Un día tras otro Fernando aparece por la vía Alfredo Cappellini de Milán, empujando una bicicleta destartalada donde carga con todas sus pertenencias, metidas en bolsas de basura, junto a un par de plantas cuyos maceteros son unas garrafas de plástico que él mismo ha cortado por la mitad. "Lleva más de un año en la calle y no quiere ayuda", lamenta Mateo, un funcionario italiano, de 45 años, que forma parte de la que bien podría catalogarse como una 'ONG vecinal' que está tratando de auxiliar a este indigente de nacionalidad española.
"Tiene las piernas muy hinchadas, como con problemas de circulación, pero rechaza ver a un médico porque piensa que lo van a envenenar", tal y como explica Mateo mostrando su dominio del castellano en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. La foto de este mendigo se ha viralizado -compartida de WhatsApp en WhatsApp- hasta llegar a una voluntaria de SOS Desaparecidos en España, con la que contactó este grupo de italianos para averiguar si Fernando constaba en su base de datos como una de las muchas desapariciones que investiga esta asociación.
"Intentamos dar con sus familiares para ver si lo sacan de la calle", resume este funcionario. "Fernando dice que es de Madrid y que sus apellidos son Leñador Gallego", cuenta Mateo en relación a la información que han averiguado los vecinos, conforme han ido entablano conversación con el indigente.
"Siempre va solo: suele moverse por tres calles que están entre la Plaza de la República y la Estación Central de Milán". Al final, los residentes comenzaron a apiadarse de la dura situación de este sin techo, a base de toparse a diario con Fernando, sentado sobre su bicicleta en la acera.
"Una vecina le suele dar de comer, le damos ropa y una vez hicimos una colecta para pagar su asistencia médica porque tuvo un problema de salud". En todo este tiempo se ha repetido una constante: "No quiere ayuda de Cruz Roja Italia ni de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Milán y en invierno le entregué un papel con la dirección de un albergue para dormir, pero me dijo que eso para mí".
Las pesquisas realizadas por estos vecinos en redes sociales con el nombre y apellidos del indigente español conducen a cuentas de Twitter y Facebook, que lejos de aclarar alguna duda, lo único que hacen es acrecentarlas. Los perfiles aparecen presididos por una foto de Fernando, con una imagen aseada y unas cartas: 'Tarot on line'.
- Mateo, ¿ustedes le han preguntado a Fernando cómo acabó en Italia o a qué se dedicaba anteriormente para dar con su familia?
- A veces cuenta historias sobre el Ejército, otras veces dice que estaba viajando por el mundo para aprender idiomas, en otras ocasiones asegura que tiene dinero y le han bloquedo las cuentas bancarias en España o que estaba en Alemania con un socio con el que iba a montar un negocio para camperizar furgonetas de segunda mano, pero la cosa le salió mal. Es muy difícil saber lo que es verdad y lo que es mentira de todo lo que cuenta.
Desde el mes de febrero los vecinos han intensificado los trabajos de investigación en torno a la figura de Fernando porque "está empeorando" su salud y situación psicológica. "Tiene las piernas hinchadas, dice que no puede andar, y a veces se pasa varias horas gritando que sufre torturas físicas", ejemplifica Mateo. "Necesita atención médica, estar en algún centro o regresar con su familia en España, por eso hemos comenzado una campaña de recogida de firmas para que las autoridades italianas tomen medidas".
Este grupo de residentes de la vía Alfredo Cappellini de Milán -y alrededores- por donde suele estar este sin techo, también se ha dirigido al Consulado de España y al Centro Nacional de Desaparecidos del Ministerio del Interior para interesarse por el paradero de los familiares de Fernando. "En las cuentas de sus redes sociales indica que nació en 1971", apunta Mateo como otra pista sobre el pasado del mendigo.
En SOS Desaparecidos han confirmado a este diario que no existe ninguna búsqueda en activo de este ciudadano español. "El año pasado estuvo en una clínica por unos problemas de estómago, no puede seguir en la calle".
- Mateo, en demasiadas ocasiones, por desgracia, las personas sin techo pasan desapercibidas para la gente. ¿Por qué se han interesado ustedes por el caso de Fernando?
- Somos un grupo de unos diez vecinos que pensamos que tiene la necesidad de recibir ayuda. Lo vemos todos los días desde nuestras casas porque está en la calle, a unos metros de nuestro edificio, y es como un 'vecino'. Es un 'vecino' un tanto difícil en algunos aspectos, como cuando empieza a gritar, pero no le vemos beber, ni pedir dinero, y cuando está bien se puede hablar con Fernando. No entendemos que no quiera recibir ayuda.