El Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid ha abierto una investigación por un posible delito de simulación de delito contra el joven que denunció una falsa agresión homófoba en Madrid. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) han informado a Efe de que el magistrado David Suárez, que fue el que inicialmente recibió el parte de lesiones tras la presunta agresión al joven, ha recibido recientemente el atestado policial con su declaración posterior, en la que reconocía que fueron lesiones consentidas, y ha abierto diligencias en este sentido.
La simulación de delito, tipificada en el artículo 457 del Código Penal, contempla una multa de seis a doce meses de cárcel para la persona que, ante algún funcionario, "simulare ser responsable o víctima de una infracción penal o denunciare una inexistente, provocando actuaciones procesales".
Es diferente a la infracción de denuncia falsa, ya que esta directamente señala o culpa de un delito a una persona o personas concretas. Una vez iniciada la investigación, el juez informará a las partes para que se pronuncien, entre ellas a la Fiscalía, que por el momento no ha recibido el atestado policial de este caso, han confirmado a Efe fuentes del Ministerio Fiscal.
La Policía Nacional envió la semana pasada el atestado completo de la investigación sobre el joven que denunció haber sido agredido en el barrio madrileño de Malasaña, y que luego reconoció que haber inventado la agresión.
Admisión de la mentira
Tras varias horas de interrogatorio, el chico finalmente se desmoronó y admitió que las heridas fueron consentidas mientras mantenía relaciones sadomasoquistas con otras dos personas, con las que contactó por redes sociales, en otra vivienda, detallaron fuentes de la investigación.
En su declaración manifestó que cuando llegó a su domicilio su novio le curó las heridas y le urgió para que fuera a un centro sanitario. En este hospital la enfermera que le atendió le dijo que tenía que denunciar los hechos porque pondrían el delito en conocimiento de la Policía Nacional.
Por ese motivo, para esconder la infidelidad, acudió en la tarde del domingo 5 de septiembre a la Comisaría de Centro para interponer una denuncia.
Sin testigos ni cámaras
Desde ese momento, la Policía Judicial de Centro y la Brigada Provincial de Información iniciaron las pesquisas analizando las cámaras de la calle de la Palma y tomando declaración a los vecinos y comerciantes.
Sin embargo, estas investigaciones no dieron sus frutos ya que nadie había visto nada y en las cámaras no salía un grupo similar al que el joven relató.
Esto motivó las sospechas de los policías, que pidieron en numerosas ocasiones la colaboración de la víctima. Incluso llegaron a investigar a su expareja por si hubiera estado relacionado con los hechos.
Otro de los aspectos que más dudas generaron a los agentes es que pidieron al joven la ropa que vestía cuando sufrió la agresión y alegó que la había lavado después.
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