La droga intervenida por la Policía Nacional en Alcantarilla no se custodia en un cuarto seguro, sino en cajas apiladas en un trastero, cutre y sin ventilación, bautizado por algunos agentes como 'el zulo'. Los detenidos que entran a la sala de reseñas tienen que andarse con ojo porque el techo está al descubierto: faltan placas de pladul y el cableado cuelga. Tales situaciones reflejan la precariedad del edificio que alberga una comisaría donde trabajan 86 funcionarios: un casón de 1890, que primero fue un domicilio familiar, luego albergó a la Guardia Civil y desde hace cuarenta y tres años acoge unas dependencias policiales.
"Probablemente sea la comisaría en peor estado de la Región de Murcia: el edificio pertenece al Cuerpo desde 1978 y su última remodelación de calado se hizo en los años ochenta", según denuncia SUP. Para el Sindicato Unificado de Policía "el lamentable estado" de las dependencias no está a la altura del trabajo de una plantilla que en lo que va de año ha practicado 432 detenciones, frente a las 356 de 2020, y que se juega la vida en más de un servicio porque estar destinado en Alcantarilla es sinónimo de enfrentarse a estas situaciones:
Marzo. En un pub del Polígono Oeste se produce una tangana que se salda con uno de los implicados sacando un fusil de guerra -tipo Cetme- con el que tirotea toda la fachada. Mayo. En el poblado chabolista de 'El Campico', a plena luz del día, dos grupos rivales se lían a tiros porque la venta de droga es el sustento de muchas familias. Octubre. En el Barrio de San José Obrero, cuyo sobrenombre es 'La Ciudad Sin Ley', un operativo policial desmantela media docena de narcoviviendas.
Y frente a tales riesgos, los agentes empiezan a desesperarse porque nunca se materializa la construcción de la nueva comisaría de Alcantarilla, proyectada desde la pasada legislatura en unos terrenos del Barrio de La Torrica, que el Ayuntamiento de Alcantarilla le cedió al Ministerio del Interior. "En ese solar se ha puesto una primera piedra en dos ocasiones, pero pasan los años y no empiezan las obras: la plantilla no merece trabajar en un edificio en malas condiciones", critican desde SUP.
Arrollado por renovar el DNI
Este sindicato no exagera a tenor del contenido de las fotos del interior del 'casón-policial' a las que ha accedido EL ESPAÑOL. Algunas tejas de la fachada para que no se caigan sobre los peatones están sujetas con unos pegotes de cemento, que no suscribirían ni los albañiles Manolo y Benito, en la comedia 'Manos a la obra', que emitió Antena 3. Esta situación es una anédcota en comparación con el hecho de que la comisaría no es accesible para ciudadanos con movilidad reducida o discapacidad.
"Cuando viene una persona en silla de ruedas no puede entrar, por la poca anchura de las puertas, así que tiene que esperar en la calle a que un funcionario salga para tomarle las huellas".
Por si las instalaciones no tuviesen poco con sus propios problemas estructurales, encima están pegadas a un inmueble en estado de abandono. "La comisaría de Alcantarilla está parcheada y el edificio que tiene al lado, se encuentra en ruinas, va acumulando agua con las lluvias, y existe un peligro real de que se derrumbe sobre las dependencias policiales", según alerta SUP.
En las imágenes del casón de la Policía Nacional hay paredes con grietas y columnas con humedad. De hecho, allá por marzo de 2010, la Confederación Española de Policía ya exigió su cierre cautelar tras desplomarse sobre los ordenadores de la Policía Científica, dos placas, una bovedilla de hormigón y la escayola del techo. Por suerte, en ese momento no había agentes trabajando. "Cada vez que llueve tienen que pasar el mocho por las filtraciones a través de las ventanas de los despachos: son de madera de época".
A las carencias estructurales suman las de espacio. La oficina del DNI es tan pequeña que cuando se juntan varios ciudadanos, algunos tienen que esperar en la acera, haga frío o calor, con el riesgo que a veces entraña para su integridad física por el trazado de la calle Eras donde está la comisaría. "Es una vía muy estrecha, la 'sala de espera' es la acera, y hace unas semanas arrollaron a un hombre: un camión le golpeó cuando aguardaba fuera su turno para renovar el Documento Nacional de Identidad", tal y como detalla un agente.
