Así son los postres que hace Tigoût, la 'Nespresso' creadora de pasteles: la cápsula vale 1,50 euros
Rodrigo Córdoba es el creador del dispositivo de 339 euros que hornea seis tipos de dulces a partir de cápsulas. Sus recetas reposteras son de un chef.
24 octubre, 2021 12:03Noticias relacionadas
Desde hace años, los consumidores de España se han acostumbrado a que, cada mañana, su máquina de Nespresso —o similares— le prepare al momento deliciosos cafés recién hechos a partir de cápsulas. Ahora, imagine un aparato que le hornee al momento hasta seis tipos de pasteles —también hechos a partir de cápsulas— para acompañar su cafecito matutino. Pues bien, este dispositivo ya ha nacido de la mano del emprendedor Rodrigo Córdoba, quien ha presentado en Madrid su original aparato y marca. Su nombre: Tigoût, del francés petit —pequeño— y goût —gusto— .
“En 2016, mi familia y yo acostumbrábamos a pasar jornadas familiares elaborando todo tipo de pasteles. Los preparábamos y, al día siguiente, teníamos la mesa llena de postres, como cheesecakes, que al final se comían los amigos que invitábamos, ya que no dábamos a basto. El punto es que para hacer repostería se necesitan horas y luego tardas sólo 10 minutos en comer el resultado. Así que un día, viendo mi máquina de Nespresso, se me ocurrió la idea de preparar pastelería gourmet al momento a partir de cápsulas, como las que se usan para el café”, explica a EL ESPAÑOL Rodrigo Córdoba, un emprendedor de origen argentino afincado en Madrid desde agosto.
Aquella alocada idea de Rodrigo se ha hecho realidad este 2021 con Tigoût, un dispositivo que cuesta 339 euros y que hornea al momento hasta seis tipos de pasteles. Todos ellos salen de cápsulas que se conservan en el congelador de casa, llegando a durar hasta un año. Estos postres, no obstante, no han nacido a partir de la nada. Han sido diseñados por el chef pastelero Damián Betular, conocido en su Argentina natal como uno de los jueces de MasterChef en el citado país latinoamericano. El afamado cocinero, de hecho, también es el chef principal del hotel Palacio Duhau Park Hyatt de Buenos Aires.
Así, gracias al invento de Rodrigo Córdoba, los consumidores, desde este mes de noviembre, pueden degustar en pocos minutos cada una de las recetas firmadas por un chef de alta cocina. En otras palabras, con Tigoût podrá comer pasteles gourmet en casa y sin demora. Por ello, este diario se ha aventurado a probar los postres recién horneados para poderlos valorar a nivel gustativo y sensorial. Todos ellos, como se ha apuntado, salen a partir de cápsulas, cuyo precio es de 1,50 euros la unidad. Veamos cómo son.
La cata de Tigoût
El reloj marca las 10:00 de la mañana cuando este diario se sienta alrededor de una mesa blanca para ver cómo se hacen los pasteles. Al creador del dispositivo Tigoût, Rodrigo Córdoba (San Nicolás de Los Arroyos, Argentina, 1973), le acompaña su mujer, Meru Artieda, y su hija mayor, Agustina. Meru, de hecho, permanece de pie al frente de tres pequeños hornos, pues ella será una pieza fundamental en la presentación del invento.
Con habilidad, la mujer, también de origen argentino, abre cada cápsula y vuelca su contenido, de 35 gramos, en unos recipientes de color negro —en la compra del pack de Tigoût le vienen dos—. Lo mismo hace su marido mientras explica la historia que le ha llevado a emprender e iniciar su nueva start up en Madrid. “Queríamos empezar la venta mundial de este aparato aquí porque hablamos el mismo idioma; tenemos una gastronomía y paladar similares y vemos a Madrid como la puerta de los mercados europeos. Además, en España, hay seguridad jurídica e institucional”, esgrime el emprendedor.
Entretanto, frente a cada comensal ya está servido el primer pastel salido del pequeño horno Tigoût. Se trata del British Soul, un “clásico Scon —panecillo— inglés tomado a la hora del té”. “ Es mi producto estrella”, se sincera Rodrigo mientras este medio lo prueba. A nuestro juicio, es una elaboración que tiene un interior más seco que los demás pasteles que permite “que se le pueda añadir jamón o queso, por ejemplo”, explica el empresario. Además, tiene un correcto punto de azúcar. Este postre, en particular, es el que más tiempo tarda en hornearse, ya que para poder degustarse habrá de esperar 12 minutos.
