Abel Caballero no es el rey: el mapa de cuánto gasta cada capital de provincia en las luces de Navidad

“Nueva York se nos va a quedar pequeña” decía Abel Caballero, alcalde de Vigo. Se refería, por supuesto, a su sueño de convertirse en el centro del universo navideño: aspira a deslumbrar a la mismísima Estación Espacial Internacional, a metamorfosear Vigo en un enorme sol que obligue al resto del mundo a mirarla con gafas protectoras. Podría pensarse que Caballero tiene síndrome de Ícaro y que su pretensión es tan vana como la de Fitzcarraldo al hacer navegar su barco por el istmo que lleva su nombre. Sin embargo, lo cierto es que los ayuntamientos tienden a incrementar cada año las partidas destinadas a la iluminación de la ciudad por estas fechas. Ahora que se han encendido las luces en la práctica totalidad del país, EL ESPAÑOL analiza cuánto se gastan las 52 capitales de provincias. ¿Derroche o inversión?

Pero antes, un poco de contexto. Y es que en la actualidad no habría que hablar tanto de la Navidad como de las Navidades: un conjunto de ideas que se han ido añadiendo a las preexistentes hasta convertirse en tradición y dar lugar a lo que en el imaginario popular se entiende hoy por estas fiestas. El primero de estos inventos fue, por supuesto, del Papa Liberio: cuando situó el nacimiento de Jesús en diciembre para que coincidiese con las Saturnales. Celebraciones, por cierto, que tenían fama de desafiar a la noche: entre otros homenajes a Saturno, los romanos remedaban al sol con sus linternas en mitad de la oscuridad.

En el siglo XVIII, los alemanes empezaron a colocar árboles de Navidad en las ciudades y en las casas. Al principio, se decoraban con velas; pero luego llegaron –¡cómo no!– los estadounidenses: Edward H. Johnson, del estudio de Edison, tuvo la idea de sustituir el fuego de las velas por la electricidad incandescente de las bombillas. Imagínense vivir en Manhattan a finales del siglo XIX y el brillar rojo, blanco y azul de un arbolito solitario destacara a través de las ventanas en la 5ª Avenida. En 1895, el presidente Grover Cleveland copiaba la idea para su abeto de la Casa Blanca y ya no había vuelta atrás.

Así –y resumiendo mucho– se ha pasado de la ocurrencia del Papa Liberio (hay que reconocerle el talento emprendedor: cogió una exitosa fiesta pagana y la convirtió en una cristiana) a la de Abel Caballero, decidido a conquistar la noche como la antigua Roma. Vigo firmó en 2018 un contrato de tres años con Iluminaciones Ximénez por valor de 2.5 millones de euros. Ahora, lo ha renovado por dos años subiendo la apuesta: el alumbrado de este año, con 11 millones de luces LED más, costará 929.052 euros (3,1 euros por persona). Pero ¿son las Navidades más caras de todo el país?

Madrid, líder

El ayuntamiento presidido por José Luis Martínez-Almeida destinará este año 3.6 millones de euros a iluminar la capital del país desde el 26 de noviembre hasta el 6 de enero. Esto supone un incremento del 11% con respecto a 2020. Pero en la Comunidad de Madrid hay otras ciudades que gastan más que muchas capitales provinciales del resto de España. Es el caso, por ejemplo, de Torrejón de Ardoz, que en su lucha por convertirse en ciudad de la Navidad hizo un contrato por cuatro años y 780.000 euros: 195.000 euros por temporada.

Barcelona se sitúa como segunda en este ranking con un presupuesto para estas Navidades de 2.148.500 euros, lo que supone un incremento del 32 % con respecto al año pasado (las restricciones por Covid-19 disminuyeron la inversión y explican que este año muchos ayuntamientos hayan subido el presupuesto). La ciudad condal iluminará 100 km de calles durante 258 horas en total y con un 100% de luces LED. Solo el Port Vell, por ejemplo, acaparará 194.205 euros, aunque está por ver si Ada Colau gastará todo el presupuesto.

