Cuando Isabel Moreno se presentó en febrero de 2019 al examen de la oposición para sacar su plaza de sanitaria, no esperaba que tres años después la Comunidad de Madrid no le comunicase a que puesto podría optar.
Es la situación con la que viven los aspirantes a uno de los 13.322 puestos que a finales de 2018 convocó el Gobierno regional. Una situación que provoca incertidumbre, angustias e incluso renuncias a la plaza.
Isabel lleva siendo fisioterapeuta interina en el barrio de San Blas (Madrid) desde 2007. Tuvieron que pasar 12 años para poder presentarse a una Oferta Pública de Empleo (OPE). Entonces aprobó, pero hasta hace unos meses, el 17 de septiembre, no supo su nota.
“El problema es que todavía no sabemos qué plazas hay. No sabemos si son en un hospital, en un centro de salud, si son de mañana o de tarde”, explica con disgusto a EL ESPAÑOL.
De las 13.322 plazas convocadas, 5.266 eran de enfermería, 4.387 de auxiliares de enfermería, 1.747 de auxiliares administrativos, 1.513 de celador, 208 de fisioterapeuta, 130 de enfermeros en puestos del Summa 112 y 71 de matronas. En mayo pasado se empezaron a publicar algunas notas, poco a poco, como por goteo. Pero hasta ahora no se ha adjudicado ninguna.
De los 208 nuevos fisioterapeutas que va a tener la Comunidad de Madrid, 15 entrarán por el cupo de discapacidad. El resto lo serán por plazas libres. De todos esos, más de 30 han renunciado. “Es un número muy alto”, explica Isabel, ya que estamos hablando de gente que ha aprobado un examen para tener trabajo de por vida. “La gente ha ido presentándose a las oposiciones en otras comunidades autónomas por la lentitud de Madrid”.
Examen y méritos
Para conseguir una plaza, a los sanitarios se les evalúan dos cuestiones. Una es el propio examen, que fue convocado en 2018 y según la categoría se desarrollaron a lo largo de 2019. La segunda parte son los méritos. Estos van desde los años trabajados como internos hasta los cursos realizados, las publicaciones académicas o aprobar las especialidades, entra otros.
El examen, que es tipo test, los corrige una máquina. Por lo que en muchos casos esos resultados se conocen. “Lo que la Comunidad de Madrid no ha publicado es cómo ha puntuado los méritos de los aspirantes”, explica Ricardo Furió, portavoz del sindicato de enfermería Satse.
Desde el sindicato denuncian que, además, cada vez que un aspirante se presenta a una OPE tiene que volver a enviar la documentación de los méritos. “Se revisa a mano cada vez. Es increíble que no tengan una base de datos con los méritos de cada uno y que se vaya actualizando, que es algo que reclamamos desde el sindicato desde hace años”, se indigna Furió.
La parálisis en la administración madrileña se traduce en que “el 50% de los trabajadores son interinos o eventuales, lo que produce inestabilidad y una pérdida de derechos para aquellos que han sacado su plaza como los de movilidad, traslados o el cobro de la carrera profesional”, reivindica el representante sindical.
Este ultimo punto es el que coinciden todas las fuentes consultadas para intentar explicarse por qué el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) no termina de resolver la OPE de 2018. Esto es un complemento salarial, que forma parte del sueldo, que depende del tiempo trabajado, pero sólo desde que tomas posesión de la plaza.
Es decir, que de resolverse las más de 13.000 plazas que están pendientes, la Administración tendría que abonar esas cantidades a todos los nuevos trabajadores fijos. Las cantidades pueden ir desde los 200 euros hasta los casi 800.
“Día tras día estamos ganando juicios sobre este asunto, y al final tienen que pagárselo a los trabajadores. El problema es que se hace de manera individual. Es mucha la gente a la que le tendrían que pagar la carrera profesional”, razona Furió.
Según les ha comunicado la Administración a los sindicatos, algunas oposiciones se resolverán en el próximo mes de marzo, como son las de los fisioterapeutas y las matronas. Sin embargo, de enfermería no se sabe nada todavía.
Mas casos
En el caso de Isabel, la fisioterapeuta que abre este reportaje, esa cuantía asciende a 740 euros. Pero como ella hay otros miles de aspirantes en la misma situación. Cientos de rostros, con nombres y apellidos, que han estado trabajando durante toda la pandemia de la Covid-19.
“Esto lleva retrasándose desde 2019, no podemos achacar todo al coronavirus”, dice Vicente Gallego, un madrileño de 45 años que trabaja de enfermero en el Hospital Ramón y Cajal donde lleva como interino desde 2018. Aunque a su espalda lleva 21 años de profesión y seis centros hospitalarios diferentes.
Es especialista en pediatría, aunque no trabaja en ese área ahora mismo. Está en la planta de enfermedades infecciosas, que también se ocupa de la planta Covid. Cuando salgan las plazas, si puede prefiere cambiar de destino, “pero es todo una incógnita lo que va a pasar”.
“Los rectores del SERMAS tendrían que tener más voluntad para resolver esta situación. Es vergonzoso que tengan sin resolver las plazas, aunque sea por el esfuerzo que hemos hechos durante estos dos últimos años”.
Jorge Carlos Mora trabaja como enfermero en pediatría del Hospital Infanta Leonor. Lleva como interino 14 años, desde 2008. También se examinó en mayo de 2019 y tampoco sabe qué va a pasar con su plaza.
Como otros compañeros, lleva 20 años en situación de temporalidad, desde que acabó la carrera en 2001. Ahora va por el séptimo trienio. Pero a diferencia de otros, él si está cobrando el plus por carrare profesional. Ganó uno de esos juicios de los que hablaba Ricardo Furió, el portavoz de Satse en Madrid, en agosto del año pasado. Le están pagando con retroactividad hasta 2018.
Lleva cubriendo una plaza durante 14 años y no sabe lo que va a pasar. Lo que sí sabe seguro es que no será de su especialidad, pues “la Comunidad de Madrid no saca plazas de especialistas, no existen esos concursos oposición”.
Ahora, con 42 años y dos hijos en casa, no se plantea hacer el examen para cambiar de comunidad autónoma. Toda su vida la ha ido adaptando a su lugar de trabajo, ya que no ha tenido ocasión de trasladarse a otro hospital. También es de los que piensa que el asunto no se resuelve porque la CAM tendría que abonar una gran cantidad de dinero.
Sergio de Casas es enfermero de atención primaria y está en las mismas que sus compañeros. “Saqué buena nota y tengo plaza, pero hay gente que también la tendrá y que ya no está en Madrid, que se han ido a otras comunidades”, explica.
Critica, como tantos otros, la falta de digitalización en la burocracia madrileña: “Cada vez que me he presentado he tenido que volver a presentar todos los documentos para los volver a demostrar mis méritos”.
Desde su punto de vista, el dinero a pagar por los complementos atrasados no es el único motivo para no resolver las oposiciones de 2018: “Siempre las mueven a golpe de elecciones, o estatales o de la CAM. Antes de verano seguro que se van resolviendo, y de aquí a mayo de 2023 (cuando habrá elecciones regionales otra vez) se convocarán nuevas”.