Resta muy poco para la Nochebuena y también para la Nochevieja. Conforme pasan las horas, los contagios de Covid-19 avanzan exponencialmente. Aún no se sabe cuándo se alcanzará el pico de la sexta y ola, por lo que Pedro Sánchez se reunirá con los presidentes de las Comunidades Autónomas para tratar de frenar el ascenso de la curva este miércoles. Las medidas aún no se conocen, pero hay un sector que se siente en el punto de mira: el ocio nocturno.
"Es un buen momento para explicar que la dinámica en la que se ha entrado en la última semana no está justificada". Estas palabras las expone, en conversación con EL ESPAÑOL, el portavoz de España de Noche, Vicente Pizcueta. "En España no se contempla batir récords de ningún tipo en la sexta ola", dice. "Tenemos que exigir rigor".
De momento, la sexta ola ya se ha llevado por delante al ocio nocturno en Cataluña. Lo tacha de "canallada absoluta" y temen que se predique con el ejemplo en el resto de Comunidades.
"Tiene al sector que se sube por las paredes. Con la poca liquidez que tenías, ahora qué hacemos. Deberían haber anunciado aportaciones económicas a la vez que se anunciaba el cierre", apunta Pizcueta. "Pero eso no lo hicieron".
Alrededor de 1.000.000 de entradas ya han sido vendidas para los cotillones de Nochevieja en toda España, según la asociación representante del ocio nocturno. En las redes sociales, algunos jóvenes incluso venden sus pases. Si se decreta el cierre del ocio nocturno en todas las comunidades, ¿qué pasará con ese millón de entradas?
El sector se siente en el punto de mira y no lo entienden. No saben qué ocurrirá este miércoles en la Conferencia de Presidentes, pero tienen claro qué le piden a los políticos: "Lo que reclamamos es que la reunión se haga con rigor. Tenemos que ir con una hoja de ruta, con propuestas tasadas en el calendario".
Criminalizados
El sector del ocio nocturno emitió un comunicado este martes por la mañana. "Pedimos al Gobierno central y a los autonómicos que no tomen decisiones precipitadas y hagan un análisis riguroso de la situación sanitaria en la Conferencia de Presidentes Extraordinaria, del próximo miércoles 22 de diciembre, para no repetir los errores del pasado y estigmatizar a las pymes más castigadas hasta ahora".
Creen que si ellos tuvieran la culpa de los contagios, ya se habría erradicado la pandemia. "Hemos estado abiertos 12 semanas de 86", comenta Pizcueta.
Además, estiman que el cierre de sus negocios podría traer nuevas complicaciones estas navidades. Si estas medidas concretas no vienen acompañadas de restricciones de movilidad, avisan, se podrían producir los macrobotellones que se vieron al inicio del pasado verano.
"Es que esto es inútil. Es que ya lo hemos visto, es que hemos podido hacer ensayos. Si la alternativa son miles de jóvenes haciendo botellón", apunta Pizcueta indignado.
"Restringir la actividad de los locales de ocio solo puede provocar la reactivación de los macrobotellones que, como ya se pudo comprobar el verano pasado, provocaron los peores efectos de la quinta ola, ya que los jóvenes compartían botellas, besos, abrazos y porros sin ningún tipo de control ni restricción", decía el comunicado.
Pizcueta señala que el ocio nocturno ha tomado medidas para evitar contagios. Además, señala que con la situación actual, no se producirán grandes aglomeraciones. "Este fin de semana pasado, el mejor del año para la hostelería por las cenas de Navidad, sólo hubo una ocupación del 40%", resalta.
Asume que el 31 de enero los locales de ocio no estarán llenos, porque se autorregularán y no es uno de los mejores días, apunta, para la hostelería. Además, algunos empresarios ya han comenzado a tomar medidas: petición del certificado Covid o pruebas PCR o de antígenos negativa a la puerta del local.
Navidades en familia
Lo cierto es que la alarma por el ascenso de los casos por Covid-19 parece estar instaurada en España. Los casos de Covid aumentan, aunque las hospitalizaciones y los ingresos en UCI no.
