos afectados por toda España (1.200 positivos y casi 5.000 personas confinadas) e incluso el resto de Europa.
Intervención policiales
La madrugada del lunes 28 al martes 29 fue el momento en el que los efectivos policiales de Palma de Mallorca tuvieron que intervenir. Los decibelios eran insosportables para los ocupantes del Hotel Palma Bellver, conocido ya en Mallorca como Hotel Covid.
Porque estas instalaciones cuentan con 384 habitaciones. La mayoría permanecen ocupadas por estudiantes de diversos puntos de España, confinados por haber tenido contacto estrecho con otros positivos. La mayoría son negativos, aunque el cribaje ya ha detectado 62 positivos. Pero el resto de estancias están ocupadas por personas que no son estudiantes y sí han dado positivo por COVID-19. Del mismo modo, hay hoteles próximos cuyos clientes también han manifestado su descontento por el ambiente, que no les permite descansar.
"La convivencia se está haciendo cada vez más difícil", le cuentan estas mismas fuentes policiales a EL ESPAÑOL. Confirman que se tuvo que intervenir de madrugada, que muchos de los chicos salen de las habitaciones sin permiso y que han recibido numerosas quejas, "pero la tensión y el saberse presentes en los medios de comunicación les hace tener una actitud negativa en general".
Por dentro, la tensión es evidente. Abundan las imágenes de los jóvenes en los balcones, mostrando pancartas improvisadas y haciendo con las manos el gesto de estar presos. Graban vídeos con los que manifiestan su descontento, reivindicando que eloos no están enfermos, que llegaron a la isla con un test negativo y que "estamos pagando justos por pecadores", tal y como repiten en sus discursos.
El cubo y la sábana
La última ocurrencia de estos jóvenes para matar el tiempo también ha sido detectada por la Policía Local de Palma. Aseguran que están haciéndose con bebidas alcohólicas mediante un ingenioso método. "Nos consta que hay un par de bares que les están vendiendo bebidas alcoholicas de alta graduación. Especialmente uno de ellos", cuentan, sin especificar cuál es el susodicho establecimiento.
El método en cuestión llama la atención por creativo: llaman a estos bares, hacen el pedido y desde los locales les suministran botellas metidas en un cubo. El cubo se ata a una sábana y es así como llega a las habitaciones que se encuentran en las alturas más bajas. De ahí, se distribuye al resto de habitaciones: "Para hacer eso es muy claro que tienen que salir de las habitaciones"; concluyen estas fuentes.
Al parecer, el problema del suministro ilegal de bebidas alcohólicas no es exclusivo de estos hoteles: "Hay bares, pubs o incluso tiendas de ultramarinos regentadas por pakistaníes que, cuando cierran por cuestiones de horario, se encargan de repartir alcohol a domicilio. Como un 'Glovo' pero del alcohol", explican a EL ESPAÑOL.
En la UCI
Estos jóvenes parecen no ser conscientes de la situación que ha provocado este macrobrote, el más numeroso de toda la pandemia en España. Un brote que se da justo cuando las medidas de restricción se estaban suavizando y las mascarillas han dejado de ser obligatorias en exteriores. Pero este nuevo brote ha provocado un incremento general de la incidencia.
Pero no solamente en las Islas Baleares (siendo Mallorca y Menorca las islas más afectadas). Otras regiones españolas están sufriendo las consecuencia de ese macrofestival de reguetón en la plaza de toros de Palma que acabó como el rosario de la aurora: menores de edad borrachos, tirados en el suelo, sin respetar las normas de seguridad y con los agentes de la policía poniendo fin al evento y desalojando el coso taurino.
Cuentan a EL ESPAÑOL fuentes de Palma que el festival de reguetón no fue, no obstante, el único vector de contagio: "Se están celebrando fiestas en barco sin ningún control, y también en parkings de discotecas. No hay ningún tipo de control y es posible que este brote no sea el último de verano".
Los estudiantes que regresaron a sus ciudades de origen tras el viaje son los que están ahora dando positivo en el test. Hay afectados en Madrid (la región más castigada, con casi 500 casos), Cataluña, País Vasco, Castilla León, Galicia y la Comunidad Valenciana. En esta última se ha registrado el caso de mayor gravedad de cuantos se han detectado tras el macrobrote: un chico ilicitano de 18 años ha tenido que ser ingresado de urgencia en el Hospital Universitario de Elche y se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos. Él estuvo de viaje de fin de curso en Mallorca, llegó aquejado de síntomas y empeoró durante el fin de semana.
Hasta Países Bajos
Los estudiantes afectados se reparten por toda la geografía, ya no sólo española: las autoridades de Países Bajos han confirmado que se han detectado al menos 88 casos positivos de chicos que viajaron a Mallorca en las últimas semanas. Hasta tal punto llega la preocupación del ejecutivo neerlandés, que se están planteando distribuir tests puerta a puerta, y habilitar autobuses desde el Aeropuerto de Schipol (amsterdam) hasta los centros donde se practican los tests, tal y como confimaba De Telegraaf.
La situación se agrava por momentos, y la justicia no dice ni si, ni no, ni todo lo contrario. Los padres de varios alumnos han denunciado y solicitado el habeas corpus, por el que los chicos no podrían estar retenidos en ese hotel por un espacio mayor a 72 horas. Sin embargo, un juez de Mallorca ha denegado la solicitud, al no tratarse de una retención por motivos de delitos consumados, sino por una cuestión de salud pública.
No obstante, la Fiscalía se opone a que se prolongue el encierro por más tiempo. Consideran que es un confinamiento excesivo e innecesario, que no se ajusta a legalidad. Se prevé que la juez decida entre hoy y mañana. Pero, mientras tanto, los jóvenes siguen de fiesta en este Hotel Covid, con una mezcla de enfado y hastío que hace que muchos sigan sin respetar las normas. La justicia decidirá en las próximas horas.