Murcia

Seis y media de la madrugada del Día de la Hispanidad. Calle Gran Vía de Molina de Segura. Un operario de Sercomosa que está trabajando en el turno nocturno del servicio de limpieza observa en los alrededores a un hombre, de unos cincuenta años, equipado con una mochila, que está sacando de una casa botellas con líquido inflamable para prenderle fuego a los coches estacionados. El trabajador le pregunta qué está haciendo y el individuo le responde encañonándole con una escopeta: ese ha sido el inicio de un tiroteo con la Policía Local y la Policía Nacional, con lanzamiento incluido de cócteles molotov.

La Gran Vía de Molina de Segura, la cuarta ciudad de la Región de Murcia por su número de habitantes, se convertía literalmente en una zona de guerra después de que el operario de Sercomosa telefonease a la centralita de la Policía Local para alertar de que un hombre le había amenazado con un arma tras prenderle fuego a dos coches.

"Cuando las patrullas llegaron, el sospechoso les amenazó con una escopeta del calibre 22, encañonó a los agentes y se tuvieron que parapetar porque realizó tres o cuatro disparos", tal y como han detallado fuentes policiales a EL ESPAÑOL. Tras abrir fuego prosiguió con una lluvia de cócteles molotov que llevaban dentro tornillos y casquillos de bala. "Aquello ha comenzado a arder como si no hubiera un mañana: menudo 'bacalao' ha montado". La situación era de riesgo máximo para los policías.

Bomberos y policías tuvieron que emplearse a fondo para sofocar un incendio provocado en Molina de Segura.

El promotor de tamaño desorden público era Antonio, un vecino de 52 años, conocido en la ciudad molinense como Ántón, y al que según fuentes policiales, "le habían dado permiso de armas hace poco". 

Las deflagraciones de los cócteles lanzados por Antonio provocaban que las llamas se extendiesen a todo trapo, a lo largo de sesenta metros de la citada calle, afectando a siete coches que estaban aparcados y que comenzaban a arder como si fuesen un ninot de las Fallas de Valencia. "¡Pueden explotar!", clama una de las vecinas de la Gran Vía en uno de los vídeos a los que ha accedido EL ESPAÑOL.

Atrincherado en casa de sus padres

A las 6.32 horas, la central del 112 recibía varias llamadas alertando de que una persona estaba incendiando los vehículos aparcados en la calle Gran Vía de Molina de Segura y era necesaria la presencia de los bomberos porque la virulencia del fuego amenazaba con afectar a las viviendas. De forma que fueron movilizadas dotaciones del Consorcio de Extinción de Incendios (CEIS), de Protección Civil y cuatro ambulancias.

Después de abrir fuego contra los agentes, Antón se ha atrincherado dentro de la casa de sus padres. De hecho, cuando llegaron los bomberos no pudieron entrar en la calle y tuvieron que lanzar manguerazos a los vehículos desde la distancia. "Los policías nos dijeron que no podíamos pasar porque había un vecino parapetado en una casa, con una escopeta, y lanzando cócteles molotov con metralla", según narra un efectivo de Emergencias que ha estado movilizado en la zona.

Desalojados ocho vecinos

Antón estaba dentro de una de las cuatro viviendas de un edificio de dos plantas del que fueron desalojados ocho vecinos. "Dentro del bloque de Gran Vía solo quedaron, en uno de los pisos de la planta baja, los padres del hombre armado y el propio sospechoso", precisa una fuente policial. Durante largos minutos se vivieron momentos de tensión porque los progenitores del sospechoso son mayores y el fuego estaba consumiendo el domicilio, pero la Policía Local y la Policía Nacional no podían arriesgarse a entrar porque podían recibir un disparo. 

"Ese individuo le metió fuego a una de las habitaciones de su propia casa y se pasó a la vivienda de sus vecinos aprovechando que el inmueble había sido desalojado". La maniobra para despistar a las Fuerzas de Seguridad le salió mal: no contaba con que el humo del incendio que él mismo había provocado con los cócteles molotov jugaría en su contra. "Ese hombre ha estado disparando hasta que ha perdido el conocimiento por inhalación de humo", asegura personal de Emergencias.

Un vecino de Molina de Segura ha quemado varios coches y ha disparado contra agentes de Policía.

En cuanto el atrincherado no dio señales de vida, los bomberos del CEIS y los policías desplegados en la zona aprovecharon para adentrarse en el edificio de la calle Gran Vía para rescatar a los progenitores de Antonio. El panorama que se encontró el personal del CEIS mientras controlaba el incendio era dantesco: "El padre del atrincherado estaba en el salón y tenía quemaduras en el cuarenta por ciento de su cuerpo y la madre estaba inconsciente, en un dormitorio, por inhalación de humo".

El 112 confirmaba que el parte de heridos lo componían tres hombres y una mujer, de entre 52 y 80 años de edad. El padre de Antonio -un hombre con problemas de movilidad- fue trasladado en estado grave por quemaduras al Hospital Virgen de la Arrixaca y los otros tres al Hospital Morales Meseguer por inhalación de humo.

"Casi se queman tanto sus padres como él mismo", resumía una fuente policial sin dar crédito a lo sucedido. La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer los motivos de la guerra protagonizada por Antón, donde se entremezclan supuestos delitos de atentado a agente de la autoridad, desorden público, homicidio...

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