No obstante, son muchos los que se plantean cómo serán sus navidades y la Organización Mundial de la Salud ya ha pedido la cancelación de los eventos. EL ESPAÑOL ha preguntado a varias personas para saber cómo serán sus vacaciones.
Valentina Baños es camarera. Tiene respeto a la Covid-19 por el aumento de los contagios, aunque no miedo. "Pero hay que seguir haciendo las cosas bien", afirma. En los últimos días, Valentina no ha tenido contacto ni conocidos con positivos, pero optará por pasar la Navidad en familia. Será en Nochevieja cuando salga de fiesta. Eso sí, sólo si sale algún plan con los amigos. "No quiero estar con mucha gente".
Las hermanas Morales también muestran respeto por la Covid-19. Gema y Sara Morales dejarán estas fiestas para la familia. Igualmente lo hará Jesús Díaz, quien hará una cena "cortita, con poquita gente". En lo que discrepan es en lo de aceptar a no vacunados en la mesa. Abogando todos por la libertad individual, a ellas les da "respeto" que no estén vacunados y él no los aceptaría en la mesa.
Karen Dorta, odontóloga, y Carlos Gutiérrez, profesional del márketing digital, pasarán las fiestas juntos. No tienen miedo a la Covid-19 porque están vacunados y los casos que conocen de ómicron son leves. Se harán una prueba de antígenos antes de la cena de Navidad que harán junto a los padres de él. "Por estar un poco más tranquilos", reconocen. Sobre cenar con no vacunados, exponen que "si se han hecho una prueba y son negativos" no tendrían problemas. "Si no, andaría con la mosca detrás de la oreja", apunta Dorta.
El ascenso de la preocupación lo están notando en los últimos tiempos Cristina González, coordinadora de eventos, y Diego Loeras, relaciones públicas. "Hay gente vacunada que está dando otra vez y te lo piensas un poco", dicen. Tomarán todas las medidas posibles porque esta Navidad la pasarán con la familia de ella. No tendrán problemas con la vacunación, porque todos se han inyectado. "Mi abuela, tres dosis", recalca Cristina.
Los colegios son otro foco caliente ahora mismo. Andrea Morán, Sergio Rincón y María Plasencia son profesores, pero cada uno muestra una opinión diferente. Si María muestra miedo por el aumento de los casos, Andre cada vez tiene menos. Sergio, por su parte, ha sufrido la Covid en dos ocasiones, así que le ha perdido un poco el miedo al virus.
Todos pasarán las vacaciones con su familia. En el caso de Sergio, limitará las reuniones de amigos, sobre todo para cuidar de que sus padres no se contagien.
Almudena Calleja y Claudia Arellano también limitarán su vida social durante las vacaciones. Ambas han conocido varios contactos positivos a su alrededor en los últimos días y quieren aprovechar el tiempo de vacaciones que pasarán con su familia. Por ello, se cuidarán de la Covid-19.
"En Navidad estaré en casa con mi familia durante la cena; en nochevieja no tengo pensado salir. Tengo en mente vacaciones tranquilas, familiares (asegurando estar libre de covid con test previo), enfocarme en el deporte y hacer alguna escapada rural", señala Almudena.
"Vivo fuera de mi tierra y voy a estar en mi ciudad 2 semanas y no quisiera desaprovechar el tiempo con mi familia estando confinada con COVID, por esa razón sí que tengo miedo. Quiero pasar el máximo tiempo con ellos", apunta Claudia.
La misma presión siente otra andaluza como la periodista Asunción Blanco, que tampoco saldrá este año de fiesta. "Me siento tranquila gracias a estar vacunada, pero son días clave y contagiarme ahora supondría no poder volver a casa y pasar estos días con mi familia. Más que miedo es presión", esgrime. Ella no aceptaría no vacunados en su mesa, aunque no tendrá que vivir esa situación. "Por suerte algunos van ya incluso por la tercera dosis, recalca".
Por último, Álvaro Sánchez está "rodeado de positivos". Él aboga por pasar las Navidades en familia y, en caso de llegar libre de Covid-19 a Nochevieja, hará una fiesta "pequeña en un piso del círculo cerrado de amigos". Él no aceptaría a no vacunados en la cena "y mucho menos en la fiesta".