Después –y bastante alejadas de Madrid y Barcelona– aparecen Málaga (1.200.000 euros, la mayoría invertidos en la céntrica calle Larios), Palma de Mallorca (1.076.499 euros), Sevilla (844.700 euros), Zaragoza (700.000 euros), Huelva (alrededor de 560.000 euros) y Santa Cruz de Tenerife, que con 507.000 euros cierra el top de las ocho capitales que gastan más de medio millón.

Ceuta, la que menos

En los antípodas de estas ciudades se situaría Ceuta con un gasto de 5.650 euros (sobre un presupuesto de 7.500 euros). La sigue Lleida, cuyos 6.200 euros contrastan con los más de dos millones de Barcelona. El podio de las que no llegan a los 10.000 euros lo cierra Granada con 7.809 euros. El gasto total de estas tres capitales juntas es de 19.659 euros; tan solo Teruel (18.600 euros) invierte menos que ellas.

Esta austeridad se acerca a quienes adoptan posiciones contrarias al despilfarro. Ya en 2019, poco después de que Vigo iniciase su estrategia navideña, FACUA-Consumidores en Acción criticó duramente a ayuntamientos como los de Málaga, Vigo o Madrid por su “espectáculo obsceno y bochornoso mientras hay familias que no tienen ni para pagar la luz”. A su vez, pedían que compitiesen en solidaridad y no en ver quién gastaba más.

¿Cuánto paga el ciudadano?

En 19 capitales no se llega al euro de gasto medio por habitante. Los que menos pagan son los granadinos (0,03 euros). En 50 céntimos o menos están: Valencia (0,4 euros), Guadalajara (0,5 euros tras la gran bajada de este año: de 186.000 euros en 2020 a 43.000 euros), Granada (0,03 euros), Huesca (0,4 euros), Teruel (0,5 euros), Lleida (0,04 euros), Oviedo (0,5 euros), Bilbao (0,2 euros), Vitoria (0,5 euros), Ceuta (0,06 euros), A Coruña (0,5 euros) y Burgos (0,5 euros).

Madrid (1,1 euros) o Barcelona (1,3 euros) gastan mucho, pero también se reparte entre mucha gente. Así, las capitales que gastan más de dos euros por habitante son Málaga (2,1 euros), Girona (2,1 euros), Santa Cruz (2,4 euros), Palma de Mallorca (2,5 euros, con una subida este año de 161.000 euros), Ourense (2,5 euros). Y, superando los tres euros: Soria (3,4 euros) y Huelva (3,9 euros).

A su vez, destacan grandes subidas con respecto al año pasado. San Sebastián, por ejemplo, ha pagado en 2021 casi el doble (de 196.019 a 338.842 euros, a razón de 1,8 euros por donostiarra). Sin embargo, el gran beneficiado de todo esto es Iluminaciones Ximénez, una empresa cordobesa que está presente en más de 180 puntos del país y que se encarga del alumbrado navideño de buena parte de las capitales españolas.

Lío contractual

La Ley de Economía Sostenible obligó a un mayor grado de transparencia en el sector público. Así, los contratos realizados por los ayuntamientos deben estar publicados en la Plataforma de Contratación. EL ESPAÑOL ha analizado las licitaciones allí publicadas y halla que, en algunos casos, es complicado encontrar toda la información al respecto. A veces ocurre esto simplemente porque no están actualizados los acuerdos de prórroga de contratos anteriores. En otros casos, hemos comprobado que en algunos ayuntamientos se hacen contratos conjuntos para todas las fiestas de la ciudad (por ejemplo, Cádiz engloba Navidad y Reyes, Carnaval, Fiesta de Todos los Santos y Festividad de Nuestra Señora de la Palma).

Lo complejo del asunto es que, en estas capitales, la única manera de saber cuánto dinero irá dirigido a cada celebración por separado es a través del propio ayuntamiento. En Murcia, por ejemplo, se ha firmado un contrato –para los próximos dos años y dividido en ocho lotes– de 2.459.652 que engloba las “Fiestas de Primavera, Feria de Murcia, Navidad, Fiestas Populares y otros eventos”. O en Melilla, donde son 4.554.745 euros en cuatro años (a razón de 1.138.745 euros cada uno) para todo. Por ello, algunas de las cantidades que aparecen en la siguiente tabla corresponden a un cálculo aproximado: