Las redes sociales, sobre todo Twitter, se han convertido en un mar de lágrimas cuando diferentes medios de comunicación han publicado este jueves la historia de Manel Monteagudo, un gallego de 75 años que, según él mismo relataba en diferentes entrevistas, había estado en coma durante 35, desde 1978 hasta 2014, convirtiéndose en la persona que más tiempo ha permanecido en estado vegetativo desde que se tienen registros médicos.
Según Manel relataba, el accidente que le provocó el coma se produjo el 28 de febrero de 1979, mientras se encontraba trabajando en un barco frente a la costa de Basora, Irak. "Me caí desde una altura de seis metros y me golpeé en la cabeza", cuenta en una entrevista con un medio nacional. En el reportaje, afirma que estuvo unos meses ingresado en un hospital de la ciudad iraquí hasta que, sin dar una fecha concreta, fue trasladado a otro centro de A Coruña donde estuvo otros cuantos años –nuevamente, sin dar ningún dato concreto– del que fue definitivamente trasladado a casa, donde sobrevivió, gracias a los cuidados de Conchi, su tierna novia, hasta su inesperado despertar el 15 de octubre de 2014.
En los emotivos vídeos que se la han grabado, Manel asegura que lo que más le sorprendió al despertar fue descubrir cómo había cambiado el mundo: "Era todo muy diferente. No entendía la tecnología. […]. Lo que más me sorprendió fue descubrir que estaba casado, que había sido padre y abuelo y que España había ganado un Mundial, ¡si siempre caía en cuartos!". Una historia muy emotiva que, desgraciadamente, no es real.
En primer lugar, porque Manel Monteagudo ni siquiera es su nombre, sino un pseudónimo con el que el protagonista de la historia firma sus libros, pues es también poeta. Su auténtico nombre es José Manuel Blanco Castro y su historia es muy diferente a como los medios de comunicación la han contado.
Casado y padre, pero en coma
Cuando te secas las lágrimas después de leer la historia de José Manuel, pues aquí no usaremos su pseudónimo, te das cuenta de que algo no encaja. De que las piezas son demasiado extrañas como para formar un puzzle tan bello y perfecto. En primer lugar, porque los números no salen.
Según él mismo narra, tiene dos hijas, una de 37 años y otra de 26, las cuales, respectivamente, habrían nacido en 1984 y 1995, hecho completamente imposible –a no ser que no fueran sus hijas, claro– pues él estaría en coma (recuerden ustedes las fechas de su estado: de 1978 a 2014). Cuando algunos periodistas se dieron cuenta de que las fechas no coincidían y decidieron preguntarle cómo era posible reproducirse en esas circunstancias, respondió que "prefería mantener en la intimidad los detalles".
Ante esta respuesta, los más crédulos teorizaron que quizá podía deberse a que le extrajeran el semen mientras estaba en coma y su novia –con la que, además, se habría casado mientras estaba vegetativo, detalle también importante– se inseminara artificialmente.
"Eso es imposible", aseguran fuentes jurídicas a El Español. "Entiendo poco de medicina, pero mucho de legislación, y te puedo asegurar que ningún médico se jugaría su trabajo por hacer una burrada así. Lo del matrimonio mientras estaba en coma ya es de risa. La legislación española es muy clara y especifica perfectamente que el matrimonio tiene que ser voluntario y consensuado, y mientras estás en coma lo veo difícil. Difícil no: imposible".
Diferentes versiones
Con una búsqueda de cinco minutos en Dante’s Gate, un software especializado que te muestra toda la información pública de una persona en Internet, descubrimos que la historia de José Manuel es irreal. Y no irreal porque lo elucubremos nosotros, sino porque él mismo lo reconoce: la historia es tremendamente sencilla de desmontar.
Siendo poeta como es y teniendo varios libros publicados, ha realizado multitud de entrevistas en diferentes medios de comunicación regionales, entre ellos, La Voz de Galicia. En una de estas entrevistas, fechada el 24 de diciembre de 2019, cuenta también que tuvo un accidente, sin embargo, cambia por completo la historia. En ella, cuenta que, después de caer desde seis metros de altura en un barco amarrado a Basora –aquí ya no estaba frente a la costa, sino en el propio puerto– se quedó en coma y permaneció en este estado durante "solo" 64 días. ¿No habíamos quedado en que eran 35?
Después, según narra, fue trasladado el 19 de junio A Coruña, donde permaneció encamado y en rehabilitación durante 16 meses en el Hospital Modelo, hasta que recibió el alta y fue mandado a casa, donde tuvo que estar otros 14 meses en la cama. Algo que, aunque desde el propio hospital no pueden corroborar -por salvaguardar la protección de datos- ni confirman ni desmienten a este periódico. Aquí la historia cambia por completo.
Según él cuenta, durante esos años sufrió de amnesia y "no recuerda" haberse casado ni haber tenido dos hijas. Sin embargo, nada de estado vegetativo. En esta entrevista, afirma tener un agujero negro de esos años y tener que volver a aprender a escribir, pues prácticamente se le había olvidado.
En cualquier caso, se cuestiona constantemente en las entrevistas que da, pues en algunas, como en una de ellas a un diario nacional el 10 de noviembre de este año, afirma que tuvo el accidente el día que cumplió 22 años, mientras que en otras cuenta que fue en el aniversario de sus 23. Sus mentiras y contradicciones se extienden hasta el punto de que, dependiendo del medio y el entrevistador que le toque, cambia la versión de su nacimiento, ya que en algunas asegura que nació en Noia, mientras que en otras afirma que fue en Outes, ambos municipios coruñeses.
Ah, eso sí: en todas las entrevistas posa con su nuevo libro en las manos, para que se vea bien.
Trabajando en coma
Si le apretamos las tuercas a Dante’s Gate, nos llevará más atrás en el tiempo, hasta la biografía que hay en la web de la editorial Vive Libro, sello literario en el que publicó su primer poemario.
En esta biografía, contada en primera persona, asegura que, en el año 1988, volvió a trabajar en la antigua naviera en la que había estado empleado antes de hacer la mili. Recordemos que su supuesto coma se produjo entre 1978 y 2014, por lo que, según él mismo reconoce, habría estado trabajando como electricista marino cuando aún le quedaban 26 años para despertar.
En llamada telefónica con Vive Libro, la editorial ha asegurado que José Manuel "ha comentado" alguna vez que estuvo en coma, pero sin darle más relevancia. Por otro lado, fuentes del SERGAS (Servicio de Salud Gallego) consultadas por esta casa, aseguran no tener conocimiento de ningún coma que durara 35 años.
EL ESPAÑOL ha intentado contactar con José Manuel Blanco Castro, sin embargo, no ha respondido a las cinco llamadas que se le han realizado para que contara su versión de los hechos.
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