La Dirección General de Tráfico (DGT) ha sancionado en numerosas ocasiones a los conductores por conducir con el abrigo puesto, no es un acto especificado en el Reglamento de Circulación, pero hacer uso de esta prenda, puede suponer riesgo doble: multa de 200 euros y disminución de la seguridad al volante. Con las bajas temperaturas y los minutos que tarda el vehículo en calentarse una vez encendida la calefacción, son muchos los conductores que optan por dejarse el abrigo puesto para ir entrando en calor.
Ningún artículo de la Ley de Tráfico tipifica que el conductor debe sentarse al volante sin abrigo, pero sí que debe hacerlo de manera que ninguna prenda de vestir le reduzca su libertad de movimientos. Así lo expresa el artículo 18: "El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimiento, el campo necesario de visión, y la atención permanente a la conducción que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía".
De esta manera, si un agente de tráfico estima que el conductor porta una prenda de vestir que afecta a una conducción segura y correcta, impondrá una sanción económica de 200 euros, sin la pérdida de puntos. Ocurre lo mismo en verano con las camisetas de tirantes, las chanclas o conducir sin ninguna prenda superior.
La temperatura idónea para la conducción no debe exceder los 22 grados, ya que de lo contrario, podría verse afectado el tiempo de reacción y los niveles de somnolencia.
El uso del abrigo puede reducir la libertad de movimiento en los brazos, los giros en la conducción, puede causar calor, sofocos, puede desajustar el cinturón e impedir su funcionamiento en caso de colisión o accidente.
Del mismo modo, tampoco está permitido conducir con guantes aunque las manos tengan estalactitas porque, al igual que los abrigos, condicionan la movilidad y ralentizan las reacciones al volante.
Existen cinco sencillos consejos que ayudarán a utilizar correctamente la calefacción del coche y evitar así usar prendas acolchadas: el sistema de calefacción, al contrario del de aire acondicionado, no supone un incremento del consumo del combustible, por lo que no hay que tener reparo en encenderla cuando es necesario; tener paciencia, esperar a que el coche coja la temperatura idónea poco a poco y por último, cuando el coche recorre unos kilómetros, será más fácil que genere calor de manera más rápida.
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