Félix, la 'envidia' de los Gullón que triunfa con otro negocio galletero: facturará 22 millones
En su primer año de vida, Family Biscuits producirá en torno a 20 millones de galletas, entre ellas, algunas con aceite de oliva virgen extra.
22 agosto, 2021 01:51Noticias relacionadas
El pequeño de los Gullón lo tiene clarísimo. En cuestión de meses, dice de sí mismo Félix Gullón, será la envidia de todo el sector galletero. Incluida su familia, claro; dueña desde hace más de 125 años de uno de los grandes grupos galleteros españoles, con sede en Aguilar de Campoo (Palencia).
De ese proyecto, no obstante, decidió desvincularse en 2020 —aunque continúa siendo accionista como su madre, Teresa Rodríguez y sus tres hermanos, Hernán, Rubén y Lourdes Gullón— y por ahora no quiere saber mucho más. De quien habla realmente es de Family Biscuits, el negocio que este palentino emprendió hace un año y el motivo por el que cree, con convencimiento, que será el espejo en el que mirarse de toda la competencia.
Es lo primero que desliza Félix Gullón en la entrevista que mantiene con el ESPAÑOL. "En tiempo récord hemos creado un equipo muy potente, con años de experiencia y especializado en mundo de la galleta y la alimentación. El titular está claro: vamos a ser la envidia del sector galletero", repite el empresario.
Todo comenzó el 8 de febrero del pasado año cuando, tras apartarse de la empresa familiar, Félix Gullón cerró la compra de la fábrica que Cerealto Siro tenía en Jaén, con 140 empleados y una capacidad máxima de 30 millones de kilos anuales. Algo que para él, según contaba en otra entrevista con este periódico, era un sueño cumplido después de haber estado 17 años en Gullón, los últimos como director de expansión.
"Llegó un momento en el que el proyecto ya no me entusiasmaba y decidí dar un paso al lado para que la familia no sufriera más. He terminado una fase y ahora quiero empezar un proyecto individual como hizo mi padre, buscando también desarrollarme profesionalmente", explicaba.
22 millones de euros
Ahora, Félix y su mujer y socia, María Santana, ya han cumplido medio año al frente de Family Biscuits y, según cuenta el primero, todo está funcionando a pleno rendimiento. Tanto es así que han logrado desarrollar 12 tipos de referencias propias [tipos de galleta], que empezarán a llegar a los principales supermercados en cuestión de meses. Entre ellas, la estrella es la María del Sur, la primera galleta hecha con aceite de oliva virgen extra; a la que también se suman las Petit Originales, Choco y Doré o la gama Natur Fan, con harinas integrales de trigo.
Y es que lo que pretenden en esta empresa es sorprender al consumidor con recetas nuevas, sostenibles y que dinamicen un sector que, en opinión de Félix Gullón, todavía es demasiado tradicional.
El grueso de la producción del pequeño de los Gullón, sin embargo, todavía corresponde a la herencia dejada por Cerealto Siro. Como parte del acuerdo, esta empresa garantizó a Family Biscuits 15 millones de kilos de producción de galletas de marca blanca. Una cantidad que se ira reduciendo en los tres próximos años hasta llegar a cero; momento en el que de la fábrica jienense solo saldrán galletas creadas y fabricadas por Family Biscuits.
Aún así, Félix Gullón calcula que entre Siro y sus referencias cerrarán el año con una producción de entre 18 y 20 millones, lo que se traduce en una horquilla de ingresos de entre 18 y 22 millones de euros. Es decir, que, como minino, en 2021 este empresario espera comercializar tres millones de sus propias galletas. Un gran éxito para el poco tiempo de vida de la galletera.
Para este primer año de actividad, la empresa jienense espera que las cuentas cuadren. En este sentido, indica Gullón, si gana será poco y si pierde, también será poco. "Hemos conseguido estar en equilibrio, hemos conseguido controlar el gasto y lo que ganamos lo reinvertimos, esa es la mentalidad que me viene de familia".
Estrategia
En cualquier caso, 2025 será crucial para la empresa, el año en el que dejará de depender de la producción (e ingresos) de Cerealto y tendrá que competir contra los grandes del sector, entre ellos la galletera que lleva su apellido y que en el último ejercicio facturó 387 millones de euros.
Para ello la compañía tiene previsto elevar de 12 a 20 los tipos de galletas que fabrican y ha puesto en marcha un plan a nivel regional con productores y distribuidores de cada comunidad autónoma para la primera implantación. "En el caso de los distribuidores, se trata de empresas fabricantes de alimentación de distintas regiones que además de sus productos, llevarán los nuestros: Cartujano, en Andalucía, Biscuits Galicia, Saborea, en Palencia y Valladolid, etc.", cuenta Gullón.
Otra de las claves será el mercado internacional, del que Félix es experto después de haber desempeñado esta cartera en Gullón, además de otras, durante los últimos años. "Estamos cerrando acuerdos con muchos clientes en Marruecos, Libia y Portugal; y estamos pendientes de Guinea Ecuatorial, el Caribe y EEUU".
Empresa familiar
Pese a todo, a Félix Gullón no le preocupan demasiado los grandes galleteros. Principalmente porque su empresa no busca producir a grandes volúmenes a precios bajos, sino crear productos nuevos, diferentes y de la máxima calidad posible; configurar una empresa que pueda ser independiente.
"Yo creo que si Family Biscuits se dedica a competir con Gullón no va a tener éxito, lo que queremos hacer es crear nuevos mercados, atraer a nuevos consumidores. Competir con los tres grandes del desayuno es imposible. La verdad es que no creo que una empresa como la mía les preocupe mucho", decía en una entrevista reciente.
Lo que sí tiene claro es que su marca va a traspasar fronteras y será familiar, como Gullón, pese a todos los problemas que ha tenido en la que lleva su apellido. "El nombre de una pista de su vocación internacional, puede ser reconocida en cualquier parte del mundo; y de que es familiar. A mí me gusta mucho ese concepto, tiene sus problemas y sus cosas positivas. Mi mujer y yo la hemos montado con el objetivo de que nuestros hijos la continúen en el futuro, aunque ahora son pequeños", sostiene Félix. Quién sabe, quizá con Félix Gullón repita la historia y en unos años sea por segunda vez uno de los grandes galleteros del mundo.