En el otro lado de la balanza temporal, el pastel Dark Explosion es el que menos tiempo tarda en hornearse. Aproximadamente, unos cuatro minutos y medio. “En España, conocen a este pastel como el coulant de chocolate”, aclara el creador de Tigoût. En este caso, nos recomiendan que lo probemos con cuchara, pues su interior es prácticamente líquido. Algo que es cierto porque, al hincar el utensilio, el chocolate negro belga se derrama. En cuanto a su sabor, es intenso y con fuerza, lo que hará las delicias de los consumidores más chocolateros. Está recubierto, asimismo, de una capa fina de bizcocho que engloba el dulce.
Se nota, en boca, que hay buenos ingredientes componiendo estos pasteles gourmet. “Por ejemplo, tenemos un convenio con la mayor empresa de venta de chocolate en el mundo. Tienen en torno a un 25% del mercado mundial”, asegura Rodrigo. Es más, el emprendedor asegura que también usará productos de proximidad españoles. De hecho, el empresario argentino ha aprovechado para anunciar que quiere que la producción masiva de esta nueva marca sea en este país. Concretamente, en el municipio sevillano de Estepa. “También quiere generar empleo aquí”, explica.
Más sabores
La cata avanzaba. Y, en segundo lugar, Meru, Rodrigo y los demás colaboradores, tras ocho minutos en el horno, presentan el pastelito Dark Pleasure. En este caso, también está elaborado con chocolate negro y en su interior contiene nueces. Para este medio, la textura del pastel es muy interesante pues se encuentra en estado semilíquido, lo cual le aporta mucha cremosidad. La corteza de este bizcocho en este caso es blandita.
Algo que contrasta con la corteza crujiente del siguiente pastel, el White Blend. Ésta envuelve una “masa mantecosa blondie fundida con chocolate belga blanco, pistacho y un toque de coco”, explica la empresa. Quizá, a juicio de este medio, este pastel es el menos interesante porque es bastante dulce. De hecho, el azúcar que contiene —12 gramos en la cápsula de 35— ha eclipsado completamente el sabor del pistacho y del coco.
Por último, el último pastel probado es el único salado y el único que no ha diseñado el chef Damián Betular. Es el Cheesy Bomb, “hecho a base de almidón de mandioca por lo que está libre de gluten”, explica Rodrigo Córdoba. Por tanto, es el único apto para celíacos, pero el inventor de Tigoût reconoce que “más adelante sacarán más sabores” y que “están estudiando incorporar algunos sin gluten”. Y, en nuestra opinión, nos parece que la masa es correcta y el queso interior está muy rico. Es elástico y tiene buen punto de sal.
De seminarista a empresario
Pero, como saben, tras cada invento hay un inventor. Y, tras el hornillo de Tigoût está Rodrigo Córdoba, un empresario que comenzó como seminarista, continuó como empresario nacional y, ahora, se ha lanzado a los mercados internacionales con la creación de esta nueva start up. Si bien es cierto que para la fabricación de su invento ha contado con la colaboración de la empresa alemana Severin, no es menos cierto que la idea nació en su cabeza y en la cocina de su casa.
Hasta llegar a este momento, no obstante, Rodrigo ha pasado varias etapas en su vida. “En 1991, con 18 años, empecé a estudiar para ser cura, pero duré menos de un año. La experiencia, eso sí, me ha marcado para toda la vida”, explica el emprendedor a EL ESPAÑOL. Tras ello, el empresario aprendió sobre informática y relaciones públicas, aunque no acabó los cursos. “Me escapaba de la facultad para ir a trabajar a la empresa de mi padre”, recuerda Rodrigo.
Aquello supuso el germen de su inquietud en el mundo empresarial. Una inquietud que le llevaría a dirigir una empresa, a nivel nacional, de importación y distribución de cascos y otros productos para motociclistas. “Al vender la empresa, decidí invertir todo en Tigoût”, explica. Ganó un capital cercano a los dos millones de dólares que invertido en el desarrollo del nuevo aparato que hornea pasteles a partir de cápsulas. Ahora, el emprendedor se ha mudado a Madrid, junto a su mujer Meru y sus hijos Agustina, Santiago, Sofía y Manuel —Juan, el mayor, estudia en Argentina—, con la esperanza de que este nuevo y original negocio prospere.
—Rodrigo, ¿por qué Tigoût sólo ha lanzado seis sabores?
—Tras participar en varias ferias y ver lo que más les gustaba a 200 familias argentinas que han estado probando Tigoût, hemos percibido que son los seis sabores que más han triunfado. Han funcionado muy bien. Hicimos más sabores, pero los que pensamos que más éxito iban a tener, han sido los que más se venden. Por ello, empezamos con estos sabores.
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