Toni el Terremoto es un conocido feriante de Valencia que desde hace años se dedica al alquiler de atracciones infantiles. Ha recorrido medio territorio nacional llevando a los pueblos de España los espectáculos más buscados por el público infantil: los coches de choque, atracciones hinchables de grandes dimensiones o el tren de la bruja.
Toni el Terremoto, nombre con el que es conocido entre el sector, es el propietario del castillo hinchable de Mislata en el que han fallecido dos niñas, de 8 y 4 años respectivamente, al salir volando por una fuerte racha de viento. Desde que ocurrió el suceso, está destrozado y rodeado de su familia y amigos. “Está bloqueado”, dicen personas cercanas al empresario, y no contesta a los mensajes que muchos de sus compañeros le han escrito estos días para mostrarle su apoyo. Jamás hubiese imaginado que una tranquila tarde de Navidad podía tener un final tan trágico.
El accidente del castillo hinchable de Mislata, un municipio pegado a la ciudad de Valencia, deja dos víctimas mortales, multitud de preguntas y un pueblo conmocionado que enmudeció la tarde noche del 4 de enero. La segunda víctima, de tan solo 4 años de edad, falleció este domingo por la tarde en el hospital Clínico de Valencia. Pese a los intentos del personal médico, el fuerte impacto contra el suelo que le causó el accidente le ha provocado el fallecimiento.
La primera niña en fallecer, de 8 años y de nombre Cayetana, murió poco después del suceso en el hospital La Fe de Valencia. En su caso, la familia ya ha anunciado que iniciará acciones legales para depurar responsabilidades al considerar que pudo haber negligencia durante el montaje. Los sistemas de anclaje que se emplearon son la clave del caso y todo apunta a que no eran los adecuados.
La investigación policial determinará si las instalaciones eran seguras o si se trata de un accidente inevitable producido por las fuertes rachas de viento, que superaron los 70 kilómetros por hora en la zona. La normativa establece que, con un viento superior a los 38 kilómetros, este tipo de hinchabes de gran tamaño debe paralizar su actividad por seguridad.
Este no es el único accidente ocurrido en un castillo hinchable en los últimos años. Desde 2014, cuatro menores han fallecido y varias decenas han resultado heridos como consecuencia de accidentes en este tipo de atracción infantil en España.
Una empresa familiar
Toni el Terremoto tiene nietos pequeños y vive con verdadera angustia el desarrollo de los últimos acontecimientos. Su entorno ha afirmado a EL ESPAÑOL que nunca se han producido accidentes de esta magnitud en instalaciones de su propiedad y defiende el trabajo y profesionalidad de los feriantes.
El centro de operaciones de su empresa familiar está en La Eliana, un municipio situado a 25 kilómetros de Valencia, y sus atracciones han pasado por multitud de pueblos valencianos. Es un empresario de “toda la vida” y desde que es un niño se dedica a este tipo de actividades. Además del castillo hinchable, en la Feria de Mislata también montó otras atracciones como el tren de la bruja o los coches de choque.
Muchos ayuntamientos han contratado sus servicios durante años. “Es una familia que se dedica toda la vida a esto, son conocidos, y tienen buena relación con todo el mundo”, explican. No habla con nadie desde que se produjo el accidente. Ahora deberá explicar a los investigadores los anclajes que emplea en sus castillos hinchables y las medidas de seguridad desplegadas.
La Policía ya tiene en su poder el certificado de inspección anual de la inspección de la instalación; el certificado final de instalaciones emitido por un ingeniero independiente aportado por la empresa que gestiona la feria; así como el seguro de responsabilidad civil y el plan de emergencias
Los agentes de la Policía Científica recogieron pruebas horas después del accidente y trabajan ahora en la elaboración de un informe que entregarán al juzgado de Instrucción 4 de Mislata, en funciones de guardia el día de la tragedia, en el que reconstruirán los hechos, puntualizaron a este periódico fuentes policiales.
Mientras, la Fiscalía de Valencia también está a la espera de este informe para determinar si hay existe la suficiente carga probatoria para continuar con un procedimiento penal y marcar una posición, añadieron fuentes del ministerio público. En cualquier caso, se trata de una investigación compleja que se prolongará en el tiempo, pues los investigadores deben analizar multitud de factores para comprobar si hubo fallos en el sistema de anclaje.
La profesionalización del sector
Este sector está en pleno proceso de profesionalización. Varios empresarios del sector consultados por este periódico han admitido que se alquilan atracciones infantiles absolutamente desfasadas y que muchas veces prima las ganancias económicas frente a la seguridad. “Hay empresas que te alquilan hinchables por 80 euros para 4 horas cuando hay detrás 10 horas de trabajo para prepararlo. No salen las cuentas”, afirma un empresario valenciano que prefiere mantener el anonimato.
La norma que regula las atracciones hinchables es concreta y expansiva, pues recoge desde las condiciones de fabricación –tipo de lonas, la pintura o posibles zonas donde pueden quedar atrapados los menores- hasta los anclajes que hay que emplear en función de la envergadura del hinchable partiendo de un mínimo de seis de más de 160 kilos cada uno.
“Es cierto que hay ayuntamientos que te ponen muchos problemas para taladrar el suelo, a veces sin mucho sentido porque no se genera ningún daño sobre patrimonio protegido, y hay que recurrir a los contrapesos”, puntualizan desde el sector. “Con los contrapesos que marca la normativa estas instalaciones también son seguras, pero si lo alquilas por un precio bajo y hay que contratar un camión pluma para llevarlos tampoco te salen las cuentas”, subrayan.
Desde 2017, FACUA-Consumidores en Acción ha pedido a los ayuntamientos españoles que realicen inspecciones para garantizar tanto la existencia de licencias como el correcto funcionamiento de las atracciones infantiles con el fin de evitar accidentes como el ocurrido en Mislata.
FACUA ha reivindicado la necesidad de una normativa que establezca con carácter general mecanismos de control y supervisión. Del análisis de los accidentes registrados en los últimos años, se concluye “que la mayor parte de éstos se produce por un mal anclaje al suelo de las instalaciones, un excesivo aforamiento y la falta de supervisión por parte de un adulto”, afirman desde la organización. Consideran que ninguna de estas carencias se puede resolver con una autorización previa, sino con un control efectivo del funcionamiento de las atracciones.