Algunas de las dependencias tienen quince metros cuadrados y los policías están semihacinados en plena pandemia: "Por estancia solo pueden trabajar tres o cuatro agentes a la vez". Otro ejemplo: "La oficina de denuncias es tan pequeña que tuvieron que cerrar un patio de luces que hay detrás para darle más espacio". Para cerrarlo estuvieron tan poco acertados que en vez de hacer un techo de obra, pusieron uno de uralita: un agente considerado por las autoridades sanitarias como un cocarcinógeno.
Las armas al armario
Más deficiencias en materia de riesgos laborales. No hay desfibrilador, ni salida de emergencias en altura, un conmutador de luz está sujeto a la pared con precinto policial... "El edificio tiene cuatro plantas y en caso de incendio, todo el mundo tendría que buscar la salida principal bajando por las escalares interiores que son estrechas". Las dimensiones de este inmueble del siglo XIX obligan a que un cuartucho haga el papel de almacén, donde se guardan raciones de comida para los detenidos, productos de limpieza, mantas y colcochonetas para los calabozos...
Las instalaciones no cuentan con zona de seguridad donde ubicar un armero adecuado al protocolo. "Un armario común, con una cerradura estándar, es lo que ahora hace la función de armero, y además está en la oficina de denuncias donde el trasiego de gente es constante", tal y como alerta SUP, sin entrar en más detalles sobre la situación exacta del armamento. "No es el sitio apropiado: debería estar en una zona alejada del acceso del público y con las debidas garantías".
El Ayuntamiento de Alcantarilla adoptó los primeros acuerdos para solicitar la construcción de una nueva comisaría en 2016, cuando era director general de Policía, Ignacio Cosidó. El propio Cosidó llegó a visitar la localidad, la quinta de la Región de Murcia por peso poblacional, con el objetivo de conocer el estado en el que se encontraba el casón que por aquel entonces contaba con 126 años de historia.
En los Presupuestos Generales del Estado de 2018, el Gobierno de Mariano Rajoy llegó a consignar 100.000 euros para los trabajos de redacción de las nuevas dependencias policiales, valoradas en dos millones de euros en inversiones plurianuales.
Cesión por 5 años
El proyecto no arrancó por dos motivos. El primero, tras aprobarse los presupuestos se cambió de Gobierno, a raíz de la moción de censura de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy. Y el segundo motivo del retraso, es la tramitación administrativa de la cesión del solar por parte del Consistorio al Ministerio del Interior. "El acta de formalización de la cesión de la parcela fue el 2 de mayo de 2019", según explica a EL ESPAÑOL una fuente del departamento de Fernando Grande-Marlaska.
El equipo de Gobierno municipal, que lidera el alcalde del PP, Joaquín Buendía, se plantea anular la cesión de los terrenos en el Barrio de La Torrica porque el plazo para que inicie los trabajos el Ministerio expira en 2022. Sin embargo, este portavoz de Interior recuerda a los populares que "el periodo mínimo establecido por ley para las cesiones es de cinco años, con lo que hasta mayo de 2024, estamos en plazo".
Para este ejercicio no hay previsión de mover un ladrillo y en los Presupuestos Generales del Estado de 2022 no se ha consignado un euro para la Comisaría de Alcantarilla. De modo que el Sindicato Unificado de Policía ha iniciado gestiones para presionar por la situación de la plantilla en las actuales dependencias: "Vamos a hacer un escrito a la Dirección General de Policía para trasladar la necesidad de ese proyecto".
También solicitarán, como alternativa, cambiar el casón de época por el antiguo edificio de los sindicatos que hay justo enfrente. "Es una concesión del Ministerio de Fomento a UGT y en la actualidad no está en uso, vamos a pedir que se ceda a la Policía Nacional porque si se invierte dinero, ofrece buenas características para acoger una Comisaría porque es muy grande y se encuentra en mejor estado".
Es lo mínimo para una plantilla que también sufre carencias de material porque siguen esperando los escudos balísticos y los fusiles de asalto que han pedido para estar equipados a la altura de situaciones de riesgo que viven en Alcantarilla. A pesar de ese hándicap, la plantilla sigue cumpliendo. Prueba de ello es la 'Operación Sukkan', desarrollada junto a la Guardia Civil, donde han desarticulado un grupo criminal, compuesto por diez personas, que había cometido 26 delitos: robo con violencia en viviendas habitadas, hurtos, falsedad documental, tráfico de drogas...